Hace
un tiempo, una publicidad de yerba se preguntaba qué sería del Uruguay sin
mate. Curiosamente, justo hoy que estamos próximos a averiguarlo, y de la mano
de la reciente paralización de actividades de nuestro balompié debido a las
reivindicaciones del sindicato de boleteros, le invitamos a imaginar cómo sería
el Uruguay si, el día de mañana, se termina el fútbol.
Publicado en Brecha, 04-10-13.
Supongamos que mañana se acaba el fútbol.
No importa por qué. Puede ser porque Peñarol se funde al no poder pagar el
estadio, porque se descubre que Nacional fue fundado en 1914 por un escocés, o
porque Casal un día se levantó con ganas de probar cosas nuevas. Incluso puede
pasar que vengan capitales chinos a comprar nuestras pelotas y se las lleven
todas. Parafraseando a aquellos libros que leíamos en nuestra infancia: elija
su propia aventura.
¿Qué sería de nuestra vida sin el más
popular de los deportes?
Tiendo a suponer que si el fútbol ha sido el
depositario de buena parte de las peores cosas que tiene el pueblo uruguayo, es
porque fue lo suficientemente fuerte para aceptar tanta presión. Ya lo decía el
psicólogo Pichon Riviére (no confundir con su homónimo Núñez): el integrante
del grupo que se convierte en chivo expiatorio es un individuo fuerte, capaz de
asumir la tarea de cargar con las miserias de los integrantes del colectivo.
Cuando enloquece, no es él el enfermo, sino el grupo que deposita en él todas
sus frustraciones. Palabra más, palabra menos, decía eso el hombre.
Con el fútbol sucede algo similar. En el entorno
del fútbol hay violencia porque la violencia es hija de las pasiones
desmedidas, y genera pasiones desmedidas porque no hay nada más placentero que
ganar un clásico en la hora o salir campeón del mundo[i].
Ya lo dijo el tío de Peter Parker: "un gran poder conlleva una gran
responsabilidad"[ii].
Y una energía como la que genera un triunfo deportivo, mal manejada, puede
derivar en la estupidez, y ésta en la destrucción de un semáforo o en la
agresión de un rival.
Si el fútbol no existiera, la sociedad se encargaría
de buscar otro ámbito para desarrollar sus sentimientos más mezquinos. El gran
candidato -no debería sorprendernos- es el carnaval.
Casi todos los equipos de fútbol son
montevideanos. Las murgas también lo son. Tenemos al carnaval más largo del mundo,
del mismo modo que tenemos el fútbol más lento del mundo. La tríada Nacional -
Peñarol - Defensor encuentra su reflejo en La Teja - La Unión - Murga Joven[iii].
Casal es el Cachete, claro está. El Centenario es el Teatro de Verano, Jotacé
es el Coco Echagüe, Pinocho Sosa es Julio Ribas, Recoba y Pacheco son Recoba y
Pacheco. Podríamos seguir hasta mañana.
Claro que si el día de mañana desaparece el
fútbol, comenzaríamos a ver pintadas con frases tales como "Colombina,
siempre corriste". O "Curtidores, 101 de verdad". A Contramano
presentaría diversas maquetas de su tablado propio (hasta vendería abonos
"doble quinquenio") y Contrafarsa demostraría que su local de ensayo
está ubicado en la casa en la que Artigas profirió su famosa frase "con
esta retirada no ofendo ni temo".
Las hinchadas se polarizarían en dos únicas
murgas, que actuarían siempre en el Teatro. "Más mérito tienen las murgas
chicas, que visitan todos los tablados" dirá el periodista Santiago Díaz.
Los hinchas buscarán exhibir trajes de murgas rivales como trofeos de guerra,
Da Silveira dirá que a tal o cual solista le pesó la responsabilidad, y se
instaurará el premio al murguista Yumbo de la gente, que siempre ganarán los
mismos.
No faltará mucho para que el primer Mundial
de selecciones de carnaval se juegue en Uruguay, y para que empecemos a quedar
eliminados de los mundiales subsiguientes. Da Silveira volverá a intervenir
para pedir que se cambie al director del seleccionado, acusándolo de tener un
estilo europeo. Afortunadamente, Pasión Carnaval ya existe. Parte del trabajo
está hecho.
Si bien pienso que el fútbol uruguayo, de
momento, no dejará de existir (en buena medida gracias a la selección y a la
gente que sigue prendiendo la radio y contratando el cable para saber cómo va
el partido), sí podemos asegurar que corre riesgo de transformarse en algo que
cada vez se diferencie más del fútbol que más nos gusta. Ése en el que uno
puede ir a ver el partido tranquilo, con tiempo para alentar a su equipo o
detenerse en analizar el juego, sin miedo a oír canciones sobre enemas y
cajones.
10 comentarios:
JAJAJAJA ¡esto es genial!
Acá en mi ciudad se estila mucho más que la murga, la famosa "cuerda de tambores" Aunque varias personas que han venido de Montevideo se sorprenden por la cantidad de murgas y/o eventos similares que se realizan en esta ciudad referido al tema.
No se a mi no me gusta sinceramente, pero bueno las modas son así, seguramente vaya de generación en generación.
Me imagino los fallos, los arreglos con los jueces, Damiani y Ache hablando meses respecto a eso, los directores de murgas hablando de que el "simil Japo o Nuñez" salieron de joda la noche anterior y no les queda voz para cantar...
A propósito, acabo de escuchar al Tito Gonçalves. Le preguntaron por el tema disciplinario. Y su respuesta fue "la consigna es relajo, pero con orden".
Ya sabemos qué dos jugadores van desde el vamos este sábado.
Sublime. Además los hinchas del tradicional adversario comenzarían a llamar al otro 'A contracago' o 'La mojigarcha'.
O los "sinlocaldensayo".
Muy bueno! Así que Defensor es la murga joven del fobal o viceversa, mira vos! No se me hubiera ocurrido nunca semejante analogía. Mientras no seamos La Catalina, todo bien Reyes!
Bo te pasas tu publicación para arriba pa darte pa adelante??
No tenes verguenza pobre Carleto y cia.
La leo de noche, ta larga, me impresiona.
Sinca, si es por larga, larga tengo ésta.
Por qué no se nombra a la Falta y Resto?, por qué no votó en el consejo de liga el nuevo contrato con la tele?, estás bombeando!
Está bueno el artículo.
Es ingenioso.
En que pasquín lo publicaron, para ver si lo consigo prestado?
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