Para quienes pensaban que la etapa de los pañales era la peor, y que una vez controlado ese esfínter todo sería mucho más sencillo, les tengo una mala noticia: se equivocan.
Conforme el
botija se va pareciendo menos a un oso Teddy y más a un ser humano, la
complejidad de su manutención y crianza aumenta de forma exponencial.
Ahora no solo
habla, dice frases graciosas y canta canciones, también opina (a veces con
mejor criterio que un adulto), se opone y hace demandas de lo más concretas.
Una de las cosas
que demandará con ahínco es que lo lleven de aquí para allá para cumplir con
las altas exigencias de su agitada vida social.
Cumple Taxi
Por ejemplo,
cuando dice que el sábado tiene un cumpleaños de un amigo no está delirando, no
es producto de su imaginación o algo que vio en la tele. El botija TIENE un
cumpleaños.
Y como a los
cuatro años todavía es muy pronto para explicarle cómo funciona el STM y que
vaya y vuelva solo, su vida social está indisolublemente atada a nuestra
disponibilidad horaria.
El celular se te
va a llenar de contactos identificados como “fulanita” mamá de sultanito. Cuando quieras buscarlo no
vas a saber si lo agendaste por el nombre del botija, de la madre, del padre,
del actor famoso al que se parece su abuelo o qué carajo, así que lo mejor es
establecer un criterio y mantenerlo.
La primera vez
que lleves al botija a un cumpleaños te va a costar dejarlo, le vas a dar miles
de recomendaciones. Probablemente la criatura esté pensando en globos y
sorpresitas mientras vos le pedís que por el amor de Dios no se acerque a la
puerta.
Lo mejor es
quedarse dando vueltas por ahí, porque los cumples son muy cortitos e ir y
volver a tu casa te va a dar una pereza superlativa. Conviene meterse en el
centro comercial más cercano o quedarse en el auto o un parque tomando mate por
si suena el celular (esto no sucederá si tu botija es de los que se hacen
amigos de una piedra).
No esperes que
te cuente mucha cosa a la salida, lo que pase en el cumpleaños cuando mucho
será tema de conversación del jardín el lunes. Sí, ahora son así, adolescentes
en miniatura, pero ese será tema de otro post, aguanten la ansiedad y verán.
Tres festejos,
mínimo
Usted dirá, pero
cada tanto tiene un cumpleaños. Sí y no. Los botijas se ve que ahora cumplen
más seguido que antes, o cuando nosotros éramos chicos la industria del
cotillón no era tan próspera como ahora. Me inclino por lo segundo.
Cabe tener en
cuenta que está muy de moda que los jardines y guarderías les festejen los
cumpleaños. Dicen que le hace bien a la autoestima de la criatura, como si este
no tuviera ya el ego del tamaño de un obelisco. En el fondo, todos sabemos que
esto es un invento de las maestras para comer torta, y a mí que me desmientan.
Y cómo dejar
afuera del festejo a la familia, que quiere rodear con su afecto al gurí y de
paso comer un poco también de arriba. Estamos en presencia entonces del segundo
festejo.
Pero no seas
insensible, el botija tiene también sus amigos, una vida social, una imagen qué
mantener, además en el apartamento no te cabe el pelotero. ¿Qué te pasa? ¿No
tuviste infancia? Mínimo se merece una chacra con música en vivo ese ser que es
la luz de tus ojos. Estamos entonces ante el arribo inminente del tercer
festejo. Sacá la calculadora: toda la farra no te va a salir menos de diez
palenques.
Y acá me
detengo, porque este también es tema para otro post.
Un consejo: andá
al Clon o al Barrio de los Judíos y compra regalos para nena y varón al por
mayor. Los tenés todos envueltos en una caja y los vas liberando. Uno nunca
sabe cuándo puede aparecer otra tarjeta en la mochila...
A la casa de
fulanito
A la salida del
jardín la frase “por
favor puedo ir a la casa de fulanito”
es moneda corriente. En ese momento ponele que zafás, poniendo miles de excusas
como que los papas están cansados y cosas por el estilo. Pero llega un momento
en que la insistencia puede más.
También hay que
lidiar con los duelos y las separaciones. Cuando un amigo se cambia de jardín,
a veces existe la demanda de continuar el vínculo y uno que es bastante
blandido, hay que decirlo, termina cediendo y llevando al botija a la casa de
su ex compañerito o compañerita para que juegue un rato. Un rato largo. Como de
las cinco de la tarde a las ocho. Y si hay algo que no sabe el botija a los
cuatro años es decir adiós. Entonces comienza otro infierno, y te pide una
pijamada.
¡Pijamada!
Qué mal le hace
la televisión al botija. Mechado entre tanto contenido educativo, la TV cable
le inocula ciertas ideas de las que luego nos arrepentimos y nos dan ganas de
darle de baja al servicio aunque implique no ver nunca más un partido ni una
serie como la gente.
Resulta que
ahora está muy de moda eso de que se queden a dormir en la casa de otro botija haciendo
relajo y mirando tele hasta caer rendidos. Yo lo he probado y es bastante
divertido, suelen portarse preciosos, incluso mejor que cuando están solos,
pero para los padres es algo agotador.
La joda es que
se queda el amiguito o amiguita, en general un fin de semana, y se va al otro
día. Recuerden comprobar con los padres de la otra criatura si está
acostumbrado, si extraña y, si no es uno el anfitrión, a no dormirse, porque
puede que de madrugada te toque salir rajando a rescatar al independiente de tu
botija que de pronto extraña a su mamá, su papá y su cama.
Los cuatro años
son así: quieren ser grandes, pero son chicos todavía. Es la edad del yo
solito, de querer demostrar que pueden más de lo que realmente pueden. Y hay
que bancarles la cabeza, porque no pidieron venir a este mundo de mierda, así
que ahora que lo trajiste, tratá de que disfrute la estadía, sin convertirte en
su esclavo. Cosa difícil si las hay.
26 comentarios:
Sensacional (re) estreno, hay que decirlo.
Yendo a la columna en si mismo, concuerdo con lo que me ha tocado y me toca vivir. En cuanto a pijamadas sólo tuve de familiares (primo que se queda en casa o viceversa), y en ese caso las reglas son claras, tanto para el visitante como para quien visita casa ajena: si te quedás te quedás hasta el otro día y manejate, no voy a devolverte con tu madre ni voy a ir a buscarte en medio de la noche. El auto está en el garage descansando.
Ojo, capaz que alguno de ustedes dice que soy medio sorete y los botijas la pasan mal. Y yo les contestaré: peor la pasaban en las pijamadas que organizaba Michael Jackson.
y cuando el gurí,gurisa en mi caso,te jetea o te insulta? porque la prmera vez da risa,y el energúmeno al ver que tereís,te lo repite,y si hoy le festejas,mañana no podes retarlo.Ja quieto,que me den el manual o me la cambien por un lechón y 10 de tinto
la guacha me ha dicho desde "tabeza de tulo" hasta "punto",pasando por "boludo", "bobo" y "negro cabeza'e cuete,cometrabas"
Genes son genes
Hoy, 17 Hs. mi niña de 5 siendo cuidada por mi madre debido a una gripecilla que le impidio concurir al jardin.
SMS MAMA: tiene 37.5 pero no quiere tomar perifar porque le da arcadas.
SMS YO: Decile que si no toma el remedio lo que le va a dar es el boleo en el orto cuando llegue.
Abuela que transmite el mensaje cambiando orto por cola.
Niña que toma el remedio.
No estarè pa un MBA de Psicologia en Harvard, pero que se le va a hacer.
un saludo pal loco Genes
Por otro lado te dirè que, un par de veces han venido 2 infantos/as juveniles que comparten clase con ella y, si los dejas ser sin estresarte demasiado, te cagas de la risa.
Tenès que colocarte medio como un arbitro, cerca de la jugada, cuando se arma quilombo, sacas alguna tarjeta y seguis. No tenès que dejar que el partido se te vaya de las manos.
Siempre como haciéndote el dolobu
Lo que pasa en los cumpleaños queda en los cumpleaños.
No se le da perifar a una niña de 5 años.
Se le da aspirineta.
Maca, las columnas son guías espectaculares para futuros padres, ¡enhorabuena!
Ahora, a mi me dejaron las íntimas ganas de no tener nunca uno de esos engendros del demonio. :(
Mirá Edin, muchos médicos no recomiendan la aspirineta, dicen que no es buena. Te lo digo porque yo la tomaba de chico y así quedé. Claro que no es meramente debido al fármaco, o al menos a ese...
Qué lindo ver tanto padre de la vieja escuela. Así me gusta. Mucho chancletazo correctivo.
Ay! menos mal que cerró Infamilia, si no tenía que eliminar también este comentario...
La mejor columna del blog por lejos. Siempre le fue y lo será.
Lo que me reí con "cometrabas".
Ah pero qué belleza de columna, gracias por volver Maca, no te merecemos.
juás!
esperen a que ronde los quince...
Una preciosidá de columna Macarena!
Que se repita...
El zorro sigue siendo un pebete de 4 añitos, vive pensando en las sorpresitas de los amiguitos...
Y todo esto dicho por su pequeña hija. Donde está la gente del INAU eh?
Zorro: no te respetan ni los guachos ni los grillos.
Yo a los 4 años tenia claro q era un guachito chico, no queria ser grande.
Bah, no tenia claro nada. Por eso me hice de Racing
Formidable, pero de verdad.
Preciosa columna. Cuando llegues a los guachos de doce, me avisás.
10 puntos esta columna!! Tengo un varón de cuatro y es todo tal cual, la real realidad.
Gran columna, te dice un cúmulo de verdades como al pasar y de un modo muy divertido para el lector y la lectora.
Que no decaiga.
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