Fotos de campeonato

El auténtico número 1, le hace el gesto a Gonzalo Delgado para que corte rápidamente su análisis para meter un chivo de Cooperativa Bancaria.

 El coconductor del programa periodístico radial líder en audiencia exhibe con orgullo su hercúleo físico.

 Un funcionario de CAFO aprovecha la soledad para saciar salvajemente su apetito sexual con una indefensa botella inflable.

 El popular Rodolfo (técnico de 13 a 0) vende dosis de pasta base camufladas en envoltorio de trufa.

Es un ave, es un avión... es eso y mucho más, es el Gonza Delgado.

 Un hincha anónimo del club de los hermanos Céspedes.

 "¿Quién mierda me había pedido dos cocas y dos panchos?"

 Un señor aplaude la humeante salida al campo del Club Nacional.

 Un curioso objeto posa sobre el mástil de la Torre de los Homenajes.

 Waldemar Victorino cada vez más parecido a Cacho de la Cruz.

Sobre los 30 minutos del primer tiempo, se produce el milagro: algo parecido a un tiro al arco a favor de los negriazules. Encuentre la pelota y créase crack por un minuto.

La nota triste de la jornada: el arquero Fidel Castro es alcanzado por un rollo de papel, pero esta vez el árbitro decide que el partido debe continuar.

Manos en la cintura, metiendo cola y sacando panza, ésa es la consigna del verano.

El auténtico hombre Yumbo del partido, el polifacético Placente. Señor Sabella, ¿usted puede darse el lujo de prescindir de un lateral izquierdo como ésta?

Una bandera innecesaria. Sería su equivalente poner "Silvia Süller chango" o "Alexis Noble gordo".

La muchachada loca de La Redonda entrevista a un Gallardo juvenil y casual, con la camisa levemente rosada, que nadie le hubiera perdonado a un Juan Ramón ero que a Muñe le queda pintada.

Placente deja la vida en cada balón dividido.

Un connotado conductor radial poco antes de treparse al pupitre al grito de "Nacional nomá, para vos Gerardo".

Documento exclusivo: el popular Perro Silvera haciendo las veces de intermediario entre Rodrigo Muñoz y el andrógino ariete negriazul, hace entrega del dinero que garantizará la inoperancia ofensiva livepoolense.

Recoba le dedica el gol del triunfo a su amiga Wanda Nara, con un inconfundible gesto.

Marquinhos Silva sale del closet tricolor y da rienda suelta a su alegría.

El Bicho manda a calentar a los coraceros.

Curioso: sobre la hora, cinco ágiles negriazules llegan al área sin oposición aparente. Pero el cabezazo de uno de ellos -cuyo nombre no alcanzamos a retener- se pierde por encima del travesti.

La hinchada tricoparquense da rienda suelta a su alegría. Por alguna extraña razón, los Aperturas suelen festejarse incluso más que los Uruguayos. Será porque todos queremos brindar en fin de año sabiéndonos campeón de algo en esta vida.

Un ganador de la vida que se acerca a un destino terrible: dirigir a River Plate argentino.

Otra nota triste: mientras Oscar Magurno y Ceferino Rodríguez ingresan al campo blandiendo el no muy elaborado trofeo, un policía de particular se lleva detenido a Rolín al confundirlo con un carterista.

"Muchachos: vamos para allá con la Copa que si no nos linchan", grita Muñoz, mientras Peralta amenaza con blandir su miembro viril.

Recoba busca a un hincha que se pasó todo el partido puteando a su mamá.

Muñoz mira hacia los costados, a ver si alguien le tira el dato de cómo levantar el trofeo.

Ahora sí: el demagogo aunque correcto goalkeeper albo ofrenda el trofeo a la hinchada que impidió el cese del Muñeco al arrojar aquel recordado rollo de papel.

"A mi juego me llamaron" dice Medina, y hace lo que más sabe: tirarse de trompa adentro del área. Obviamente fue el primero en cumplir con tan abombada costumbre.

Las botineras no pierden la ocasión de chuponear a sus ídolos. Y vienen cada vez más pequeñas.

Rodrigo Muñoz comienza a hincharse los brazos cual Lembo. Boghossian festeja sin ton ni son.