Aguantamos mientras
pudimos, pero pudimos poco. Por ende, comenzamos a compartir el listado de los
hechos más salientes del año que
finaliza, como para seguir robando la plata de frente y manteca hasta que los
grandes confirmen alguna incorporación.
1- Copas de Verano:
como siempre, las copas de verano fueron –puntualmente– una poronga. Nacional
ganó la Bimbo una vez más (se viene otro quinquenio), superando por penales a
Peñarol tras agónico empate 2 a 2 (gol de Alcoba en la hora), y luego los
carboneros se hicieron con la trascendente Copa Bicentenario, en encuentro será
recordado (en el mejor de los casos) como el del gol fantasma de Cortelezzi,
juvenil elemento que no volvió a practicar fútbol en el resto de la temporada.
2- Libertadores:
Nacional y Peñarol tuvieron rendimientos antagónicos en el máximo torneo
continental. Mientras los comandados por Juan Ramón quedaron afuera en primera
fase por un gol, jugando como el orto aunque ganando un par de partidos
interesantes gracias a sendos goles del popular Santiago “ese polvo no es
harina” García, Peñarol estuvo cerca de quedar eliminado pero finalmente llegó
a la final, que perdió bien ante los mismos que el otro día fueron goleados por
el Barcelona (aplicando la famosa transitiva Gorzyana, Barcelona debería
ganarle 6 a 0 a los carboneros). Pese a que no pudieron quedarse con el torneo,
la campaña mirasol levantó la hasta entonces no muy elevada autoestima de sus
hinchas, ante el enojo del también peñarolense Alfredo Etchandy, a quien nunca
le gustó festejar segundos puestos.
En el medio de tanta euforia quedaron hechos por demás
evocables, como la inauguración de la bandera más grande del mundo (bastante
fea por cierto, pero grande como la gran puta), desplegada en ocasión de la
derrota ante Independiente, y guardada desde entonces en un galpón donde se
habrá dedicado a acumular hongos y podredumbre. Vale la pena recordar también
las continuas alusiones “genitales” de la campaña aurinegra, entre las que
destaca el tacto testicular de Darío Rodríguez sobre un futbolista de la Liga
de Quito, así como el festejo de Luis Aguiar tras anotarle al citado equipo,
blandiendo su miembro viril sobre la platea América al grito de “Peñarol nomá”.
3- Clausura y
Uruguayo: mientras Peñarol llegaba a
las finales de la Copa, Nacional ganaba casi sin despeinarse el Clausura, la
Anual y la final del Uruguayo. Era obvio que el día que Juan Ramón Carrasco
tuviera un éxito profesional, algo ocurriría para eclipsar su momento. Y dicho
y hecho: Nacional le pasó por arriba a todos los rivales (jugando feo, es
cierto), tuvo la mejor defensa del torneo, tuvo al Morro García que le hacía
goles a todas y todos (incluyendo uno en offside a Peñarol que valió la
victoria clásica), y hasta el Cachorro Burián anduvo bien. ¿Pero de qué se
acuerda la gente? De que Peñarol llegó a la final de la Libertadores. Una
injusticia. Vale acotar que Nacional derrotó en la final a Defensor por un gol
a cero (convertido en la única oportunidad en la que el equipo albo cruzó la mitad
de la cancha).
4- La Copa América:
acicateados por los efectos del Mundial de Sudáfrica, Uruguay viajó a la
Argentina con el pecho inflado y aire compadrito, porque encima nos pusieron de
cabeza de serie, algo que no nos pasaba desde la Copa América del 59 (la que
ganamos, porque se jugaron dos ese mismo año). Pero enseguida nos dimos
cuenta de que fuimos engañados: en todos
los partidos estaba lleno de chilenos, y para peor arrancamos jugando bien pero
bien feo. Pero afortunadamente México viajó con una sub 15 reforzada, así que
avanzamos. Con tanta mala suerte, que nos tocó contra la Argentina de Messi,
Mascherano, Pastore, Higuaín, y tantos otros. “Hasta acá llegamos”, pensamos.
Pero arrancó el partido, metimos un gol medio de pedo, y a defender el resultado.
Nos empataron al rato, y antes del entretiempo nos echaron al Ruso Pérez, que
se había dedicado a pegar patadas incluso desde antes de comenzar la brega.
Digámoslo sin anestesia: Argentina mereció ganar, por momentos nos pasó por
arriba, y necesitamos de un Muslera en su mejor momento “culístico” para llegar
a los penales, donde ganamos como siempre desde hace algunos años a esta parte.
Poco le importó a Grondona, que echó al ex entrenador de Bella Vista), y a
Niembro, que le pidió a Pastore que no venga más, y le sugirió a Messi que no
vuelva hasta que tenga las ganas suficientes.
Después sí, con un Suárez en su mejor momento lácteo, le
pasamos por arriba al Perú de Markarián y al peor Paraguay pos Chilavert, pero
dejemos que las ganadas las cuenten otros.
5- Apertura 2011: lo
más destacable se dio antes del arranque, cuando el entrenador carbonero Diego
Aguirre le tiró a Antonio Pacheco su clásico “conmigo no jugaz maz”. Acto
seguido, el siempre respetado Tony le puso agua jane a los bastones amarillos
de su casaca y pasó a Wanderers. Paralelamente, Nacional contrató al Muñeco
Gallardo como técnico, y revolucionó el mercado de pases con el arribo de otros
tres argentinos: Fernando Poclaba (fracasó), Diego Placente (fracasó) y Matías
Sosa (fracasó). También, por pedido propio y por casa, comida y un canje en Macri, volvió el siempre
puteable Chino Recoba, quien terminaría siendo la máxima figura del certamen.
Nacional sacó 2 puntos en los primeros 7 partidos, mientras
Diego Aguirre demostraba que su amor incondicional a la causa peñarolense no
era tan incondicional. De hecho, no resistió la condición de que le ofrecieran
un vagón de guita desde los Emiratos Árabes, Qatar, o por ahí. Volvió Gregorio
Pérez, el mismo que había cruzado puteadas con el presidente Juan Pedro Damiani
cuatro años antes. Pero el tiempo cicatriza todas las heridas, así que
enseguidita volvió a sonar el clásico “que de la mano, de Don Gregorio”.
Mientras Nacional quedaba eliminado de la Sudamericana ante su futuro campeón (0
a 3 en el global gracias a un providencial rollo de papel que dio de lleno en
el cráneo del asistente principal, impidiendo una goleada histórica), se le dio
por empezar a ganar un partido detrás del otro. Paralelamente, el todopoderoso
Peñarol de Gregorio se desinfló y entró a perder puntos a troche (gran jugador,
mal echado ante Alemania) y moche. Tanto que llegaron más o menos empatados al
clásico, donde Nacional ganó de atrás, con diez, y en la hora con gol de
Recoba, quien en cuatro meses pasó de ser un manyapechofríohijodemilputas, a
ser el exquisito futbolista de clase
inacabable, cuyas pinceladas llevaron al equipo albo a lo más alto, y que ahora
encima deja de ganar 4 millones de dólares por jugar una Libertadores, en gesto
que lo equipara con un Abdón Porte pero sin la necesidad de pegarse un balazo
en la sien.
La próxima semana volveremos con otros robos a mano armada,
tales como la elección del mejor gol, el mejor técnico, el mejor lateral
izquierdo, y el mejor periodista deportivo.
(Publicado en Guambia, 21-12-11)
11 comentarios:
Reyes, sos un puto.
Pero puto bien.
El Teto Goñi va estar ternado, no?
Lo mas importante referido al deporte en este 2011 son, las peleas con Loly Munoz, su retiro, su regreso para ser re cagada a trompadas del gran "bombom asesino".
Procer de este pais de tres huevos!
Muy bueno!!!
ta bien
Excelente.
Reyes sos un puto, pero bien puto
perdon,nada que ver,pero ayer lo canté:el porteño se estaba pajeando
Eselente Reyes.
Un item aparte merecería el festejo de gol de Joao Pedro en lo que significó la trascendente victoria aurinegra sobre el Sportivo Cerrito. Ya sin chance de campeonar, y siendo el 4to o 5to gol del encuentro (gracias a Dios me olvidé), este pedazo de un hijo de puta se arrodilló y levantó los brazos al cielo, celebrando la diana con más estridencia que el propio Walkir Silva en el '82 (por cierto, pocos goles se han festejado con un salto más afeminado que este).
Gracias por hacerme acordar de todo esto. Te creés que tengo poco con mis cosas, puto.
Gracias por el apoyo, chicos.
Luis: mal yo, pero no te podés quejar, el año carbonero estuvo buenísimo según lo que dice el spot.
Insiste con despotricar al Abdon, yo no se si el indio tuvo algun affair con integrantes de su familia.
Publicar un comentario