Se armó piñata (pa' mirar con tiempo)

Los jefes y las hijas (las de uno, no las del jefe) son seres particularmente despreocupados por las columnas musicales pendientes que uno pueda tener. Si usted quería columnas escritas despierto y dedicando más de 2 horas, hubiese entrado a AllMusicGuide.

Cierta vez, siendo ya un adulto, concurrí con mi novia de aquél entonces a ver un recital de Fito Páez en la Rural del Prado. Como consecuencia de varias circunstancias que se fueron desencadenando, me tomé a golpes de puño con un individuo que decidió, en la mitad de la primera canción, que mirar su culo enfundado en jean sería para mí más atractivo que el recital mismo. Este incidente, que no figura en Google, raya a muy escasa altura en el listado de los más memorables incidentes en recitales de rock.

Altamont Speedway Free Festival, 1969: en Altamont, California, tenían un autódromo en desuso. Los Rolling Stones carburaron que ese era el lugar ideal para dar un recital, lo agendaron para el 6 de diciembre, y se consiguieron la participación de algunos célebres del momento, como los Jefferson Airplane, Carlitos Santana cuando realmente era super natural, los Grateful Dead de Jerry García, y Crosby, Stills, Nash & Young. Extrañamente, los Grateful Dead vieron que el ambiente estaba medio espeso, y decidieron no actuar. Todo esto, y mucho más, puede ser visto en “Gimme Shelter”, de los mismos hermanos Maysles responsables de “The Beatles: the first U.S. visit”. En ese entonces, parece que cobraban baratito los Hells Angels (ese grupo de motoqueros yankis con los que está todo mal) por trabajar como seguridad de espectáculos públicos. En pleno desacate, estos patoteros se metieron con Meredith Hunter, un negro de 18 años. El negro peló un revolver para amedrentar, y los angelitos lo cagaron a patadas y a cuchillazos. A otra cosa, se terminó el show durante “Under my thumb”. Si lo quieren ver en primera persona, déanle play a “Gimme Shelter”. En este fragmento verán, entre otras cosas, un can sobre el escenario, a Jagger sermoneando al público, y a una fémina poseida, desnuda y desacatada, cuyos pechos sin dudas sentían simpatía por el demonio.

Altamont hasta las manos, 1969

Des Moines, Iowa, 1982: resulta que crecí pensando que Ozzy Osbourne había mordido un murciélago porque era un zarpado. Años más tarde, alguien me aleccionaría (y su autobiografía lo confirmaría) que lo mordió por boludo. En cierta ocasión, el tipo iba a una reunión y su mujer le sugirió que llevara unas palomas como símbolo de paz. El Ozzy, que estaba al mango de droga(s), agarró una paloma en plena charleta y le arrancó el marote de un mordiscón. Queriendo reirse de este hecho, y acelerado por la reacción desaforada de los reunidos, llevó unos murciélagos de goma a este recital un tiempo más tarde, para hacer la parodia. Pero se sabe que si hay una buena joda para hacerle a alguien, es cambiarle un murciélago de goma que va a morder por uno de verdad. Esto hicieron, y El Padrino del Heavy Metal terminó internado, recibiendo inyecciones antirrabia, y con el recital suspendido.

Lo que es el Ozzy zampándose a lo que es un murciélago, pero yo digo que este es el de plástico

PalaSharp Arena, Milan, 2010: sabemos que el más perdonable acto de violencia es darle un cabezazo al propio negro Pereira (o Pereyra, lamentablemente su esencia no se pierde). Luego, hacerle un tackle a Slash cuando la está embolando con uno de sus solos, es el siguiente. Acá tocaba “Sweet child o’mine” cuando un individuo cuya complexión física nos lleva a preguntarnos cuán mala era la seguridad contratada, apareció por detrás y literalmente “lo montó”. Para beneplácito de los concurrentes, quién lo hubiera dicho, el guitarrista contaba con más de un instrumento, y finalizó la canción.

Hay que errarle a semejante humanidad…

Phoenix, USA: de cagones está hecho el mundo, y dos potencias se han saludado en lo que es Phoenix. ¿Habrá algo más de gil que ir a un recital de rock, pagar el costo de una entrada junto al escenario, y tirarle un vaso de cerveza al líder de la banda? Sí: tirarle dos, porque le erraron al primero. Como sea, el tal Angus Young se agarró una chupadera importante, se descolgó la guitarra, y partió raudo sobre la humanidad del fan para… bueno, para qué no sabemos, probablemente para hablar con algún cómico de la seguridad

Peor que El Pelado Guillermo y Matías Cabrera

Buenos Aires (o pensaban que no había!): usted se habrá preguntado muchas veces a qué se dedicaba una eleBennet antes de empezar a perder el tiempo coqueteando con la tercera edad, ¿eh? Pues bien: aquí se aprecian dos parates de un mismo show de los Guns N’Roses en Argentina. El primero, donde alguien muy bien intencionadamente escupe la pierna de Axl Rose. El segundo, donde alguien lanza algo que tememos en sospechar se trate de un toallero. Saque a Axl, ponga a Pomelo, y diga si nota diferencia.

Diga si ahora no se lo fuma un poco menos todavía

Hasta la próxima, cuando quiera que eso sea.