Cuando uno es padre existen varios escenarios posibles que vuelven compleja una situación que antes era binaria: salud-enfermedad. Vamos a suponer que es un botija solo, porque cuando ya son varios, las combinaciones superan las necesarias para armar todas las caras del cubo de rubik.
En niveles de demencia creciente, éstas son:
Padres sanos, hijo enfermo.
Padre sano, madre enferma, hijo sano.
Padre enfermo, madre sana, hijo sano*
Padres enfermos, hijo sano.
Todos en el horno.
* Los hombres enfermos suelen comportarse como niños, complicando todavía más la serie de combinaciones posibles.
Padres sanos, hijo enfermo.
Los botijas se enferman más los domingos. Esa máxima la discuto con el propio Kasparov y Murphy juntos. Y si el domingo cae feriado, más todavía. De pronto estaban lo más bien, se acuestan a una siesta, los padres aprovechamos para planear una salida de fin de semana, o la ida a un cumpleaños o a la casa de unos amigos. Pero cuando el botija se despierta, resulta que es otra persona. Está decaído, le afloran los mocos como por generación espontánea y hasta se deja poner el termómetro. Para ese entonces hace rato que sabemos que tiene fiebre, y el 38 en el visor (casi nadie usa ya los termómetros de mercurio) no hace otra cosa que confirmar nuestra teoría: si se porta bien es porque está enfermo. En ese momento daríamos cualquier cosa por no verlos llorar. Para colmo cuando viene el médico y te dice “es un virus”, sabés que no queda otra más que esperar a que se le pase. Y como vos estás sano, tenés que ir a laburar. Si el lunes no se mejoró, si lo único que podés hacer es abrazarlo, a la sociedad de consumo no le importa. Agradecé que tenés FONASA y arrancá para las ocho horas.
Padre sano, madre enferma, hijo sano
Se enfermó mamá. Ya sabemos lo que esto significa: papá tiene que hacer lo que hace siempre, más lo que mamá hace siempre. Entonces sabemos que mientras mamá se cura tiene que juntar bronce debajo de la cama para hacerle el monumento a papá, que estará de un humor fatal durante toda nuestra convalecencia. La danza de fantasías va cayendo una por una: dormir una siesta, acostarse temprano, comer en la cama… Pobre mami. Nada de esto sucederá. Nunca. En lugar de todos esos mimos extra mami tendrá que ocuparse de lo que pueda, pero reptando. Saltar como un conejo, aunque la cabeza se le parta al medio, porque el botija está chocho de que mamá esté en casa. Se encargará de saltearse todas sus siestas para aprovecharte. Papá está tan cansado de hacer todas esas cosas domésticas extra (las mismas que mami hace siempre cuando está sana), que se duerme antes que vos. A la hora de la fiebre papi está dormido, mami está delirando y el pequeño retoño no se quiere ir a la cama. ¿Parece un panorama desalentador? Siga leyendo, verá que puede ser peor.
Padre enfermo, madre sana, hijo sano
Aunque sólo se trate de una gripe común, parece que a papá lo atacó la peor de las fiebres subtropicales. Ahora, si de verdad está enfermo, se resistirá a ir al médico. Hombres…Entonces la situación equivale a tener dos hijos, uno de ellos enfermo, gruñón y demandante. Ojo, no todos los padres son así. Hay honrosas excepciones que confirman la regla. En este escenario mamá tiene que hacer todo lo que hace siempre, pero además debe ocuparse del grandulón tullido. El botija se angustia porque papá está acostado y tenemos que sobrellevar la situación barriendo alrededor del escombro de nuestra pareja y cocinando con el crío colgando de una pierna. ¿Los familiares? Un gran saludo para ellos. Suelen desaparecer cuando más los necesitamos.
Padres enfermos, hijo sano.
Ley pareja para todos. A turnarse. Nada de hacer fiebre a la misma hora ¿Quedó claro? Es muy común que las parejas se contagien las pestes que traen de la oficina, por esa maldita costumbre que tienen de tomar mate con los compañeros y besar a las parejas, o viceversa, qué más da. Lo cierto es que cuando cae uno, al rato suele caer el otro. Es importante poder coordinar los períodos de incubación y tratar de no enfermarse al mismo tiempo. Es cierto, no todo es virus y bacteria en esta vida, pero lo que no es ni virus ni bacteria, es estrés o peritonitis, así que vamos a lo que realmente importa que es le hecho de estar enfermos. Lo bueno es que ninguno sobrecarga al otro, lo malo es que el riesgo del botija de tener un accidente por negligencia parental crece exponencialmente. Con dificultad podemos distinguir la diferencia entre una crayola y un pancho, por lo que es muy probable que nuestro hijo se atore con algo (no sabremos muy bien con qué) o se tire un clavadito desde la silla del comedor. Lo que sea para llamar nuestra visiblemente disminuida atención. Si tenemos suerte el botija no se contagiará ni se accidentará y nosotros entenderemos que existen los milagros.
Todos en el horno.
Caóticamente hermosa las pindongas. Esta escena se resume a tirarnos todos en la cama y comprobar que la familia y los amigos son una leyenda urbana. Estamos solos en el mundo con esta cosa mal terminada a cuestas llamada cuerpo humano. Con suerte nos pasaran algo de comida por debajo de la puerta y el cadete de la farmacia nos traerá el remedio (probablemente equivocado) a domicilio. No sabemos si llamar al doctor o a un pae para que nos haga unos saravá. Todo transcurre como en un sueño muy confuso hasta que un día alguien recupera el pleno uso de sus facultades. Si todavía conservamos nuestros trabajos para ese entonces, volveremos a ellos. El botija se reintegra al jardín, donde recolectará alguna otra peste para traer a casa y todos felices. ¿Todavía le quedan ganas de formar una familia? Felicitaciones. Usted es lo que se dice un valiente.
15 comentarios:
Ahora que la veo publicada me doy cuenta de que me quedó un poco larga y pesada la columna... y bue, uno cuando está enfermo se manda cualquiera.
Sepan disculpar.
Está genial, gracias por esta especie de curso online. Seguro que un día voy a recordar todo lo que leí en este espacio.
Esta buena la columna, pero te falto agregarle un abuelo/a que nunca faltan en las familias uruguayas, y que por lo general siempre viven enfermos por supuestos, para que son viejos sino.
Maca: Una columna de la ostia!
Y es todo tal cual... Sobre todo la parte del padre enfermo.
La mejor "Botijas" del año.
Es que Botijas está compitiendo con Peñarol hoy. No es para cualquiera.
Tal cual lo que dice Reyes. Yo cada comentario hoy lo vivo como una victoria.
Gracias,
Los quiero.
Que gran columna cuantas verdades. Pero por otro lado con este punto de vista tan duro no vamos a hacer patria.
Maca,sos crá y creo que tenés una paciencia infinita...
Good, Maca. Lo peor de todo es que el divorcio no soluciona la situación.
Antes que nada aclaro que yo soy un gran enfermo, un ejemplo a seguir de enfermo, que te va a trabajar con 39º como si fuera lo más normal del mundo. Ahora, no soy padre, a lo mejor cuando sea padre tiro la chancleta y pido reposo por un resfrío incipiente.
No sé que día se enferman los botijas, pero a la emergencia llaman los lunes, tanto es así que los lunes salen más móviles a la calle por ese motivo. Hay estudios.
Majestuoso trabajo Maca.
Qué lindo. Dan ganas de tener hijos y enfermarse para ver si se confirma... Momento! Tengo hija y estoy enfermo! Peñarol Peñarol!
Padre enfermo, hijo enfermo, madre sana...cierro la puerta y que explote todo!!
¡Cuantas ganas de procrear hay en este blog! Y eso que yo me esmero por abrirles los ojos...
Besti:
Hablando de procrear, mientras estuve con Manu internada era tal cual como vos decís, todas las madres se aprontaban para parir el lunes. Una vez vino una vestida como para un casamiento, se había hecho brushing y le tuvieron que explicar que mejor no se maquillara... ¡La mina se estaba maquillando mientras la llevaban a parir!
Marian: mirá que a veces pierdo la paciencia... (muchas veces!).
Álvaro: veo gente tachando "divorcio" de su lista de posibles soluciones.
Ce: Gran padre y mejor enfermo :P
Dulcinea: es buena esa...
Maragat: a veces las abuelas se toman "la tarde libre" cuando una no va a laburar... este.. a ver... ¡estoy enfermaaaaa!
Pipicui: Gracias, loco.
Dentro de unos años, las juntadas se convertirán en jardín de infantes con castillo inflable y todo.
Increíble, la mejor nota del año por lejos y a mi se me había pasado...
Me hizo recordar mis jóvenes años.
Afortunadamente a mis hijos no les ha dado por procrear.
Prefieren ver TV, como dice Sendic.
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