O pasando para adelante. Porque lo que sigue, aprovechando la oportunidad que me da el intrépido Editor, es presentar el Top Ten de los 10 vehículos de transporte público que más profundamente han impactado en mi vida, incluyendo las épocas en las que uno entraba por la puerta trasera (del ómnibus). Usted me dirá: ¿y eso a quién le importa? Y yo le diré: al mismo que jugó a los juegos de cartas y de caja esos que solo tiene el citado Editor.
10- Los Ciferal-Volvo de COETC
Son feos, incómodos, demasiado grandes, generalmente sucios. Pero les tengo cariño, porque solían pasar de madrugada, cuando más los necesitaba, en horas y temperaturas en las que el ómnibus deseado es lo más parecido al cielo a lo que se puede apelar. Recuerdo: me gustaba viajar atrás, en el asiento que queda de espaldas al chofer, enfrentado a los de la última fila de 5 asientos. Era ideal para evitar los espectáculos teatrales no deseados, como el de la señora que se subía con un pecesito de papel celofán.
9- Los "Camellos" de ONDA
No recuerdo haberme subido a uno, pero calculo que lo habré hecho. Un símbolo perdido de la Plaza Cagancha. Muchos devinieron en las clásicas "bañaderas" escolares. Recuerdo: hace no mucho, yo no tenía trabajo y me presenté a un llamado de cierta publicación, que solicitaba un individuo capaz de "redactar con onda". Les envié mi carta escrita sobre esta misma foto, lo cual -a mi juicio- evidenciaba mi condición innata para el puesto. Jamás me respondieron.
8- El CUTCSA del Cuqui
Nunca fui de irme mucho para afuera, por motivos que no vienen al caso. Pero cuando lo hacía, siempre apelaba a estos antiestéticos artefactos. Un saludo para ellos. Recuerdo: una vez, saliendo de Solymar, iba con mi familia rumbo a la parada del Copsa. Tendría yo unos 8 ó 9 años. Iba caminando por la pseudo calle, a lo que un tipo en una moto que venía de frente, pasa cerca mío al grito de "nene, nene..." Como diciendo "correte, pelotudo". Hoy en día, apelo a ese mismo grito cuando uno de mis hijos se manda alguna cagada leve.
6- Los micros de CUTCSA
Había pocos, y de chiquito los veía íntimamente relacionados con la línea M1 y su "boleto céntrico", que costaba N$4 (es decir, cuatro décimas de centésimo actual). No me gustaban mucho, pero creo que le daban a la ciudad cierto "olor a Buenos Aires" que nunca está de más. Recuerdo: a veces los usaban para "tapar agujeros" dejados por ómnibus que se averiaban. Un recuerdo bastante pedorro, por cierto.
5- CUTCSA Banda Oriental
Cuando yo era chiquito, eran lo más moderno que podía verse en nuestras calles. Ahora creo que ya no quedan. Una pena que sirve para comprobar que todo ómnibus pasado, fue mejor. Además, la carrocería estaba armada acá. O sea: era un ómnibus hecho a lo macho. Me gustaban mucho los que tenían el motor en la parte de adelante, tapizado con cuero y la leyenda "prohibido sentarse". Es que eran como una suerte de puff alargado y calentito, ideal para sentarse. En estos especímenes, la puerta delantera no era tan delantera, lo que perjudicaba el diálogo chofer - guarda. Recuerdo: una vez me encontré una moneda de 10 pesos de las viejas en uno de estos. A partir de ahí, todas las veces que subía a uno, buscaba la misma moneda en el mismo lugar. Sin éxito.
4- Leyland MCW de CUTCSA
Yo para mí que tenían los asientos más cómodos, con un recubrimiento verde oscuro, la mayoría de las veces carcomido, dejando ver su beige polifón. Ideales para jugar con la manija de la puerta de emergencia. Llegaron a extenderse hasta el siglo XXI, lo que evidencia que estaban bien hechos. Recuerdo: de chico (4 años) le adjudicaba "rostros" a los ómnibus. A éste le veía cara de ojete, me lo imagino ahora como el Sheriff del pueblo de "Cars". Medio sorongo pero de buen corazón. Al igual que al Sinca, me gustaba ver al chofer en acción, más que nada por el ruido que hacía la palanca de cambios al quedar en punto muerto.
.
3- Los troles.
No sé porqué ahora les dicen "trolleys". En mi época eran "troles", por diminutivo de "trolebús". Los que llegué a usar eran "Ansaldo", antes hubo unos "Alfa Romeo" que se les parecían bastante. Llegaron para quedarse en 1963. Se entraba por atrás (salvo en un par de coches de origen ruso, que hacían la línea 62 y tenían el cartel indicativo para las señoras que intentaban entrar por una inexistente puerta trasera), y al igual que el líder de este ranking, tenían una plataforma que se hallaba bajo el nivel del pasillo, donde uno podía pagar el boleto y quedarse, de parado, agarrado a los pasamanos esmaltados. Mi preferido era el "doble". La experiencia de viajar en la zona de fusión de ambos coches era mágica, pues el piso parecía moverse sin obedecer las leyes de la inercia, amén del siempre latente miedo a fallecer ni bien el rodado se dividiera en dos partes. Un recuerdo: mi padre trabajaba en 18 de julio y Río Negro, lo que me permitía ver el siempre aburrido desfile de carnaval. Lo lindo es que los días de desfile, el 60 debía desviar por Colonia, donde no había cables. Lo que lo obligaba a usar un pequeño motor, calculo que movido a batería. Era gracioso ver a aquellos mastodontes celestes trasladarse a velocidades tan bajas. O al menos a mí me hacía gracia. Recuerdo: me gustaba la botonera para abrir y cerrar las puertas, casi tanto como la enorme distancia que separaba al chofer del guarda, multiplicada por dos en el caso de los articulados. Se veían obligados a desarrollar un código símil morse, con la clásica cuerdita. Un gong: mirá la rubia de la derecha. Dos gongs: mirá la rubia de la izquierda. Tres gongs: Cerrame atrás. Cuatro gongs: creo que me están afanando. Cinco gongs: sube el inspector, apagá el porro. Y así.
.
2- ISUZU de COME
COME s.a. siempre fue mi compañía favorita, y el tiempo me hizo terminar viviendo a media cuadra de su sede central. Fueron los primeros que yo vi en tener guarda-conductor, con sus luces violetas en la zona superior (ideal para identificarlos a distancia), y sus boletos largos (pues si subías con tu familia no te los cortaban individualmente, te daban uno largo, y si eras chico e inocente quedabas lo más contento). Recuerdo: mi hermano, siendo un bebé, tenía una extraña tendencia a vomitar ni bien se subía a un vehículo. En cierta ocasión, registró el récord guiness de vómito lácteo al interior de un 526. Otra vez vomitó un remise, camino al aeropuerto. Pero eso es harina de otro costal.
1- Leyland World Master (COTSur)
Estos bellos aparatos me llevaron y trajeron de la escuela durante 7 años, por la entonces línea 68. ¿Cómo no sentir que se me corrompe el estómago al verlos? En ellos me subí por la puerta del medio, en ellos choqué infinidad de veces, en ellos sentí ganas de vomitar debido a la sensación de hacinamiento, en ellos rompí las medias de señoras mal llevadas con mi inclemente portafolios, en ellos urdí mil y una formas de hacer de mi vida escolar algo divertido. Lo cierto es que a principios de los noventa, COTSur entró en declive debido a una mala gestión administrativa (se hacían pelota a los 200 metros de arrancar los benditos vehículos), hasta que allá por 1992 dejaron de circular. Apenas 2 ó 3 llegaron a vestirse con los colores blanquirrojos de COETC, que se quedó con las líneas de la desaparecida cooperativa. Recuerdo: era primavera, cerca de fin de cursos, viajaba yo adelante con la conducción de un señor de lentes oscuros que se cargaba a las mujeres y que para hacerse el langa, conducía a velocidades inverosímiles, siempre acompañado de un levante de ocasión. En dicha oportunidad, tras una mala maniobra a la altura de Rivera y Bulevar (cuando aún era de dos manos), el tipo hubo de frenar abruptamente con el sano fin de no llevarse puesto a un auto blanco, no recuerdo el modelo. Como resultado, volé por el aire y me raspé las rodillas. El conductor, tras insultar al desgraciado conductor del auto blanco, osó preguntarle a su levante si estaba bien, ignorando por completo al niño regordete que buscaba levantarse por sus propios medios. Triste pero cierto.
37 comentarios:
De las mejores columnas que he leido en años.
Los Ciferal-Volvo de COETC son lo peor que le puede pasar a un ser humano. Mis experiencias en el 494 no me dejan mentir.
Creo no haber viajado en los "Camellos" de ONDA, lamentablemente.
Lo que siempre me gustó de los CUTCSA del Cuqui es el ruido del asiento del guarda. Ese ñi-ñi que siempre me sonaba a amortiguador cumpliendo su función de amortiguar. Aún quedan de estas unidades.
Facansa marroncitos de COPSA: idem "Camellos" de ONDA.
Los micros de CUTCSA eran lo más grande del mundo! Yo recuerdo el D-5 que pasaba por Millán cuando vivía en el Prado.
El CUTCSA Banda Oriental era el "tres puertas"? Gran ómnibus, gran. Los que tenían el motor adelante con el tapizado eran realmente mágicos. A mi me gustaba sentarme en los asientos que estaban frente al chofer por delante de la primera puerta.
Los Leyland MCW de CUTCSA tenían los mejores asientos del mundo. De eso no cabe la menor duda.
Lleguè a andar en troles cuando viví en el Buceo. Tengo algunos recuerdos un tanto difusos: coasa como que había que enganchar el pendorcho en el cable, que la terminal quedaba en el citado barrio y que la ultima linea fue la 3, creo.
Si me dicen ISUZU de COME, respondo 526 Sayago. Acto seguido se me pianta un lagrimón.
Leyland World Master (COTSur): no tuve el gusto.
De las mejores columnas que he leido en años.
Ya lo dije? Bueno, lo vuelvo a repetir:
De las mejores columnas que he leido en años.
Hermosa columna.
Pa! Cuanto recuerdo! Los ISUZU de COME, creo que fueron los primeros -o por lo menos así lo recuredo- en tener el cuadrito con la foto del ómnibus con las lucecitas que se prendían y apagaban según doblara para la izquierda, doblara para la derecha o frenara. Eso era mágico también.
El recuerdo de Reyes de los troles viene a ratificar uno muy parecido que yo tengo pero que me resultaba incomprobable hasta ahora. Recuerdo que viajaba en uno con rumbo al Buceo y había un accidente más adelante y el trolebús no podía seguir. Lo que de seguro no recordaba era que tenían un motor.
Yo no pude disfrutar a casi ninguno de esos porque llegué a Mdeo. empezado el Siglo XXI. En mi pueblo nunca necesité tomarme un ómnibus, y mi primera experiencia capitalina fue complicada. Estaba sólo en la parada y no me paraban los ómnibus porque ignoraba que había que hacerles señas -en el norte profundo no se les hace seña porque para sólo una línea por parada-. Tres coches no me pararon hasta que llegó otro aspirante de pasajero a la parada, quien con gran prestancia estiró su brazo para que mágicamente se detenga el 174.
Después les agarré cariño. Sobre todo a fuerza de atravesar la ciudad en el 582 para ver a una gurisa. Como lo tomaba en el inicio del recorrido siempre agarraba el asiento de la ventanilla. Ver pasar la ciudad con los auriculares enchufados a una buena música es muy lindo. Al final me encariñé con la gurisa y me encariñé con los verdes de COME. Ahora estoy casado con ella, tenemos 2 hijos y vivo casi en el extremo final del recorrido. El destino.
Que lindos los Leyland y Banda Oriental.
A mi lo que siempre me dio curiosidad, y justamente hace unos dias pensaba en ellas, son las palaca de cambios "mecanicas" que tenian las ranuras para hacerlos. Algunas mas grandes, y otras casi diminutas. Voy a ver si encuentro un registro fotograficos de ellas. Se entendio de lo q hablo no?
Durante mi niñez y adolescencia mi vinculación hacia los ómnibus era solamente a través de la empresa Copsa, dado que era la que tenía más turnos hacia Canelones y Montevideo. Una vez, volviendo del liceo, un Copsa igual al de la foto (tan igual que hasta pienso que es el mismo) circulaba hacia Montevideo y, en la entrada de Juanicó, se tiró a doblar hacia el pueblo sin avisar (a esa altura, la ruta 5 tiene cantero central). Lo que siguió a esa maniobra fue el ruido de una frenada de un auto y la posterior colisión en la parte trasera. Nos bajamos enseguida porque pensamos que el ómnibus se estaba prendiendo fuego, y al bajar nos dimos cuenta que esa nube que nos abrazó no era humo, sino que era el polvo que había adentro, que con la sacudida se había levantado.
Para finalizar, decir que después del accidente, el auto quedó con el motor totalmente irrecuperable. Mientras que la carrocería del ómnibus no se dio por enterada del hecho. Ni siquiera un raspón
algo parecido a esto: http://1.bp.blogspot.com/_UDuun8zxaHQ/S_Uu01EW7iI/AAAAAAAAAA8/ZbVV6JYATMg/s320/palanca+de+cambios.jpg
pero habia mas grandes y mas chicas.
Buenísima, Reyes.
Lo que más valoro es la capacidad de retener tantos modelos y características. Yo me tomo bondis casi todos los días de mi vida hace barios años y no tengo la más puta idea de nada. Pero eso también es harina de otro costado.
*varios
Que personaje pintoresco el chofer con levante. Generalmente va de noche. Pocas luces prendidas, algún tubo de esos violetas y música fuerte. Él va peinado con gel y manejando con el pecho ancho. Ella de vaquero apretado y escote sugerente le hace caritas por el espejo mientras le acaricia el hombro. Nunca puedo evitar imaginarme el festín que se van a dar adentro mismo del ómnibus al terminar el turno.
Columnon Reyes, digna de ser leída por mucha gente.
Comparto muchos conceptos y recuerdos de todos y se me genera una mezcla de gracia y nostalgia.
Los 522 grises de COME también tenían un tapizado especial, gris, bien "mullidito".
Entre esos y los Leyland mi definición por el primer puesto.
Gracias por tanto amor, amigos.
En cualquier caso, la columna fue escrita en 2010. Pero el público se renueva.
Yo tambien le imaginaba caras a los bondis.
Así quedé.
Si hubiera nacido yanqui, sería capo en Pixar.
Yo pude viajar en un Camellito de ONDA, pero era un niño ya, de los últimos viajez que hizo, hablamos de principios de los 90..
No se modelo ni caracteristica, pero pondré el bondi que me llevó diariamente a Mercedes a estudiar a la Utu, o a visitar a mi abuela cuando era un pebete, y hoy día me lleva a la planta a laburar..
Quedan varios, pero uno de ellos tiene escrito "M *corazón* F" que son las iniciales de mi primer novia y yo, alguna vez lo vi, asiento 23 o 24, por si alguno se sube y lo ve, le saque fotos y recuerde esto. Lo volví a ver hace unos meses, mensaje escrito hace 7 años, lo que habla de un gran mantenimiento, ya que fue escrito con marcador, permamente, pero marcador en fin.
Perdón, me olvidé..
El bondi:
http://turismoytransportes.com.ar/imagenes/albums/userpics/10001/normal_CUT921A.jpg
Faaaaaa!!
Como un jugo caribeño de recuerdos.
Aprovecho la oportunidad para recordar al "Concorde" de la Onda. Si no me falla la memoria, puerta y baño en el medio del omnibus.
Gran columna, cuyos méritos no palidecen con el paso del tiempo. O sea, vieja pero rendidora.
Un recuerdo para los Cutcsa con el motor a la vista, aquellos todos piojosos a los que se entraba por atrás. Como a tantas otras cosas.
Una columna estupenda.... de esas que habría que enmarcar....!!!!!
Te pasaste Andrés. Para imprimir a color y encuadernar.
Gracias.
Los buses de montevideo son un flagelo.
Demasiado grandes, contaminantes, extremadamente ruidosos (el 80% de la contaminación sonora de 18 de julio es por causa de los bondis), etc, etc.
Malditos joeputas de cutcsa, dueños de gran parte del pais por mucho tiempo, como nos cagaron.
Empero, qué lindo era ir en el trole 64 a la escuela, esos dias húmedos que te daba una pequeña descarguita electrica. Te mantenía vivo...
Ya me parecía haberlo leído antes. Hay cosas que comparto con Reyes -entre otras esta- que me hacen respetarlo fuertemente. Después me acuerdo que es un zángano de Marina y se me va la sensación (?).
Como fuere, a mis 31 recuerdo nitidamente todos y cada uno de los ómnibus. El que menos, el COTSUR Worldmaster. Aunque recuerdo tomarlo en en Bulevar y Rivera para ir a la sede de Defensor en Jaime Zudañez, no sé qué línea sería, de hecho. Ese mismo modelo lo usaba Raincoop, y cuando la línea 77 bajaba por la calle Palmar -por entonces doble mano- tenían la publicidad de "Aspartil - Edulcorante" en el techo. Lo recuerdo porque fue de las primeras cosas que aprendí a leer.
Del resto:
10) El Ciferal es también producto del Cuquismo. Lo novedoso era el asiento que miraba para atrás, corte tren. Tan novedoso como el 8) Caio del Cuqui, que como escolar, era divertido sentarse en el asiento alto, o bien en el que estaba detrás del alto, para rayar el dorso de este último.
9) Ruidoso como sus antecesores, recuerdo tomarlo en el verano de 1991 para ir de Piriápolis a Punta del Este y conocer el famoso balneario: me llamó la atención el calor reinante, y el cartel que advertía en rojo del declive que tenía el pasillo antes de llegar a la cabina del chofer. En un GM volví de Santa Teresa, dos días antes del incendio, en la primer fila de asientos. El recuerdo es el del chofer estirándose para abrir manualmente la puerta con una palanca en cada parada que hacía.
7) Siempre calurosos. Generalmente porque se tomaban para ir a la Costa de Oro (y su escisión, Ciudad de la Costa). Lo más particular: el mullido asiento tapizado en bordó-marrón, y lo mejor, el timbre agudo y penetrante del motor Mercedes.
6) "Olor a B.A.", totalmente de acuerdo. Solían hacer de 163 también. El recuerdo: la presencia del cobrador-conductor, y el motor por entre pasajero y chofer, tapizado con un bordó cosido a rombos.
5) Los ómnibus de la ciudad. El "Prohibido sentarse" lo tenían también en la parte de atrás, que estaba el motor entre los asientos de cada lado. Creo que eran motor Scania.
4) Asientos verdes, olor a viejo. Los asientos podían ser tapizados en cuerina color verde, o de un plástico no del todo incómodo.
3) Asientos de cármica, olor a viejo, el permanente ruido de la estática (muy agudo), así como el par de tetas que tenía en la parte de atrás, de donde salían las antenas.
2) 526, para volver de la escuela, la fila única clásica de COME, así como los señaleros traseros en formato de flechita. Asientos celeste-gris que eran bastante cómodos. Por lo pequeño de mi ser, y lo pequeño de estos, me resultaban más acogedores que el resto de los bondis. Ruido particular, no tan agudo, moderaba más parejito que el común de sus contemporáneos.
Gracias por tanto Reyes.
Muy buena la historia del botija que consiguió la mujer arriba del bondi. Siempre tuve mi fantasía con un par que tomaban el 144 a Cementerio del Norte a la misma hora que yo. Pero no tuve éxito. Solo una vez en un viaje a Córdoba en un EGA doble piso. Muy lindo. Pero demasiado glam.
Publicar un comentario