Negro pillo

Elecciones por doquier
En Grecia ganó el No, y acto seguido, el ministro de economía griego renunció. En la Argentina, suponemos, ganó el Pro, pero lo que importa es que a Tinelli le gustó la votación electrónica. Porque la Argentina es así, el orgullo de todo un país.

Afrodescendiente picarón
El Obama tiró por ahí que espera en la Casa Blanca a las integrant(a)s del plantel de fútbol femenino que ayer se coronó campeón del mundo. "Quedate tranquila Mía" tituló el NY Times, si serán copiones estos gringos del orto.

Basta de excusas
El diario Olé (ese que hace 35 años que pone fotos de changos, moda copiada por Ovación 20 años más tarde) emitió una editorial en la que, entre otras cosas, exige que Messi deje de ser el capitán de la selección argentina. Digo, es increíble cómo el no ganar estupidiza a la gente. A Messi dameló 15 minutos, que haga un par de jugadas de esas que hace, y que se ponga el brazalete en la poronga si quiere. Dejensé de joder. Así está la Argentina, un país con todos los climas donde los hinchas critican a Messi y le dan para adelante a Palermo. Lio: en Nacional tenés las puertas abiertas.

Popurrí
Siguen los problemas en FNC, ideal para que Jennifer se los coja a todos, lo mismo que su línea Jackelín para el chiquilín (Pesi, no esistí. Si sos del Villa, tomá Jackelín). La camioneta de Google Street View anda dando vueltas por ahí, ojo que no te agarre saliendo del sex shop de Arenal Grande o tirando basura orgánica en el contenedor inadecuado.

Nacional inteligencia
El plantel albo concentra a un par de cuadras del estadio de Jacksonville, en una jugada estratégica que demuestra la sagacidad del nuevo conductor tricoparquense. Pero Peñarol, en represalia, va por el arquero israelí Dudú Aouate, con quien Munúa supo mantener un recordado duelo dialéctico. ¡Que viva el fútbol!

Esta es vieja pero no la podíamos dejar pasar
Todos sabemos que Anelka es un francés pechofrío, pero quizás haya que escuchar su historia para comprender por qué. Resulta que mientras era jugador del Arsenal, tuvo un entredicho con su compatriota Patrick Vieirá, que el espigado defensor zanjó pegándole una cachetada con la chota. Así nomás. Peló la verga y se la estrelló en la cara, con la misma tranquilidad con la que Dartagnan te daba con el guante al grito de Je me bat. Digo, si te pegan un pijazo y no lo cagás a piñas ahí mismo, para mí que te estás prestando para que ya nadie te tenga respeto. Salvo que seas el Zorro y estés dispuesto a ofrecer la otra mejilla.