miércoles, 21 de enero de 2015

Salada la canchita: ¿Libertinaje de expresión?


Ahora todos somos Charly García y todos somos férreos defensores de la libertad de expresión. Pocas veces se había dado -que yo recuerde- una situación tan paradójica: se manifiestan valientemente a favor de consignas supuestamente democráticas mandatarios que en sus países censuran medios de prensa colegas del Charlie Hebdo al que dicen pertenecer. ¿Qué límites debe tener realmente la libertad de expresión?.

El tema es que unos cuantos fanáticos religiosos -aunque en estos tiempos parece cada vez más difícil no considerar a esa frase como una redundancia- decidieron que era más importante la prohibición de dibujar a Mahoma que la vida de unos humoristas "infieles" y en un acto bastante menos valiente de lo que creen muchos, procedieron a balear a varios redactores desarmados. Las reacciones pasaron más por el lado de estar en contra de cuanto árabe y musulmán -que no son la misma cosa, por cierto- ande en la vuelta y de incrementar enormemente la popularidad y el tiraje de una publicación no demasiado trascendente hasta ahí. Resultados paradójicos que nunca suelen prever los fanáticos fundamentalistas de lo que sea.

La censura en cine tiene una larguísima historia que daría para unas cuantas columnas. Desde que a principios del siglo XX unos camarógrafos extranjeros filmaron un acto del Zar Nicolas II, que terminó en una matanza grossa de público por parte de la guardia real y los rusos los "invitaron" a dejar ahí sus filmaciones si no querían ser los próximos homenajeados del YETPAP de la época, hasta el reciente ciberataque a la Sony para que no estrenara la película que se burla del dictador norcoreano, ha pasado mucha agua bajo los puentes. O no la han dejado pasar.

Desde censuras a mensajes políticos que no gustaban a soberanos varios -aunque muchísimas veces referían a historias del pasado sin vinculación directa con el presente- hasta represiones a erotismos de todo calibre -incluyendo al franquismo que prohibió una escena con Palito Ortega y otros cantando en camiseta- muchísima gente se ha sentido con derecho a decidir qué es lo que podemos ver y qué no, con resultados insólitos, sorprendentes y bastante vergonzosos. Ya que abajo recordamos a Francesco Rosi, no está de más citar como ejemplo que la dictadura compatriota prohibió a "Cadáveres ilustres", que denunciaba a políticos, fiscales y otros jerarcas, pero que no tenía nada que ver con militares, dictadores ni comunistas.

Ahora, ¿qué límites tendría que tener la libertad de expresión?. ¿Todo debería poder decirse o habría que poner ataduras a las caricaturas en ciertos temas?. Para empezar, habría que ver quién puede ser alguien adecuado para andar limitando revistas de humor o películas. ¿El gobierno de turno, el tipo que tenga el suficiente dinero y/o poder, un juez capaz que puesto a dedo por alguno de los anteriores, el jerarca de alguna iglesia mayoritaria?.

Si me preguntan a mí, opino que ninguno. Creo que alcanza y sobra con la legislación actual que protege a cualquier hijo de vecino de la calumnia. La libertad de expresión sólo debe terminar cuando uno miente. Yo no puedo decir que Mujica (o Tabaré, Batlle, Sanguinetti o el Cuqui) se afanaron millones de dólares desde la Presidencia, a menos que pueda probarlo, pero sí debo tener todo el derecho del mundo a opinar que XX -ponga aquí cada uno el que menos le guste- es un desastre y no lo quiero gobernando nada. Para ser más específicos, si no puedo criticar -o satirizar o burlarme- al Presidente, a Artigas, a Jesucristo, al Papa, a Mahoma o a Paco Casal, no hay libertad de expresión. Y si no hay libertad de expresión, no hay democracia. 

Y.E.T.P.A.P. A ROLETE O LA PARCA ESTÁ HACIENDO HORAS EXTRAS

+ LUISE RAINER - Esta alemana tuvo una carrera en Hollywood insólita, por lo menos. A los 27 años tenía tres películas actuadas... y dos premios Oscar (El musical "El gran Zigfield" (1936), que no tengo muchas ganas de ver y el drama ambientado en China "Madre tierra" (1937), que no estaba nada mal). Trabajó un par de años más y se retiró del cine, harta de que le ofrecieran papeles insustanciales. No como otras que admiran al Papa, a la madre Teresa, pero te hacen Blancanieves con tal de figurar. Luise, no eras muy linda, la verdad, pero te hubiera dado para tabaco igual si no fuera porque tenías 55 años más que yo, lo que no es poco.

 + FRANCESCO ROSI - Sólido exponente del cine italiano político más y mejor cuestionador de la sociedad, este napolitano también se murió de viejo. Recordado por cintas como "Saqueo a la ciudad" (1963); "El caso Mattei" (1972) -sobre el asesinato de un jerarca del ente petrolero por oponerse a la corrupción, guambia Raul- "Lucky Luciano" (1973); "Cadáveres ilustres" (1976), donde denunciaba eficazmente a la mafia y a la corrupción generalizada, como sólo los tanos en aquella época sabían hacer. Luego de la excelente "Cristo se detuvo en Eboli" (1978), con su habitual Gian Maria Volonté, más humana que política, Rosi comenzó lentamente una decadencia que nunca lo alejó de la dignidad, incluyendo su última película "La tregua", sobre las memorias de prisionero de campo de concentración del mismo Primo Levi, que originó "Cristo...". Su obra maestra en mi humilde opinión, sigue siendo "Salvatore Giulano" (1962), demoledora crónica de las causas del atraso social y cultural del Sur rural, donde el personaje del título apenas aparece unos segundos allá a lo lejos, siendo más una leyenda que una realidad.

+ ANITA EKBERG - Permanece para siempre en la historia por la escena inmortal de la fuente en "La dolce vita" (1959) -donde estuvo a punto de actuar Luise Rainer, mirá vos- pero no hizo gran cosa antes y después más que mostrar lo fuerte que estaba. Volvió a trabajar con Fellini en "Bocaccio 70", donde era un objeto de deseo de un pobre infeliz desde un cartel y, ya veterana, en "Ginger y Fred", rememorando aquella escena. El Federico de la gente fue el que mejor supo interpretarla como un mito irreal (digo yo, que nunca vi ninguna otra película de este caballo), pero nada de lo que siguió haciendo importó mayormente, incluyendo su participación, no hace tanto, en una de ese director tan raro que fue Bigas Luna.

+ ROD TAYLOR - Galancete bastante durango al plantarse frente a las cámaras, tuvo su oportunidad de oro como la Ekberg, a quien supo prenderle cartucho. En el caso del Rodney, ésta se trató de la obra maestra (bastante extraña, por cierto) "Los pájaros" (1962) del gran Hitchcock. Si bien estuvo en películas importantes como "Gigante" (1955) de George Stevens y "Zabriskie point" (1970) de Antonioni, nunca dejó de ser un muñequito de torta, más preocupado en poner su mejor perfil que en componer un personaje. Ya viejo, hizo de Churchill en "Bastardos sin gloria" de Tarantino, sin que la mayoría nos dieramos cuenta.     
                                    

11 comentarios:

nanodelchuy dijo...

Volver a Montevideo y al blog y encontrarse con una columna del Decano y con Anita...no tiene precio

Darío dijo...

Pesar lo que hubiese hecho Fellini si agarraba a la Coca Sarli!!!

Facundo dijo...

Bien por el franquismo en este caso, censurando a Palito Ortega

Alvaro Fagalde dijo...

Gracias, Nano.

Dario: lo que hubiese hecho yo...

Fac undo: no le censuró la musica (?), lamentablemente.

Facundo dijo...

Respecto a lo del tal Charlie ese y la libertad de expresión, Dolina esbozó algunos conceptos en una entrevista la semana pasada en El Espectador que me parecen interesantes.

Dice de que en este caso hablar del no respeto a la libertad de expresión es insignificante frente al desprecio de la vida humana.

Se pregunta también "¿cuál es el alcance de lo sagrado?" y plantea un ejemplo: "los hinchas del Deportivo Morón tenían la siguiente costumbre: ponían una bandera del equipo en la puerta donde entraban los hinchas visitantes y al que la pisaba lo fajaban. Establecían un territorio de sagrado y al que lo vulneraba lo acusaban de sacrilegio y le daban su merecido. Algunos tipos pisaban a propósito la bandera y otros elegían no pisar”. “Es un asunto difícil establecer normas de convivencia con comunidades cuyos territorios sagrados no coinciden”.

Abajo dejo el link donde habla de todo un poco.

http://www.espectador.com/cultura/307527/entrevista-a-alejandro-dolina-en-suena-tremendo

Darío dijo...

Alvaro; aparte de eso que yo tambien hubiese hecho me referia a actores en general que un buen director les saca jugo. Con todo respeto cual es la diferencia entre la Coca y Anita ademas del color de su cabellera?

Mauro M. dijo...

Bien Fagalde, bien vos.

¡Como estaba la Anita!

Seguro bautizaron el conocido local bailable en su honor...

Alvaro Fagalde dijo...

Facundo: creo que Dolina y yo decimos lo mismo, de diferente manera. Modestia aparte.

Dario: la mayor diferencia es quien las dirigía.

Mauro: Qué nivel las escandinavas.

Darío dijo...

Alvaro; estamos de acuerdo depende muchísimo del director sin ir mas lejos Delon en Rocco, Travolta con Tarantino y muchos otros ejemplos que por suerte abundan.

Alvaro Fagalde dijo...

Depende mas del director que del actor.

Carles dijo...

Bien Fagalde metiendo una columna alusiva a la proclama de este interinato.