Cinema Soca: Porque Colombia es más que coca, marihuana y café

Imagine que va caminando por 18 de Julio y alguien quien dice llamarse Ricardo Jorge le pide unos minutos de su atención para hacerle unas preguntas. Ricardo Jorge se presenta ante usted como un periodista colombiano que trabaja para la cadena Caracol. Le cuenta brevemente que esta en Montevideo con la misión de preguntarle a uruguayos de a pie algunas preguntas básicas sobre su país. Al parecer, dado el inminente encuentro futbolístico entre Colombia y Uruguay (así como también por la masiva contratación de asesores colombianos para luchar contra los menores infractores uruguayos) los colombianos están deseosos de oír voces uruguayas mostrando sus conocimientos de la tierra cafetera. Una primer pregunta obvia que le hace Ricardo Jorge es si usted puede nombrar tres ciudades colombianas. Probablemente le venga a la memoria las ciudades de Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y quizás lo sorprenda con algún nombre más. Pasada esa primera prueba, Ricardo Jorge le podría preguntar si usted ha leído algún literato colombiano. Esa pregunta es también relativamente fácil dado que hasta en el liceo nos ha tocado leer a García Márquez en algún momento.

Otra pregunta puede ser sobre futbolistas o equipos colombianos; algo también fácil, ¿no? ¿Y que tal sobre ex presidentes colombianos? Muchos y muchas seguramente recuerden a Uribe, Pastrana o Virgilio Barco. ¿Y qué decir de la música? Respuestas rápidas pero eficientes sobre artistas colombianos pueden ser Carlos Vives, Juanes o Shakira. Ahora, ¿qué responderían si Ricardo Jorge les pidiera tres nombres de películas colombianas? Esa parece ser una pregunta complicada para la mayoría de nosotros. El lector de esta columna puede estar en desacuerdo con mi impresión. Pero al menos en mi caso, no estoy muy familiarizado con el cine de la tierra de Faustino Asprilla y Antony de Avila.

Intentando remediar esa situación, esta columna se compromete de aquí en más a revisar la filmografía colombiana con atención. Para empezar, hoy quisiera mencionarle cuatro películas colombianas que conozco. Sin dudas, la mejor que he visto hasta el momento es La Estrategia del Caracol. Esta película de 1993 (se puede ver aquí) cuenta una historia muy bonita de como unos vecinos se organizan y trabajan en conjunto para rescatar el complejo habitacional en el cual viven. Con una historia muy buena, y con grandes actuaciones, La Estrategia del Caracol es una película que poco tiene que ver con sicarios, narcotraficantes, paramilitares y las FARC. Un film ya clásico que en cambio si tiene que ver con ese otro mundo es La Virgen de los Sicarios (completa, aquí). Asiduos concurrentes a Cinemateca seguramente se hayan cruzado con este film que cuenta la historia triste y sin glamour de un grupo de sicarios que se dedican a matar por el cambio chico. Una tercer película- ya mas reciente- teñida por los efectos de la guerrilla y la violencia es Los Colores de la Montaña (enlace a la película, aquí). En este caso, las complejidades de ese mundo extremadamente violento son contadas a través de los ojos de unos niños de escuela quienes viven en pequeño poblado olvidado por el Estado pero no por la guerrilla. Conozco gente que le gustó mucho este film, y a otros (como yo) a quienes les pareció bastante malo. Finalmente, quisiera mencionarles el caso de Karen llora en el Bus. En este caso, se cuenta la historia de Karen, una mujer que se separa de su marido e intenta ganarse la vida de forma independiente. Tampoco es una película de mi agrado aunque si se deja ver con un poco de esfuerzo.

Dos títulos que tengo agendados para ver en cuanto pueda son La gente de la Universal, La cara oculta y Bluff. Seguramente serán motivo de alguna futura columna. Pero de momento ahí tiene algunos títulos para empezar a interiorizarse con el cine colombiano. Y usted, ¿que película colombiana ha visto? ¿Alguna para recomendar? Anímese a compartir su experiencia. No sea tímido o tímida. Hay espacio para todos en la viña del señor Faisán.

Ya veras con las ganas que tu te quedas, es que no sabes o que no te enteras, esperando la primavera...