Hoy: Una especie de Top Ten.

Ha habido guerras por territorios, por novias, por celos, por petróleo, por oro, por el color de la piel, por comida; y por especias. Así que imagine usted la importancia que tienen estas delicias culinarias en la humanidad. ¿Se convenció usted de lo que dije? Entonces está cada vez más flojito de espíritu porque es uno de los argumentos más pedorros que hemos esgrimido para darnos color. Fuera de esto, lo que importa acá es resaltar el papel de las especias, un elemento mágico de nuestra cocina. Acá, un top ten culinario (inserte el chiste fácil acá): Las diez mejores especias.

Un par de detalles técnicos; dice la wikipedia que tradicionalmente las especias son las que provienen principalmente de semillas, frutos, flores o cortezas secas. Se supone que en una clasificación más laxa podemos incluir a las hieras e incluso algunas hortalizas disecadas como el ajo y la cebolla. Es decir, no entendimos muy bien que cosa es que cosa, así que nos da más o menos lo mismo si le erramos al concepto.

10- Clavo de olor.

 No quería tener que gastar un puesto en este, pero necesito decirle un par de cosas. Primero, clavodeolorhijodeunagranputa. Te odio, le das gusto a asco a todas mis comidas, te odio. Me hacés acordar al dentista, que debería ser juzgado por crímenes de lesa humanidad. Te odio clavo de olor, a vos y a todos los que son como vos, aristócrata, cagón.

9- Azafrán.

El condimento burgués por excelencia. Todos sabemos que una mísera porción del azafrán posta posta, el que sale directamente de la flor, sale una suma importante de dinero. Ni hablemos de si necesitamos la flor en su estado natural. Sea como sea, dicen los que saben que una paella hecha con arrozfrán no sería lo mismo, y creemos que tienen razón. Sin embargo, por rico que sea, esta (¿cuál?) es una columna proletaria así que le dejamos este inmundo puesto a sabiendas que merece más.

8- Canela.

Una especia asociada tradicionalmente a los postres, aunque no se puede descartar en algunas comidas saladas. Una de las cosas que más me gusta es tener canela en rama, ideal para echarle a la mermelada que haremos antes de empezar el invierno, o para darnos cartel de cocineros ante nuestras víctimas. Por supuesto que solo esto no la dejaría entrar en el ranking, pero un arroz con leche espolvoreado con canela es uno de los postres más ricos que yo he comido en toda mi vida.

7- Comino.

Me importa un. El comino es una especia maravillosa. Aparentemente es de Europa y es una de las vedettes de la cocina española y mediterránea. No digamos que es la Rosa Luna de la cocina mediterránea, pero al menos una Florencia Gularte. A mi gusto, un guiso de lentejas, o una cazuela de lentejas, con una buena cantidad de comino, puede ser un plato exquisito.

6- Orégano.

¿Es una especia? Quien sabe. Lo importante es que el orégano es una de las cosas más versátiles que uno puede encontrar en la cocina. La leyenda dice que Afrodita plantó la primera semilla de esta planta y eligió su aroma, y me parece que no hay porque andar dudando de los olores elegidos por una diosa que aparentemente estaba tan fuerte como Afrodita. Creo que pocas comidas no combinan con el orégano: una pizza sin orégano es como amarse con cuidado, y estas hojitas resecas sazonan perfectamente una carne roja al horno, un guiso o una tortilla. Un hogar sin orégano, no es hogar.

5- Mostaza.

Algunos asesinos del sabor creen que la mostaza va solo con los panchos. Una lástima porque se están perdiendo de conocer a una especia que roza la perfección cuando tiene que sazonar carnes blancas. La cuestión es tener la semilla o tener el polvo, aunque si uno tiene un tachito de savora se las ingeniará igual. Sea como sea, no podemos perder la oportunidad de abrir una suprema, rellenarla de jamón y queso, untarla con mostaza y mandarla al horno. Y les voy a decir algo, una cucharada de mostaza puede darle ese sabor inexpugnable que permitirá asombrar a la chica que buscas conquistar. Aunque como siempre decimos, si está cenando en tu casa ya estás 5 a 0.

4- Pimienta.

Un delicia en frasco chico; yo no sé qué sería del fainá sin esta pequeña semillita. Una de las cosas más interesantes que puede tener la cocina es tener un molinillo con pimienta y hacer uso de él, creo que da un poder inigualable. Ni te digo si tenés un de pimienta blanca, otra de negra y otro de colorada. Se recomienda echarle suficiente de esta especia mágica a casi cualquier comida, jamás va a quedar mal.

3- Nuez moscada.

Para mi una subvalorada especia. Me agarro a piñas contra cualquiera que defenestre lo que significa la nuez moscada. Lo primero que hay que decir es que hay que tener la nuez en semilla, esa que viene en una bolsita media casera con dos semillas, tiene que estar siempre. Y si es posible cómprese uno de esos mini ralladores que hará parecer que sabemos del tema. La nuez no es demasiado versátil pero tiene un gran punto fuerte, hace un maridaje perfecto con el puré en particular y con la papa en general. Y a mi todo lo que tenga que ver con esta enviada del señor me puede.

2- Curry.

Al parece el curry es una mezcla de especias, en la que uno de los principales ingredientes es la famosa cúrcuma india. Sea como sea, el curry es quizás la especia cuyo sabor más me interesa. Y a pesar de lo que quieran decir, el curry es una especia amiga del hombre solo, del laburante dedicado con poco tiempo para cocinar, del solitario lobo montevideano. Uno tiene un arroz blanco, ya casi sin almidón, pero le agrega un toque de curry, lo salta o lo hierve, y tiene una comida de 150 pesos el plato. Y si a esto le agregamos lo delicioso que se vuelve un pollito con curry, no veo otra lugar posile para el curry que el número dos. Te amo curry, gracias por existir.

1- Sal.

Por clásica no se va a perder de estar acá. Es casi como un fuera de concurso, el resto compiten por el dos. Es como Estados Unidos en los juegos olímpicos del 92. Convengamos que una comida sin sal, no es comida, así que no nos hagamos los cool y démosle a la sal el lugar que merece. Seguramente no sea una especia en términos estrictos y poco nos importa, porque hasta el más noble de los elementos gastronómicos, como la papa, necesita un poquito de ella para dar a conocer su sabor. Yo no sé si usted se ha dado cuenta de la siguiente obviedad: la sal es aquello que nos permite descubrir los sabores de casi todas las comidas, y ella igual pasa desapercibida, sin hacer alharaca, de perfil bajo, calladita y sin sacarse cartel. Y eso que no mencione lo importante que es la sal en la producción de tragos alcoholicos. Te bancamos a muerte, sal.

Final de este top ten. Yo pienso que es el peor que me ha tocado hacer, ¿y usted? Tiene dos opciones, inslutarnos en los comentarios o insultar a los jueces del clásico en los comentarios. Sea como sea ¿volvemos a los dilemas la semana que viene? ¿no?