No todo es tan simple ni tan esquemático, pero el concepto siempre me quedó rondando en el marote. Visconti hacía hablar a los humildes que quería retratar -y con los que se solidarizaba, evidentemente- en el mismo lenguaje que usaban realmente a diario... pero dejaba afuera a un enorme porcentaje de espectadores y dificultó grandemente la difusión de un film valioso que aún hoy ha sido visto por poca gente, dado que fue un enorme fracaso de taquilla en su estreno.
Roberto Rossellini fue un burgués que llegó al cine porque su padre era dueño de salas de teatro (más que cines) y el nene podía trabajar de lo que quería.
Luego de tres filmes hechos aún bajo el gobierno del Duce -y que no me he preocupado por ver- su verdadero nacimiento como director fue la impresionante "Roma ciudad abierta", martillazo que consagró inevitablemente al neorrealismo en la historia del cine -y vaya que los gobiernos democristianos intentaron evitar su éxito- mostrando la violencia y miseria sufrida por los italianos -representados por el cura solidario, el partisano comunista y la mujer de pueblo- sin ningun edulcoramiento, tal cual era, en las mismas calles y (casi) sin artificio.
Paradigmática, redondita, ejemplar, "Roma..." es el film definitivo sobre el nazismo, haciendo un enorme contraste con el cine bélico de la industria que, mitad por convencionalismo comercial, mitad por necesidad de hacer propaganda, daba mensajes edificantes y evitaba shockear con la realidad más desagradable.
"Paisà" (paisano) fue otra obra maestra del neorrealismo pero tiene sus diferencias. Aquí la categoría de buenos y malos se diluye, mientras se plantea temas más polémicos como la cobardía, la presencia extranjera y la necesidad de evitar morirse de hambre como fuera. Si bien "Roma..." aún hoy sigue siendo un ejemplo de realismo maduro, "Paisà" es mucho más inquietante porque deja más preguntas que respuestas.
Luego de otro film directamente neorrealista ("Alemania año cero") pero que cometía el "pecado" de compadecerse en 1947 de las víctimas civiles alemanas de la guerra, Rossellini pateó el tablero -como iba a hacer varias veces más en su carrera- para dejar atrás el tema de la inmediata guerra. Por casualidad (o algo así) conoce a la super estrella de Hollywood Ingrid Bergman que abandona la industria (él abandona a Anna Magnani, ella a su marido) y se dedica a los films del Roberto de la gente. Una star consagrada en "Casablanca" y "Luz que agoniza" y un director famoso por su antinazismo se dedicaban a filmar la duda y la búsqueda de un sentido a la vida.
Cinco años después de comenzar el romance, la Ingrid se volvió a U.S.A. y a su carrera convencional, pero Rossellini siguió obsesionado con el realismo y dejar afuera las fórmulas industriales. Las películas que hicieron juntos no tenían nada que ver con los melodramas o aventuras rutinarias que hacía la Bergman. Una de ellas, "Viaje a Italia" (1953), abucheada por crítica y público en su momento, vista hoy es un film sorprendentemente moderno, donde se retrata brillantemente la rutina en la que se envuelve un matrimonio burgués de mediana edad.
En los 60 volvió a la guerra, tema que le había proporcionado sus únicos éxitos comerciales, aunque de neorrealismo nada: fórmula industrial para narrar un tema que se había puesto de moda nuevamente ("El general della Rovere", "Era noche en Roma"), que tuvieron buena aceptación pero dejaron insatisfecho al cuestionador permanente que fue Rossellini. En 1963 realiza uno de los capítulos de "Ro.Go.Pa.G." (junto a Godard, Pasolini y Gregoretti, de ahí el nombre) en donde parece descreer definitivamente del cine industrial y se retira, pasando a trabajar en la televisión estatal italiana pre Berlusconi.
Allí pudo dedicarse (más o menos) a los temas que le interesaba retratar sin depender de las entradas vendidas: ficciones que intentaban retratar fielmente los hechos aunque sin renunciar a los artificios audiovisuales (música incidental, montaje, libreto rígido). El más famoso ("La toma del poder por Luis XIV" en 1966) es brillante y ha habido elogios varios para otros títulos.
Siempre inconformista, siempre obsesionado con el realismo, Roberto Rossellini renunció a los condicionamientos de la industria por pretender narrar la historia tal cual fue. Menos satisfactorios son sus intentos de ilustrar la crisis existencial de su clase en una Europa que se recuperaba de la tragedia, acaso sólo materialmente. Y aquí es donde entronca lo que decían los hermanos Taviani: Rossellini fue un intransigente en su arte, probablemente porque era un burgués adinerado que no dependía del éxito ni de los productores. O porque era radicalmente íntegro. O por ambas cosas a la vez.
Salada la canchita, una columna que se acomoda con cualquier moda que dé guita, hoy te trae uno de los trabajos televisivos del Roberto que no se vieron en nuestras pantallas -o se pasaron de sopetón en canal 5, lo que es lo mismo- y que vale la pena como ilustración de una vida más que interesante: Socrátes (1970), uno de los mayores esfuerzos de producción a los que accedió nuestro héroe.
9 comentarios:
Fagalde queridoooooo!
A quien se le puede ocurrir desenterrar el neo-realismo en la edad del "telefonito"!
En la época del "I am not sure if...."!
Vas muerto querido!
Rossellini lo mejor que hizo en su vida fue masticarse a la Ingrid....
Midio... que bruto profumo di donna tenia esa mina.
Ahora que me acuerdo...
Lo que habrán sido esos coginches que consiguieron hacer entrar en erupción al volcán Stromboli, mientras filmaban en 1950....
rosselini estaba en stromboli y la magnani, que paseaba sus cuernos por el volcan de enfrente. no me acuerdo como se llamaba la pelicula.
El gucci y patricia wolf...
https://www.youtube.com/watch?v=g5WzdSvFgWI
cual es el proximo comercial de renner? Graciela Bianchi y Antolin?
Che! este blo esta mas muerto que las aspiraciones del "soldado del partido colorado" de llegar a presidente.
El turco Abdala es lo que siempre tuvo, muchas aspiraciones...
Bueh!
Descansen en paz!
Nos vamos, Unky?
Piénsenlo bien antes de hacer una locura
Don't!
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