Dudosa concreción.

Amigos. Llega el espacio que promete seguir los pasos del recordado Tío Vítor o de Paranormales, tanto porque hablaremos de trabajar con nuestras manos como porque hablaremos de cosas que no sabemos.

Para empezar, se puede decir que toda actividad humana necesita en mayor o menor medida, algo de creatividad. Todos en algún punto nos vemos en la necesidad de inventar algo, tener que dibujarla, etc., y esto se debe a que en todos los ámbitos de la vida sin exepción existe una variable que siempre está ahí, siempre es posible que ocurra: el problema. Si trabajás en una fábrica todo el día, haciendo la misma labor mecánicamente, posiblemente tendrás un porcentaje bastante chico de que se te presenten problemas, a causa de la monotonía del mismo trabajo. Si por el contrario tenés un trabajo en el que tenés que generar cosas nuevas todo el tiempo, el problema entonces es omnipresente, porque básicamente tu trabajo consiste en encontrar soluciones. Y es ahí donde tenés que aplicar la creatividad.
No conozco en concreto ninguna definición de qué es la creatividad pero la que se me ocurre es la siguiente: es solucionar un problema de la manera más efectiva posible.
Guarda, porque cuando yo digo problemas no me refiero solo a los calvarios diarios que nos hace padecer la vida moderna. No. Estoy hablando también de todo lo que representa una necesidad que tiene que ser atendida. Como por ejemplo, sacar los fideos del agua caliente sin quemarte. Para ello un/a señor/a inventó un día el colador. Y así pasó con un montón de cosas. Las necesidades se fueron multiplicando y complejizando, y así no solo fue necesario, por ejemplo, tener un libro para aprender, sino que además yo preciso que en lo posible me entretenga, que la tapa sea linda, que las hojas no se despeguen, que la tipografía me ayude a leer más rápido, que sea fácil de transportar, que esté bien diagramado, etc. Pero esos son problemas que tuvo el Alvarenga que escribió el libro de física del liceo y que tedrá GJoffecito cuando sea un personaje literario de éxito mundial.

Más o menos existen dos tipos de problemas en el mundo del trabajo creativo: el problema encargado por otra persona, y el problema generado por uno mismo. Éste último es de naturaleza casi autoflagelante y causa tanto o más sufrimiento que el primero.


Como ejemplo de lo primero, tenemos éste:

Una muchacha le quiere regalar a su novio un juego de ajedréz. Y no cualquiera, sino que tiene que ser uno que no tenga nadie más en el mundo.
Entonces va y lo encarga para que sea hecho de cerámica. Cual-quiera. Pero el trabajo estaba encargado, así que nos pusimos a trabajar.
Lo primero fue estudiar la cuestión, y el primer escollo fue evidente: jamás jugamos al ajedréz. Por lo tanto no tenemos idea ni siquiera de cuantas piezas se necesitan, o de como es un tablero. Por suerte está Google para solucionar un problema así en un plisplá.
Así, imprudentemente, empezamos con la labor, haciendo piezas chiquitas de peones, y luego alfiles, torres, reyes y reinas y caballos. Precioso todo. Hasta que se nos ocurre medir la base de la pieza más grande, y vemos que mide como 5 cm. Por lo tanto, haciendo cálculos, sabemos que el tablero deberá medir 40cm x 40cm., exagerado como pocas cosas. Igual le damos para adelante, ya que teníamos libertad para hacerlo más o menos como quisiéramos. Y para hacerla corta, el resultado final fue el siguiente:

Como conclusiones, podemos ver:

Pros: *Quedó lindo. *La que encargó quedó conforme.
Contras: *La piezas son demasiado grandes. *No es práctico de transportar. *El tablero además de ser muy grande es muy pesado, y no rinde hacerlo de cerámica, de haber una próxima vez se hará de madera.

Como ejemplo de lo segundo, se puede poner todo lo que trata de inventar uno para vendérselo a alguien más y así poder llevar el pan al hogar. Y además están esas otras cosas que no son imprescindibles, pero qué sería de la vida sin ellas, verdad. A mi se me han ocurrido algunas que nunca llevé a cabo, por ejemplo, hacer azulejos con logos viejos, como el de Tab o el de Subsistencia, y  hacer un pingüino para vino (me tiraste el pingüino, me tiraste el sifón); etc.

Y ud. que espera, ¡proponga su propia idea y gane fabulosos premios! La mejor idea* se realizará** y será exhibida en una futura entrega***.

Muchos Saludos.

*o la que yo tenga ganas.
**también es posible que no se haga nada.
***sabe dios si habrá más entregas.