¿Dónde estarán Manfredi, Morcillo López y el Tío Calambres?

El Cuarteto de Nos ganó recientemente dos premios del Grammy Latino 2012. Los premios son en las categorías de mejor “Álbum de Rock/Pop” por su disco Porfiado, y de mejor “Canción de Rock” por Cuando sea grande. Hay muchas formas de evaluar este logro. Obviamente, es difícil no alegrarse por este premio que en definitiva le da más visibilidad a la música uruguaya. Al mismo tiempo, este reconocimiento internacional acercará más gente de todo el mundo (al menos del mundo de habla hispana) al material del Cuarteto de mayor calidad, al material del viejo Cuarteto de Nos.

El problema esta en que estos logros vienen de la mano de una reestructura y de un cambio de estilo que se contradice con la filosofía artistíca de la banda. Los discos del primer Cuarteto (el de Riki Musso) eran inteligentes y transgresores a mas no poder. No se cohibían en decir que Artigas era un borracho, en burlarse de la Estefani de Alfredo, en narrar el asesinato de una maestra, en pedir de que no nos llamen latinos, en cantar una canción de un polaco enamorado, en imaginarse una guerra con Argentina, promover la muerte de las ballenas, hacer chistes con siameses e inválidos, explicar por qué vale la pena caparse, por qué Cristo te odia y por qué no conviene ir al cielo. Temas como Manfredi, Almejas, Si se chupa la canaria, Vino en la jeringa son la esencia misma del viejo Cuarteto.

En cambio, las canciones del nuevo Cuarteto parecen ser escritas en una sesión de terapia. Es el viejo juego de hacer rimas con “no soy esto, pero tampoco soy aquello, no me gusta esto, pero tampoco aquello” y terminar dando la imagen de ser alguien que no se la juega por nada. Los últimos tres discos, Raro, Bipolar, y Porfiado, insisten con canciones del tipo de Ya no sé qué hacer conmigo, Cuando sea grande (cualquier parecido a esta, debe ser casual, sino pregúntenle a Rosana que sabe) o Miguel Gritar. Los tres últimos discos insisten, además, en canciones rapeadas que dejan de lado el contar una historia y se centran principalmente en describir el estado mental de un personaje. Como estrategia no está nada mal, pero tres discos sobre lo mismo cansan un poco.

Sin embargo, es importante no entrar en la critica barata de negar el nuevo material del Cuarteto basándonos en el hecho de que ahora son mucho más masivos y famosos. Hay mucha gente en este mundo que sólo disfruta de cosas que son exclusivas, y que rechazan todo lo masivo. Uno va a encontrar gente que se jacta de haber escuchado a los Redonditos cuando no los conocía nadie, o de ser hincha de Defensor cuando la hinchada se contaba con un par de manos, o de haber votado al Frente Amplio cuando no aspiraba a ser mas que un partido de oposición. Pero esto es diferente. La critica que vale en el caso del Cuarteto es la que se focaliza en la calidad de la música en sus dos etapas. Porfiado poco tiene que ver con Revista Esta, Otra navidad en las trincheras, Cortamambo, o Barranca abajo. Gracias a la producción de Campodónico, la banda ha ganado mucho en calidad de sonido y arreglos. La recopilación de temas en el disco de 2004 (El Cuarteto de Nos) producido por Campodónico es gloriosa. A pesar de ello, la insistencia en componer canciones rapeadas y políticamente correctas ha desvirtuado la esencia de una de las mejores bandas que ha dado nuestro terruño.

Abajo puede ver y escuchar mi canción favorita del viejo Cuarteto y mi canción favorita del nuevo. Aunque esta última viene con trampa. ¿Y a usted qué canción del Cuarteto le gusta más? Deje de lado su timidéz y sugiera nombres.

**La nota va dedicada a mi hermano, Matias, quien me ha dejado las bolas planas con el Cuarteto.