Coco Conde: tuvo el arco menos vencido
del certamen, pero claro: en algunos partidos ni le patearon, y en otros atajó
Manotas. Así cualquiera, señor Coco Conde (5).
Manota Mejías: si viaja a Rusia, deberá
traerle algo al Cacique, que lo hizo jugar más en 4 meses que Munúas y Lasartes
en dos años y medio (4).
Fuciles: labor consagratoria, sin
fallas. Supreme victory, como decía en la maquinita Killer Instinct, o como se
conoce en España, “Patéale fuerte”. Hay que ver cómo procesa su no presencia en
la Copa del Mundo en caso de que se concrete (7).
Peruzzi: no participó en ninguna
jugada de gol, pero es tanto la sensación de peligro que genera con sus subidas,
que el balance termina siendo positivo (5).
Matías Viña: batalló (2).
Tata González: otro ejemplo claro de que
venir a jugar a Nacional para asegurar su presencia en la selección no estaría
dando sus frutos. Le pasó a Nacho González en el 2013, se vino a Nacional pese
a que tenía menos ganas de ponerse la camiseta que de tomarse un jugo caribeño
sin diluir, y nunca más fue citado. Al Flaco Fernández le pasó lo mismo. Papelito
Fernández, otro que vino y lo llamaron una vez porque es simpático, pero nunca
más jugó. Y el Tata no fue la excepción. No en vano el otro día en Jardines fue
el único jugador de Nacional que no apareció en la foto. Hasta Rolín estaba.
Hasta Rogel. Hasta el gordo Amaral y el Hormiga Valdez estuvieron más cerca de
aparecer en la foto que el Tata (1).
Pacha Espino: tuvo una recta final del
torneo de odontología, como dijo aquel viejo relator. En el resto del certamen
estuvo en su nivel habitual: más bien bajo. Pero fue factótum cuando más se lo
necesitó (6).
Gordo Polenta: lejos del nivel de otrora,
pero no vio la roja en todo el torneo. En un país en el que hay plebiscitos por
cada estupidez que ni le cuento, habría que decidir: el Polenta genial que te
puede dejar con 10 en cualquier momento, o el Polenta medio pelo que nunca es
expulsado (4).
Corujo: es, sin temor a equivocarnos, el
mejor Corujo del fútbol mundial. Cuando debutó recordaba mucho a Fernando
Kanapkis. Pero con el tiempo se fue afiatando, y hoy en día, nos sigue
recordando a Kanapkis. Tiene estudio y se nota, lo cual puede llegar a
complicarlo tarde o temprano (6).
Rolín: fue su mejor campeonato en mucho
tiempo. Claro, casi que no jugó. Quizás fue por eso (1).
Rogel: otro que levantó mucho su
rendimiento (2).
Erramuspe: se estima que el Cacique lo
trajo para pagar una apuesta (2).
Arismendi: era la figura del equipo
hasta que se lesionó. Después volvió y se volvió a lesionar. Al final creemos
que ya estaba recuperado pero, para ese entonces, ya no había lugar para él
(4).
Zunino: nadie daba dos pesos por el ex
violeta, pero se podría decir que cumplió. Incluso hizo un gol estando
lesionado, lo cual levanta su calificación (5).
Aguiar: fue de más a menos. Es decir, de más
puteado a menos puteado. Tuvo la inteligencia de lesionarse antes del clásico y
de meter una buena selfie con gesto alegre y la copa en las manos, como para
demostrar su compromiso. Es que justo le comentaron “mirá que están llamando
para decir que se dieron cuenta que cuando se pusieron a cantar frente a las
cámaras, justo bajaste la cabeza en la parte de “sos el papá de Peñarol”, la
gente es tonta pero no tanto”. Y listo, fue y metió selfie, lo cual asegura su
permanencia en el primer equipo. (5).
Oliva: gran descubrimiento de Medina. Lo
hizo debutar en uno de los clásicos de verano que Nacional perdió, como para
que el botija le perdiera el miedo al fracaso de entrada. En los último
partidos, a su rapidez y exactitud para jugar, le agregó un condimento: la
modalidad “no como ni con hambre” con la que le metió el peso a un sinfín de
jugadores rivales. En el debe, debe moderar su tendencia a rematar desde afuera
del área sin ninguna posibilidad aparente de marcar (en total, 53 remates desde
afuera del área, un gol) (7)
Neves: era la gran esperanza del mediocampo
albo, hasta que se afeitó el bigote, y desapareció de la consideración del
entrenador. Afortunadamente, durante los festejos, vimos que el mostacho le
volvió a crecer, lo cual seguramente le dará chances de retorno para el
Intermedio (3).
Facundo Waller: debe ser el hombre que más
fuerza por jugar en Nacional hizo en la historia del club. Llegó lesionado y
cuando se estaba por curar, se volvió a partir. ¿Qué nos enseña esta historia?
Nada, como el 95% de las historias (SC).
Colo Romero: le cerró la boca a quienes
pensaban que solo jugaba bien contra Peñarol. Es que quedó demostrado que
tenían razón, así que optaron por el silencio (3).
De Pena: indiscutiblemente fue el
jugador más puteado del primer semestre, merced a un sinfín de flojas
performances que comenzaron bien temprano, con su expulsión en el primer
clásico del año, cuando jugó de lateral con la 10 en la espalda. Típico ejemplo
de jugador que vuelve peor de lo que se fue (2).
Viudez: se esperaba más de Tabaré. No
importa cuando lean esto, es el clásico ejemplo de jugador que uno lo ve y
dice: tiene grandes condiciones, pero que se sustentan más con sensaciones que
con rendimiento. Por lo que jugó, (3). Por lo que creemos que podría jugar,
(9). Promedio: (6).
Otormín: tras un par de campeonatos
sin ser tenido en cuenta, volvió al primer equipo y tras unos minutos en
cancha, se rompió los ligamentos. Como para dimensionar la importancia de
cumplir nuestros sueños (2).
Bergessio: anotó más goles en estos 4
meses que en los últimos 7 años, año más año menos. Creemos que encontró su
lugar en el mundo, lástima que lo encontró un poco tarde (7).
Labandeira: ingresó en un par de
partidos y demostró desfachatez. “Si quisiera desfachatez, veo una película de
Tristán” dijo el Cacique, y nunca más lo puso (3).
Coelho: anotó un gol importante y luego casi
no jugó. Empero, su Instagram es de los mejores del plantel (3).
Barcia: pasó de ser un ex futbolista a un
promisorio juvenil en cuestión de pocos partidos. Tiene demasiado estudio para
mi gusto, y ojitos claros. Debería terrajizarse un poco para poder pegar el
pase al exterior (5).
Bueno: Es el jugador más extremista del
miundo. Hay varios deportes en los que las notas más altas y las más bajas son
eliminadas para dar con la nota más justa. En el caso de Gonzalo Bueno, si
sacamos los partidos en los que fue la mejor figura del campo, y los partidos
en los que fue el peor de la cancha, no nos queda nada. Nobleza obliga: tiró
los mejores centros del campeonato. Ni el Leo Sarro a Vázquez le ha tirado
mejores centros (5).
Papelito Fernández: es un torbellino de alegría,
como definía el locutor de canal 10 a Gary Colleman en la publicidad de Arnold.
Anotó el gol más importante del torneo, por aquello de que más vale gol en la
final en mano que 10 goles volando, como los que anotó el delantero Trans de
Danubio. Hablando de mano, recordemos lo que declaró tras anotar un gol
clásico.
DT Medina: una bocanada de aire fresco en
tiempos de trajes hechos a medida, gesto distendido, estudio y palabras
elaboradas, surge el Cacique, con su equipo deportivo, su gesto contrariado e
insatisfecho, y palabras inventadas. El triunfo del boliche sobre la
escolaridad (8).
4 comentarios:
¿Y el puntaje de Papelito?
¡Estulticia!
Por lo demás, muy linda la columna.
Buenisima la nota!! Com dejos de realidad, pero muuuuy comica
Lo digo Hoy, y vengan de a uno: EL TATA VA A URSS 2018
Qué dice el mongólico este?!
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