El poder y la delicadeza

El último fin de semana de octubre será recordado por dos cosas: las primera vuelta de las elecciones nacionales, y el retorno de Luis Suárez a la actividad oficial en su nuevo club –el Barcelona – ante su máximo rival –el Real Madrid– en cancha de este último. ¿No será demasiada casualidad? ¿No parece que los cuatro meses de suspensión pasaron demasiado rápido? ¿No estuvo algo remiso el arquero omaní? ¿De dónde salió Wilmar Valdez? ¿Sandoval no arriesgó demasiado al tirarse a los pies del vasquito en el minuto 94? Dudas que encuentran respuesta en el siguiente informe exclusivo (*).

Publicado en Brecha, 17-10-14.

Todo comenzó varios meses antes del mordisco de Suárez a Chiellini. La ciudad de Salvador de Bahía fue el escenario de un encuentro muy singular. Según fuentes que participaron pasivamente del mismo (puntualmente, el mozo), la reunión tuvo lugar en el comedor del hotel Marangón, no muy lujoso aunque bien ubicado frente al océano. Hasta allí llegaron un periodista de acento uruguayo, un dirigente de acento español, otro de acento italiano, un tercero de acento argentino y un cuarto, que apenas si se comunicaba en un cerrado inglés. Estaban allí a la espera del sorteo de la Copa del Mundo. Naturalmente la identidad de los protagonistas será preservada, más por falta de datos que de ganas de divulgarla.

Nuestro informante narró con lujo de detalles cómo, mientras saboreaban un exótico desayuno rico en fibras, se produjo el siguiente diálogo:

Español> Pues venga, tíos. Que la afición ya está agotada de ver siempre a Messi y Cristiano, necesitamos carne nueva, y creemos que el charrúa es el hombre ideal para despertarnos del letargo.

Argentino> Tranquilo gaita, que mejor explico bien la situación. Escuchame, yorugua: en España quieren a Suárez. Piensan que el hecho de que hable español va a permitir que lo hagan entrar más rápido. ¿Me explico? Cuanto más bolonquis arme, mejor.

Uruguayo> No existe una monocausa

Argentino> ¿Qué decís, boludo? El tema es así: tenemos el sorteo armado. Lo tenemos apalabrado a Ghiggia, que va a tirar las pelotas al piso para distraer. A Uruguay le toca con Italia, Inglaterra, y uno cualquiera de medio pelo. El chabón arma bardo en el partido contra Italia, lo suspenden, ustedes arman un alboroto bárbaro con eso de que son los eternos perseguidos del Mercosur, ponele que le dan dos o tres meses de suspensión, a lo mejor si la defensa de la AUF ayuda, hasta le dan cuatro. En el Liverpool ya no lo van a querer más y eso va a bajar considerablemente el precio, ¿verdad?

Inglés> The pencil is blue.

Argentino> Exacto. Entonces Suárez pasa al Barcelona sin pagar la cláusula de 100 millones de euros, y lo hacemos debutar contra el Madrid. Y ahí estalla todo.

Español> Pero nos aseguraremos de que el jugador italiano agredido no presente cargos, así quedará habilitado para jugar partidas amistosas y coger algo de forma.

Uruguayo> Esto está más conversado que truco de 8.

Argentino> ¿Pero qué te pasa, forro?

Italiano> Mi piace molto la proposta.

Uruguayo> Mirá que camaleón que se duerme se lo lleva la corriente.

Argentino> Sí, yorugua. Vos tranquilo. Vos solo tenés que hablar con Suárez para que muerda a Chiellini. Decile que es amigo de Evrá, que van a jugar juntos en la Juve, o lo que sea. Chiellini ya está tocado, no pidió mucho, se ve que no necesita. En el 98, por fingir el ataque de epilepsia Ronaldo nos pidió muchísimo más. El italiano primero va a hacer bardo pero después le va a bajar decibeles a la cosa vía redes sociales, va a decir que fue cosa del momento…

Italiano> Il cuore batte a mille chilometri all’ora.

Argentino> Exacto, las pulsaciones a mil. ¿Entendés, inglés?

Inglés> Oh, migo, migo, migo…

Uruguayo> A ver si me puedo hacer mi propia composición de lugar. España gana porque revitaliza lo que es su competencia interna. El inglés también porque se sacan de encima a un problema como lo es Suárez. El italiano se llevará una cometa, lo mismo que vos. ¿Y Yogui?

Argentino> Para vos también hay, boludo. ¿No te gustaría trabajar en Fox?

Los meses pasaron y el plan se fue ejecutando a la perfección. Hay quienes afirman que, enterado de la trapisonda que bien podría complicar el futuro de Uruguay en la Copa del Mundo, el ex presidente de la AUF Sebastián Bauzá se convirtió en una piedra en el zapato. Pero no tardaría en caer.

El hallar a su sucesor no fue cosa difícil: el actor ítalo-argentino Gino Renni se haría cargo de los destinos de la Asociación Uruguaya de Fútbol. Adoptaría una nueva identidad (Wilmar o Wilmer Valdez, los “socios” no llegaron a ponerse de acuerdo) y le inventarían un pasado como dirigente de Rentistas, bajo el entendido de que a nadie en su sano juicio se le ocurriría chequear ese dato.

Una de las tramas más sórdidas de la historia del fútbol moderno estaba en marcha. Pero les había quedado apenas un cabo suelto que deberían atar antes de que la Brazuca ™ comenzara a rodar sobre suelo brasileño.

Por la positiva

A los instigadores del plan se les olvidó un detalle: en 2014 habría elecciones nacionales en Uruguay, lo que bien podría llegar a complicar el panorama. Pues a través de una persona allegada a los involucrados en la trama, a quien llamaremos P.T., el “grupo” tenía llegada directa tanto con el presidente en ejercicio, como con apenas dos de los tres candidatos que a principios de 2014 se daban como seguros contendientes en octubre:

“Con el Guapo estaba todo mal” comentó P. T. “Una vez le quise vender una camiseta y no solo me dijo que no, sino que encima me pareció que me hacía burla con la voz”, agregó. Las posibilidades de contar con su anuencia (o al menos, con su no intervención) si el escándalo salía a la luz eran mínimas. Máxime cuando trascendió que Sebastián Bauzá sería el candidato nacionalista a la Intendencia de Montevideo, impulsado por el sector de Larrañaga.

Ahí fue que a Gino Renni se le ocurrió una idea genial: intervenir la interna nacionalista. De su vínculo con la empresa Tenfield recordó el nombre del publicista que allá por 2005 elaboró unos spots en los que –por ejemplo– aparecía la frase “O. J. se come la cancha” junto a la imagen de O. J. Morales comiéndose una torta con forma de cancha, o la frase “Barbat la descuelga” junto al ex arquero de Danubio colgando un soutién en una cuerda.

No le costó mucho vincular al creativo con el comando de campaña de Larrañaga. La serie de spots “preguntas para Larrañaga” fue suficiente para dejar al candidato sanducero sin chance. Lacalle Pou sería el candidato único del Partido Nacional. A cambio, P. T. apenas si solicitó prioridad en la licitación por los derechos de la mascota del Sudamericano Sub 20. “Tengo un disfraz de Scooby Doo que me quedó de clavo de un cumpleaños infantil, lo tengo que desquitar de alguna manera”, manifestó en su círculo íntimo.

Ya sobre el final solicitó que el equipo de sus amores se proclamara campeón uruguayo, pero no había tiempo suficiente. “A lo sumo te podemos conseguir que gane el clásico por goleada”, le dijeron. “Cuac, cuac” respondió. Lo que en el argot de las mascotas deportivas, significa “trato hecho”.

Lo que vendrá

Hasta ahora, el plan ha logrado cumplirse prácticamente sin fallas. Suárez mordió a Chiellini, que primero pareció que le habían amputado el brazo y que iba a hacerle la denuncia en la seccional más cercana, pero que a los 15 minutos faltó decir que tenía un póster en el cuarto con Suárez con la camiseta de Nacional. Mientras la FIFA lo sancionaba y presuntamente no lo dejaba ni jugar a la Xbox, Barcelona lo terminó comprando a precio de feria.

¿Qué club compra a un jugador con tendencia a engordar y a morder rivales, y que estaría obligado a estar en su casa durante cuatro meses? Solo uno que tenga más información que la aparentemente disponible, apoyado en los abogados del futbolista, quienes le privaron de cualquier posibilidad de zafar de la sanción con argumentos extraídos de un capítulo de la segunda temporada de la serie Matlock.

Es de esperar que poco le haya costado a esta banda de mercenarios conseguir fraguar el sorteo de la Liga BBVA, que se desarrolló el 24 de julio en el Salón Luis Aragonés de la Ciudad del Fútbol en Las Rozas, Madrid. Algo así como la sede de la AUF pero con un aspecto acaso menos miliquero. Quizás pudieron haber disimulado un poco, pero no: colocaron el clásico ante el Barcelona precisamente el día en que Suárez quedaría habilitado.

Tampoco dudaron en dar con el –de por sí no muy elevado– precio del arquero omaní, que el pasado lunes en ocasión del primer gol de Suárez se dejo caer cual bolsa de portland. Tampoco se olvidarán de fraguar las encuestas que se publicarán la semana próxima, horas antes de la veda, como forma de premiar a las fórmulas presidenciales más amigables. O hasta de tirarle algún euro a Iker Casillas, que ya en el Mundial demostró una extraña propensión a los errores “sospechosos”, para que modere sus reacciones cada vez que el salteño entre en juego.

Porque el poder y la delicadeza no van de la mano.

 (*) Advertencia: los hechos y/o personajes aquí narrados son ficticios. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.