Confieso que desde que vi por vez primera el aviso televisivo de República Afap en el que un par de uruguayos del futuro programa sus sueños antes de irse a dormir, lejos de experimentar deseos de afiliarme, no he podido dejar de imaginar el momento en el que uno sea capaz de pautar su propia actividad onírica.
Más allá de los usos más triviales (practicar el acto sexual con tal o cual individuo, o partirle el cráneo a tal o cual otro), se tarda poco en comenzar a vislumbrar las potencialidades de una invención semejante, aplicadas –por ejemplo– a nuestro deporte rey.
Pues un hincha de Peñarol podría programarse una vuelta olímpica para la noche próxima, o incluso una participación en la fase de grupos de la Copa Libertadores para la hora de la siesta. Y un hincha de Nacional con un poco de inventiva podría concretar su viejo anhelo de ganar un clásico oficial por más de un gol. O hasta tener un lateral izquierdo con subida, o una camiseta que no parezca el biombo de un conjunto de parodistas. Ni que hablar que los hinchas de Defensor (capaces de comprar los más onerosos modelos de estos programadores de sueños del futuro) podrían de una buena vez saber qué se siente ser beneficiado por el árbitro al enfrentar al elenco carbonero, o incluso llenar una tribuna.
Claro que no todas serían rosas. ¿Cuánto tardaría Tenfield –ya encabezada por algún familiar directo de Casal, o aún liderada por la cabeza de éste al mejor estilo Futurama– en monopolizar los derechos de venta de tan valioso medio de felicidad? “Sí, te dejamos soñar lo que se te plazca… pero en el medio, ¡una hora de Rumbo a la Cancha, y media de Sábados Fatales!”
Tampoco faltará el mal tipo que –tras haber pescado a su amigo durmiendo en plena jornada laboral, en un velorio, bajo un gomero o en la sala de espera del proctólogo– decida arruinarle el alma haciéndolo soñar con el retorno de Arnulfo Valentierra a filas aurinegras, con la asunción de Julio Ribas al frente del primer equipo parquense, o con que Danubio fue desafiliado por no haberle podido pagar el psicólogo a Daley Mena.
Análogamente, las principales marcas harían lo imposible por concretar acuerdos con los fabricantes de sueños, a fin de aprovechar el descenso nocturno de nuestras barreras represivas y así cascotearnos el inconsciente con la pegadiza canción de la mortadela Cattivelli, o el inconmensurable “y pensar que me habían dicho” de Vesubio. Poco tiempo pasará antes de que los partidos políticos también se aviven y comiencen a usufructuar las horas de sueño de aquellos votantes del centro que bien pueden terminar definiendo la elección. Claro que el Partido Colorado debería cambiar aquello de “despierten uruguayos” (pues 5 de cada 100 podrían comenzar a tener problemas de insomnio), mientras que los seguidores de Larrañaga podrán jugar con que “Guapo es el que se levanta a las 6 de la mañana”.
Por todo lo antedicho, y antes de que estas temibles profecías amaguen con concretarse, será mejor desarticular todo intento de creación de tan nefasto artefacto. La salud mental de los uruguayos y uruguayas de clase media está en juego.
Más allá de los usos más triviales (practicar el acto sexual con tal o cual individuo, o partirle el cráneo a tal o cual otro), se tarda poco en comenzar a vislumbrar las potencialidades de una invención semejante, aplicadas –por ejemplo– a nuestro deporte rey.
Pues un hincha de Peñarol podría programarse una vuelta olímpica para la noche próxima, o incluso una participación en la fase de grupos de la Copa Libertadores para la hora de la siesta. Y un hincha de Nacional con un poco de inventiva podría concretar su viejo anhelo de ganar un clásico oficial por más de un gol. O hasta tener un lateral izquierdo con subida, o una camiseta que no parezca el biombo de un conjunto de parodistas. Ni que hablar que los hinchas de Defensor (capaces de comprar los más onerosos modelos de estos programadores de sueños del futuro) podrían de una buena vez saber qué se siente ser beneficiado por el árbitro al enfrentar al elenco carbonero, o incluso llenar una tribuna.
Claro que no todas serían rosas. ¿Cuánto tardaría Tenfield –ya encabezada por algún familiar directo de Casal, o aún liderada por la cabeza de éste al mejor estilo Futurama– en monopolizar los derechos de venta de tan valioso medio de felicidad? “Sí, te dejamos soñar lo que se te plazca… pero en el medio, ¡una hora de Rumbo a la Cancha, y media de Sábados Fatales!”
Tampoco faltará el mal tipo que –tras haber pescado a su amigo durmiendo en plena jornada laboral, en un velorio, bajo un gomero o en la sala de espera del proctólogo– decida arruinarle el alma haciéndolo soñar con el retorno de Arnulfo Valentierra a filas aurinegras, con la asunción de Julio Ribas al frente del primer equipo parquense, o con que Danubio fue desafiliado por no haberle podido pagar el psicólogo a Daley Mena.
Análogamente, las principales marcas harían lo imposible por concretar acuerdos con los fabricantes de sueños, a fin de aprovechar el descenso nocturno de nuestras barreras represivas y así cascotearnos el inconsciente con la pegadiza canción de la mortadela Cattivelli, o el inconmensurable “y pensar que me habían dicho” de Vesubio. Poco tiempo pasará antes de que los partidos políticos también se aviven y comiencen a usufructuar las horas de sueño de aquellos votantes del centro que bien pueden terminar definiendo la elección. Claro que el Partido Colorado debería cambiar aquello de “despierten uruguayos” (pues 5 de cada 100 podrían comenzar a tener problemas de insomnio), mientras que los seguidores de Larrañaga podrán jugar con que “Guapo es el que se levanta a las 6 de la mañana”.
Por todo lo antedicho, y antes de que estas temibles profecías amaguen con concretarse, será mejor desarticular todo intento de creación de tan nefasto artefacto. La salud mental de los uruguayos y uruguayas de clase media está en juego.
(Publicado en Guambia.)
2 comentarios:
es muy cierto tu pensamiento andres,pero-siempre hay un pero cuando un uruguayo plantea una idea-seria la unica forma de que al fin hagan los autoadesivos de 13a0 y que le manden alguno a los oyentes y oyentas del interior,tambien podriamos presenciar una buena participacion de estela en el preguntin con ayuda del santi,o a martin de la blanqueada perdiendo en la primer pregunta y siendo el primer participante en vez de esperar para juntar las sobras,ver al maxi arias jugando al futbol...bueno me fui al carajo,eran sueños no milagros.ta luego
Qué lindo lo que decís, Zorro.
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