Cinema Soca: Otra anti-recomendación

El domingo pasado fui al cine a ver The Master, el nuevo film de Paul Thomas Anderson. Un amigo me dijo que era muy buena y le creí. Además, el título de la película me traia gratos recuerdos de aquella serie protagonizada por Lee Van Cleef. A decir verdad, El Maestro de Van Cleef fue una de esas tantas series de muy escaso suceso en su país de origen (duro sólo 13 capítulos) pero que marcó a varios miles de uruguayos. ¿Quién no probó en aguantar la respiración imitando al maestro ninja? ¿Quién no intentó emular sus tecnicas de inmovilización? De hecho, el impacto de esta serie fue tan grande en algunas generaciones de compatriotas, que no es muy aventurado pensar que el propio Alvaro Recoba fue influenciado por las técnicas de inmobilidad profesadas por Van Cleef. No es muy loco pensar que esas técnicas le han permitido abstenerse a correr todas las pelotas divididas que le han pasado a menos de medio metro. Claro, la diferencia esta en que mientras Van Cleef se hacia el muerto para que sus enemigos no lo mataran, Recoba se hace el muerto para que sus amigos se maten corriendo.

Ahora bien, volvamos a The Master de Paul Thomas Anderson. Lo primero que quiero decirles es que no les recomiendo verla. Quizás mi juicio este afectado porque me perdí de algo importante. Tal vez usted la vea y le parezca una obra de arte. Pero le mentiria si no le digo que mi evaluación de esa película es similar a lo que podría llegar a pensar si me tropezara y cayera sobre escrementos de elefante. Y esto, considerando que un elefante promedio defeca casi seis boñigas (seis soretes, para ser más claros) de aproximadamente 20 centimetros de longitud y 15 de diametro cada una. En otras palabras, eso es, un monton de bosta. Y si bien es exagerado decir que The Master es un bostazo, no es muy dificil defender la idea de que el film cuenta con varios elementos que rozan lo fecal. Para empezar, los dos personajes principales son seres despreciables. Uno, encarnado por Philip Seymour Hoffman, es un charlatan que estafa gente con sus ideas místicas. El otro, interpretado por Joaquin Phoenix, es un ex veterano de guerra que no deja de meterse en problemas donde quiera que vaya, jodiendole la vida a la gente. Por una situación fortuita, ambos personajes se cruzan y terminan uniéndose en la causa del chanta. Si bien la existencia de personajes despreciables no es algo que necesariamente atente contra una película (puede ser todo lo contrario), la historia en la que se ven embarcados es aburrida y predecible. Eso habla mal de un guión que logra bastante poco; que tiene diálogos que no atrapan ni por indignantes ni por sorprendentes o interesantes.

Tomando en cuenta todo esto, se puede decir que la fotografía y música de The Master son los puntos más altos. La banda sonora, por ejemplo, fue en su mayoría compuesta por Jonny Greenwood, guitarrista de Radiohead. Claro, usted me podrá decir que si quiere ver buenas fotografías y filmaciones se mira el discovery channel, y que si quiere oir a Greenwood, se escucha un disco de Radiohead. Y yo le puedo decir que usted tiene razón.