miércoles, 29 de abril de 2015

Salada la canchita: el futbol es más parecido a la vida que el cine...

La película "Crímenes imperdonables" ("An american crime", 2007) narra un espantoso caso real: en 1965 Sylvia Likens, de 16 años, fue dejada en custodia a Gertrude Baniszewski, quien junto a tres de sus hijos y algunos muchachos emprendedores del barrio, la torturaron hasta matarla. Los vecinos vieron varias de estas cosas pero como suele pasar, juzgaron que era más prudente no decir nada.

No vi la película, aunque leyendo la sinopsis parece que es bastante fiel a lo ocurrido. Es una película de terror, al fin y al cabo y se muestra crueldad a rolete. Pero -y aquí está el motivo de esta columna- al final en el film Sylvia se escapa y se salva de una muerte segura, siendo rescatada por sus insolventes padres que la habían dejado a cargo de la poco samaritana Baniszewski. Ese final feliz de la película, por decirlo de alguna manera, falsea rotundamente la horrible realidad. No será la única vez que esto suceda. Nadie salvó a Sylvia ni hubo quien lo intentara.

No es el primer film, por cierto, que viene con final feliz garantizado con el precio de la entrada. Los ejemplos sobran de edulcoraciones (¿se dirá así?) de este triste mundo. En el género del biopic (o película biográfica, para los que detesten los anglicismos) hay de eso para todos los gustos. En rigor, gran parte del cine que relata la historia de alguien -o algún suceso en particular, como el ejemplo citado aquí- lima los detalles más ásperos y sórdidos del homenajeado. Se me dirá que los muertos que todos los cristianos tenemos en algún ropero es lo más interesante de la historia que nos van a dar. Y se me dirá con razón, pero...

Generalmente, la biografía es un acto de homenaje al protagonista y no viene al caso si el tipo en cuestión le clavaba los cuernos seguido a la patrona o se la daba con flit y lubricante si por otro lado fue un soldado ejemplar. Por no hablar de que siempre hay alguna gente sin sentido del humor (o deudos, si el biografado pidió pase para el subsuelo) que amenace con simpáticos juicios si uno cuenta esas cositas que todo el mundo sabe pero que nosotros no podremos probar en un tribunal.

Una variante menos transitada del género -si es que existe ese género como tal- de crónica de sucesos reales es cuando la película es abiertamente detractora del personaje o hecho a relatar. Un ejemplo famoso de biografía para atrás es "Che", pero no la de Soderbergh con Benicio del Toro -bastante objetiva y creíble para venir de Estados Unidos, la verdad- sino la primera versión también hollywoodense de 1969, con Omar Sharif como Guevara y Jack Palance como Fidel. Digo que fue famosa no por su calidad cinematográfica ni su utilidad histórica, sino más bien por su histeria anticomunista, que al final amenazaba con el efecto contrario al deseado. Aclaro que no la vi y escribo de oídas, porque no soy como otros cronistas cinematográficos más famosos, que comentan films que no vieron.

Un ejemplo que uso reiteradamente -y que no recuerdo si ya apareció aquí- es el de "El día final", film con Scwarzenegger en que el austríaco fisiculturista se las tiene que ver con Mandinga, nada menos y termina salvando a la chica cagándolo a trompadas al Malo. El problema es que -¿un spoiler de 15 años después del estreno sigue siendo un spoiler?- el ex gobernador de California termina muriendo para salvar a la chica que está condenada a ser la futura madre del Anticristo o algo así.

Lo concreto -y más allá de lo poco interesante del film, que no deja de ser una más de aventuras del Arnold, mezclada con aburrida retórica religiosa y un clima oscuro apocalíptico muchas veces visto- es que la película fue un fracaso comercial, sin que tuviera mucho que ver si estaba bien o no, si aburría o entretenía, sino más bien por el hecho de que nuestro héroe al final estiraba la pata. Podríamos decir que la mina, el discutible borrego y el mundo entero (incluyendo los votantes de Rachetti) se salvaba, pero nada de eso pareció hacerle cambiar la opinión a la gente, que no quiere ver al protagonista cagar fuego al final, por más noble que sea su sacrificio.

Eso nos lleva a la tesis final de esta columna. El cine -y las series de televisión, que muchas veces suelen ser superiores a las películas actuales de la gran industria pero tampoco son lo nunca visto- están abusando de la obligatoriedad de que todo termine más o menos bien. Si veo un capítulo de NCIS, CSI o cualquier serie policial, sé bien que en determinada cantidad de minutos todo se va a arreglar y descubrirán quién fue el sotreta que está matando inocentes. Por eso yo sostengo que un partido de fútbol es más realista que un film comercial: no sabemos cómo va a salir; a veces pierde el que merece ganar; el poderoso gana la mayoría de las veces, aunque se coma algún tereso de vez en cuando. Y, a diferencia de las películas donde siempre tiene que haber determinada cantidad de acontecimientos que narrar,  no sabemos si habrá mucha acción o poca, si habrá mucha resolución o todo terminará en un 0 a 0 absolutamente al pedo. 

Salada la canchita, una columna que te acomoda los finales según le convenga, trae hoy un film bastante olvidado y muy subvalorado en su tiempo: Almuerzo desnudo (1991), la poco convencional adaptación por el gran David Cronenberg de la insólita novela del fumeta Williams Burroughs. Inteligente, profundamente cinematográfica, medida (el tema de las drogas y de los insectos-máquina se daba para volarse mal), es probablemente mejor que la novela, lo que no suele ser muy frecuente. Para mejor, tiene mucho jazz. Eso sí, por suerte no hay más máquinas de escribir.

¿Qué tiene que ver con el tema de la columna?. Nada, pero tenía ganas de subirla para quienes no la vieron y para quienes quieran repasar buen cine.



  

15 comentarios:

Am I Evil? dijo...

No sé si tiene mucho que ver con la columna, pero a veces no se le pone mucha carga de justeza, precisión y rigurosidad a las películas que retratan desde algún aspecto a algún personaje o algún hecho en particular dejandose de tener en cuenta que al fin y al cabo es arte (malo, bueno o más o menos) y lo que tendría que primar es el vuelo -nuevamemte malo, bueno o más o menos- artístico del director?

No es pararse desde un pedestal de purismo histórico el criticar si a Martin Luther King lo hacen blanco como la leche o a Hitler hincha del Maccabi Tel Aviv?

De ultima estás viendo una película, no recurriendo a una fuente histórica avalada por la comunidad de historiadores.

Facundo dijo...

Estoy de acuerdo en que tiene que primar el "vuelo artístico" a la rigurosidad histórica, pero creo que lo que la columna critica es cuando esos dos elementos se dejan de lado forzando el feliz final.

Alvaro Fagalde dijo...

Interesante aporte de ambos.
Podes hacer una interpretacion libre de los hechos y decirlo asì. Pero si decis que estas narrando las cosas como pasaron, no mientas después.

Por ejemplo, la película "Desde el infierno" dice quien era Jack el Destripador, cosa que no está comprobado ni mucho menos, pero la película miente al darlo como indiscutible.

Tambien, para complicar las cosas, hay que decir que es filosóficamente imposible narrar algo que sea 100 % verdad porque no hay UNA verdad en nada.

Pero lo que dice Facundo, también es cierto.

William Fagundez dijo...

Salada la canchita una referencia cinéfila!!!

Prometo leerlo prontamente, pero me quedo una cosa tildada de anteriores entregas y más precisamente sobre maccartysmo.
Hay una película en la que actúa Woody Allen. Buscan actores los cuales son tratados de colaboracionistas. Inclusive el señor Allen es juzgado en la película. Creo que no es "Días de Radio", pero quizás me equivoque.
Me podría desasnar?
Saludos

Alvaro Fagalde dijo...

Maccartismo y actuacion de woody:
"El testaferro" (1976, dirigida por Hal Ashby) realizada por varios perseguidos por las listas negras, donde el Allen hace justamente del testaferro mediocre que presta su nombre para que los perseguidos puedan trabajar.

Digo, de memoria sin consultar en Internet.

Pancho dijo...

Como siempre, impecable artículo. Estoy totalmente de acuerdo en que la rigurosidad histórica a veces se deja de lado para darle vuelo cinematográfico a los hechos narrados, pero de ahí a cambiar los finales que sucedieron en la realidad, es muy estúpido y le resta atractivo al film para mi. Por supuesto que se manipula siempre la historia, por ejemplo el cine yanqui durante décadas trató a los indios como loquitos asesinos con lanza, a los que el bueno de Custer los ponía en vereda. La historia es bastante distinta a lo que John Wayne nos mostraba en sus heroicidades como vaquero y boina verde, pero en fin, el cine es maravilloso a pesar de que también siempre fue utilizado para otros fines mas allá del entretenimiento.

Martín dijo...

Estimado, un detalle respecto a An American Crime: si bien Sylvia 'escapa' y se reúne con sus padres, los cuales horrorizados van con ella a rescatar a Jenny (la hermanita), en cuanto llegan a la casa se encuentran con Sylvia agonizando. Resulta ser que el escape y todo lo sucedido a partir de ese entonces era una alucinación antes de morir.

Hay otra película que relata esta historia realmente macabra (creo se llamaba The Girl Next Door), pero el giro final de ésta (cuál?) me pareció realmente interesante.

Salud.

Alvaro Fagalde dijo...

Martin: no sabia. Eso me pasa por no ver la pelicula.

Vesubio dijo...

capaz que las historias reales más cercanas a la realidad son las que hablan de una sección de la historia, no las que pretenden abarcar toda una vida. me acordé de Selma, la de la marcha de ML King.

Sinca Bellos dijo...

Hay una película en la que actúa Robin Williams acera de un tipo que, no recuerdo de que manera, se mete en las memorias de los fiambres y arma con sus recuerdos una especie de video clip resumen de su vida y lo muestran en el funeral de los finados.

La cuestión es que éste loco termina tan hecho pedazos como el propio Robin de la gente.

Ve las vidas en POV, si se me permite el pornográfico termino, por lo que presencia todo tipo de bajezas y delitos que deben ser ocultos a la hora de mostrar el resumen.

Sería más o menos así, no sabemos y, a veces ni conviene, saber lgunos detalles de la gente, sean héroes o no, por aquello de los muertos y los "placares", aunque concuerdo que hollywood se pasa, normalmente, pal otro lado.

Sinca Bellos dijo...

Faga, tuve que esperar 62 paginas para ver una mina tocando el culo de otra y encima volleybolista, o como se escriba!!

Decí que ahora, por la 170, la cosa ha mejorado bastante.
Me eh arrepentido de no comentar más de una de esas columnas.

Saludos

Sinca Bellos dijo...

Sepan perdonar la horrible redacción y sintaxis de mi comentario acerca de la pelicula de Robin, no se puede atender publico, escribir y ser ignorante a la vez

mike yanagita dijo...

Una precisión: el director de El tEstaferro es Martin Ritt, también perseguido por "lennon y Mccarthy".
Un par de años después hizo Norma Rae, inspirada en la vida de Mabel Lolo.

OTra buena película sobre el tema es Culpable por sospecha con Robert de Niro y Anette Bening.
Es del año 91, dirigida por Irwin Winkler, un tipo que su mayor "mérito" era ser el productor de Rocky (la vida te da sorpresas...)

Mauro M. dijo...

Cuanto nivel!

Por ende mi aporte a esta causa es destacar esto y mantener silencio.

Alvaro Fagalde dijo...

Tiene razon Yanagita. Otra vez pasa por citar de memoria.

Sinca: te noto mas turbado que nunca.