miércoles, 11 de marzo de 2015

Salada la canchita: Dale chicote que le gusta...

Si una novela vende muchos ejemplares, se hará su adaptación cinematográfica, previo pago de los aranceles correspondientes, aunque parezca escrita por un retardado mental con dislexia. Esto explica que se haya filmado "50 sombras de Grey", novela que no he leído y estoy muy orgulloso de ello. Tampoco quería ver la película, por cierto, pero la patrona supo eludir mis negativas ganando unas entradas en un sorteo por FB. Para peor, insinuó que si yo no iba, ella podía ir acompañado por "otra persona". Y no es cosa de irse a acostar y encontrarse a la mujer de uno toda curtida a rebencazos...

La apabullante publicidad que atosigó a propios y extraños con la "escandalosa" novela adaptada incluyó alguna "noticia" sobre un tipo que mató a la mujer cuando se pasó de rosca parodiando alguna escena para una Misión del blog en algún país preferentemente muy lejano, ya sea Suecia, Kosovo, Borneo o los anillos de Saturno, cuando no de la veterana arrestada en un cine cusqueándose con las peripecias de la hija de Don Johnson y Melanie Griffith en México, o Uzbekistán o el barrio Nuevo Capra. La expectativa fue creada por los medios de comunicación -que incluyen en cada vez mayor proporción a páginas como Yahoo, Hotmail y Gmail- a quienes ni por asomo se les ocurre algo así como escribir con cabeza propia.
Vivimos en un mundo donde mostrar una teta escandaliza pero nadie se mosquea si hay un videojuego donde despedazar al enemigo te dé puntos extras. A diario vemos cómo mueren mujeres golpeadas y torturadas por sus correspondientes parejas y/o ex, cuando no alguno que quería y fue rechazado, sin que haya tantos indignados, que yo vea. La buena, soñadora, simpática y virgen (faltaba más) Anastasia Steele se enamora del Grey multimillonario, simpático, carilindo, musculoso, generoso, sensible e hincha de Racing. Pero el tipo tiene un trauma de aquellos porque de pendejo anduvo con una veterana dominatrix (o sea, se deja pero ella te caga a trompadas) y ahora al multimillonario, simpático, etc.,etc. sólo le gusta ponerla si hay rebencazos, piñazos y algún objeto metido allá donde te conté. No sabemos cómo ni cuándo pasó de maso a sado.

La película no deja de ser un teleteatro con palmadas en el traste, tal como la definí a las numerosas féminas que me pidieron su opinión. El hecho de que antes de ponerla -o después de la primera vez, no recuerdo bien- se pongan a escriturar un contrato para ver cuantas veces él le toca aquello o cuantas vueltas ella se deja atar con tanza es lo menos erótico que se me puede ocurrir, excepto ver a mi vieja en tanga. El sexo y/o el erotismo y/o la pasión amorosa es algo mucho más desprolijo, espontáneo, caliente, sudoroso y complicado que ese aviso publicitario que nos quieren vender en tantas salas de shopping.
   
Escándalos en serio hubo muchos en la historia del cine y casi todos fueron promovidos por gente que cree que tiene derecho a determinar qué es lo que pueden ver los restantes mortales de acuerdo exclusivamente a sus creencias y gustos propios. No tengo ningún interés de mencionarlos todos, pero vamos a enumerar dos y medio:

1- En 1952 el gran Max Ophüls realizó "La ronda" y alguna gente muy cristiana se ofendió por esos personajes de diferentes clases sociales que tenían romances unos con otros, formando la ronda del título. Era una comedia muy ácida donde no se veía ni una teta pero los pedidos de prohibición en el paisito corrieron más bien por parte de gente religiosa que se ofendió de que la película insinuara que había quienes tenían sexo con otros más allá del matrimonio. Habráse visto...

2- Veinte años después, el menos talentoso Bernardo Bertolucci filmó la más recordada "El último tango en París" donde un aún no tan gordo Marlon Brando tenía una crisis existencial que lo llevaba a entablar -bueno, todo el mundo la vio, cuando se levantó su prohibición al caer la dictadura- una relación con la joven María Schneider, que no se sentó en la fotocopiadora como su sobrina uruguaya Laura, pero bien que le vaciaron un paquete de manteca Calcar. Acá el escándalo fue por tanto darle o porque la mina estaba comprometida con uno y hacía de tostada para otro...

2 1/2- La Demetria Moore es fiel a su marido -faltaba más- pero termina entregando el rosquete porque Robert Redford le ofrece un millón de verdes (RR: en Punta del Este con U$S 200 conseguís un completo y en HD) y precisaba la guita para un Play 4. Estoy hablando de la palometa "Propuesta indecente", dirigida en 1993 por el pedorro Adrian Lyne ("9 1/2 semanas", "Flashdance", "Atracción fatal"). Quisieron vender un escándalo y nos tiraron con una payasada. El multimillonario, carilindo, simpático... -¿epa, dónde leí ésto antes?- aunque un poco zoretito Robert propicia el relajete en este "escándalo" para monjas veteranas. ¿El tener mucha guita te alarga el pitito?.

Salada la canchita, una sección que te la pone si te la tiene que poner, hoy presenta una película erótica de verdad pero donde los culos, pijas, conchas y alguna teta entreverada -como suele decir el Zorrete- sirven de marco a una historia estremecedora de un señor feudal en el Japón militarizado que pronto entraría en guerra con todo el mundo civilizado, quien entra en el juego de dominar a la mujer pobre y necesitada que, sin embargo, sexo mediante, invertirá los roles y lo llevará a un camino de locura y muerte (y de desgaste de chota) que nadie imaginaba. El imperio de los sentidos (1978, Nagisa Oshima) generó un escándalo en serio, pero las escenas de sexo no simulado no deben esconder la crítica social adjuntas.


17 comentarios:

Darío dijo...

Mucho cine yanqui y algo de europeo, cuando vamos a reivindicar a la inolvidable Coca Sarli. Habria que trascribir los diálogos, ahí estaba la genialidad de Armando, pero claro uno se entretenia con las tetas y se olvidaba del resto

Unknown dijo...

Vamo arriba el osito eehhhh!

Alvaro Fagalde dijo...

Darío: la Coca ya tuvo su columna cuando ésta (*) era aún "Cinema Soca" y yo era artista invitado.

Al oso bufarròn lo quiero en mi cuadro.

Alvaro Fagalde dijo...

Darío: la Coca ya tuvo su columna cuando ésta (*) era aún "Cinema Soca" y yo era artista invitado.

Al oso bufarròn lo quiero en mi cuadro.

LaSordaDeMierda dijo...

Sabemos que generalizar no es lo correcto pero me supera:

leer 50 sombras del escroto = te falta sexo en la vida real

FlacoRamón dijo...

Faga sin duda que debo ser uno de los tipos que haya visto menos cine de este país, pero creo que después de ver Saló difícilmente encuentre algo mas trasgresor y al mismo tiempo tan descarnadamente real para representar la berretada que puede llegar a ser el ser humano.

Enanobufon dijo...

Todavia me acuerdo cuando cuando fue a cinemateca a ver el imperio de los sentidos ... Y cuando la mchacha se queda en sus manos y cuchillo mediante con su objeto de deseo.... en este caso la pija.... de las escenas mas fuertes que vi en mi vida...

Pancho dijo...

La inolvidable frase de la Coca: "Que pretende de mi!" en una escena super bizarra, donde el erotismo está lejísimo para los gustos del presente. Una Coca con un dos piezas como usaba mi madre, tomando baños de cola en una ensenadita con rocas, tan sensual como Daisy Tourné en su baño, tan erótica como Abigail en topless. En fin, y pensar que nos hacíamos la cabeza con ese despliegue....

Darío dijo...

Pancho : era lo que habia

Sinca Bellos dijo...

Para mi es el Oso de Detaquiten. Bien faga bien

El_Pordiosero dijo...

BOB = Bien Oso Bien!

Facundo dijo...

"...una película erótica de verdad pero donde los culos, pijas, conchas y alguna teta entreverada sirven de marco a una historia estremecedora..."

Linda frase para poner en la parte de la carátula de la película donde ponen los comentarios de los críticos.

Alvaro Fagalde dijo...

En cualquier momento salgo citado en las contratapas de los DVDs.

Alvaro Fagalde dijo...

Pa mi el patito la està pasando bien...

zorro d colonia dijo...

Bien Faga bien

Ce dijo...

No leí la novela ni vi la película.
Por ahora. Seguramente vea la película, no la prejuzgo aunque tampoco espero demasiado.

Ahora, más allá de la reseña, me queda la duda* sobre si después de ver la película salió una arreglada de horno.

Mauro M. dijo...

Bien Fagalde, bien.

Comparto el hecho de no caer en constantes prejuicios, pero realmente no se puede evitar con películas o libros con argumentos taaaan básicos como prefabricados.