Lamentablemente, no pudimos cubrir ni una sola de las películas presentadas. Primero, porque Reyes se durmió con las acreditaciones. Segundo, porque nos ibamos al otro día de la apertura del Festival. Y tercero, pese a que teníamos tiempo para ver aunque sea un título (teníamos una chilena en la mira), ocurrió que la patrona -al mejor estilo Sorda de Mierda- en el momento en que teníamos que caminar dos cuadras para llegar a la sala, se puso cachonda y procedió a someterme a sus más bajos instintos -si tiene otro tipo de instinto, no se lo conozco- sin la menos consideración por las necesidades culturales de los putos que leen este blog. Pasaban "Elsa y Fred", "Relatos salvajes" y unas cuantas más que no conocemos.
Si tenemos que resaltar las características que pude ver de los cubanos, las resumiría en tres: 1- hablan sin parar; 2- no son agresivos ni xenófobos, pero son los reyes de los chantas con los turistas; 3- les encanta discutir y pelearse (verbalmente) por cualquier pavada; 4- hablan sin parar.
Están bastante resentidos de las diferencias que hacen con los turistas (no pueden ir a Varadero y un montón de lados más e, incluso, en la enorme y famosa heladería Coppellia hay sectores de privilegios para los extranjeros) y se quejan de lo cara que está la vida, aunque yo diría que les está naciendo un interés por el consumismo que no les va a hacer nada bien, pese a que no se dan cuenta.
La televisión es como TV Ciudad, pero peor. La arquitectura es como cualquier ciudad nuestra del interior pero más grande y medio reciclada como se puede. El Malecón famoso es como la rambla nuestra, pero a medio terminar. Espero no haber sonado muy porteño.
Muy lindo todo, pero preferí dedicarme a hacer playita, a darle al morfe all inclusive y a soportar los embates menopausientos de aquella, que será lo que será pero pone voluntad. A lo Peñarol.
FRASES FAGALDIANAS EN EL CARIBE:
-Escuchame, ella gana 12.000 pesos uruguayos por mes y tiene tres hijos que mantener. ¿Te parece que puede gastarse 4000 mangos en comprar habanos para regalar?.
-Es que no los vas a encontrar a otro precio mejor, chico...
-Allá está prohibido fumar con el presidente nuevo. Sólo se puede darle a la maruja.
* Una especie de vigilante se calienta porque le saco una foto a unos carteles en una plaza y me encara -no del mejor modo- sobre qué estoy haciendo.
- Soy turista. Me dedico a sacar fotos y comprar porquerías. ¿Qué querés que haga?.
* Un choborra me sigue por La Habana Vieja cantándome aquella de "Hasta siempre" a pesar de mis intentos en contrario. Cuando aquella le contesta que somos uruguayos, repite: "Nacional, Peñarol". Cuando nos vamos a subir al bus, me encara que le tendría que dar un peso (un C.U.C.) por su obra.
-Yo no te pedí que me siguieras, sino todo lo contrario; cantás peor que yo y querés que te dé plata. Andá a trabajar. Además, soy de Racing.
(Nótese la t-shirt utilizada por el autor en las dos fotos principales. En la última, un cartel del comité habanero de la lista 404)
12 comentarios:
Por no decir que luego de nuestro viaje, se restablecieron las relaciones diplomáticas entre yanquis y cubanos.
Una catarata de comentarios esta entrada...
Viejo trolo!
Mañana te leo y te comento.
Y...en essssta estoy con la doña: antes de ver una chilena, la verdá que creo que yo tambien preferiría hablar el lenguaje del amor.
Espero que hayas pasado petacular.
Creo que si tuviera la oportunidad de ir a Cuba estaría como idiota buscando un negrico que le guste el capitalismo (como el personaje de Capusotto)
Este relato es como haber estado ahí. Capaz que ayuda que justo unos días antes estuve ahí.
Como sea, se ajusta a la realidad.
Cada vez que me decían "C.U.C." pensaba en peñarol.
Feliz cumpleaños Faga. Precioso el relato, felicitaciones por tu gestión.
Las fotos de Fagalde parecen sacadas con una cámara de rollo. Ojalá sea eso y no un filtro de Instagram.
¿La tercera foto es en La Rampa al lado del Hotel Habana Libre?
nunca mueras fagalde por favor te lo pido.
Bien, Ce.
Tengo una camara de mierda comprada en Carlos Gutierrez.
Haremos todo lo posible por complacerte, Vesu.
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