Hola estimadas amigas. Luego de renegociar nuestro contrato con TPLMP, estamos de vuelta junto a ustedes. No fue fácil, pero después de muchas idas y vueltas pudimos llegar a buen puerto con el Señor Director y nuestro retorno ya es un hecho.
Cantidades de personas nos enviaron su apoyo mientras no estuvimos. Gracias a todas y a todos, en especial a El Marto, quien hizo la promesa tiempo atrás de no publicar más un comentario hasta nuestra vuelta oficial. ¡Vaya si lo cumplió! Qué hombre tan noble.
Estimadas amigas, a lo largo de 66 entradas, hemos compartido recetas culinarias, concejos valiosos, grandes espectáculos, experiencias paranormales y todo tipo de material interesante para el Ama de Casa del nuevo siglo.
En este nuevo ciclo, les traeremos desde este miércoles y hasta fin de año, historias de vida de Amas de Casa desesperadas que vivieron situaciones extremas, impactantes, esas que dejan una cicatriz de por vida y a su vez, en el dolor, nos enseñan a levantarnos y seguir dando lucha por defender este oficio, el más noble de todos: Ama de Casa.
En nuestra próxima entrega, compartiremos la historia de Blanca Latorre de España, de 71 años, quién tuvo que atravesar una atípica y angustiante situación cuando su esposo, Don Waldemar España, quien tras perder una apuesta en su trabajo se vio forzado a boxear con un oso.
Nos vemos!
Adelanto de próxima entrega:
...Waldemar da pelea en el segundo round!, recto derecho impacta al oso en el pecho...
7 comentarios:
¡Ay, Fernando, qué noticia tan encantadora nos has dado...!
Mi vida de ama de casa era un infierno sin tus consejos...
Celebramos este retorno a la vez que nos preguntamos:
¿No es medio de chorro hacer una columna para decir que se vuelve?
¿Todos los conceptos vertidos para la ama de casa, son aplicables también para el amo de casa?
Andal: para eso estamos.
Carles: si y si.
Que buena noticia para empezar la semana!
Volvemos a ser un blog familiar...
y sigue faltando el comentario del famoso Marto...
Entre el retorno de Fernando y el de Andal, estoy que estallo de emoción.
No estalles, Andrés, que no es para tanto.
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