miércoles, 12 de octubre de 2011

Esposo vs. Bestia Parte I



Hola estimadas amigas. Hoy les presentamos la increíble historia de nuestra amiga Blanca Latorre de España, afiliada al Club de Amas de Casa número de socia 177, de 71 años, quien supo vivir una desesperada situación allá por fines de la década del 50, en la que su esposo Don Waldemar España se vio involucrado en un bizarro e inverosímil evento pugilístico.

Según nos cuenta Blanquita, corría el año 1959 y junto a su esposo Waldemar llevaban una vida digna en la ciudad de Paso de los Toros, hasta que las terribles inundaciones que azotaron a nuestro país en abril de aquel entonces, destruyeron todas las pertenencias del feliz matrimonio dejándoles en la calle.

Para colmo de males, el cataclismo encontró a Blanca con un embarazo de 9 meses. Cataclismo Nelson Latorre nació sano la fría mañana del 24 de abril del 59, en un refugio improvisado de las fuerzas armadas en Tacuarembó. Ese día ya no llovió.

Doña Blanca, Ama de Casa, Don Waldemar, ayudante de jardinero de profesión, y el pequeño Cataclismo dejaron todo, o mejor dicho, nada atrás y comenzaron su nueva vida en Montevideo.
A Waldemar le costó mucho encontrar trabajo. Golpeó cientos de puertas de jardineros a la voz de: "Soy ayudante, sé ayudar, ayudo muy bien.", Pero nadie parecía necesitar de sus servicios.

Luego de mucho insistir una puerta se le abrió. El reconocido jardinero montevideano Juan Carlos Maleza le dio una oportunidad. En su currículum vitae Waldemar afirmaba, entre otras exageraciones, que era capaz de ayudar a un jardinero a podar un predio de 300 metros cuadrados en una tarde. Esta supuesta virtud llamó la atención del Sr.Maleza, tildando a tal acto de tremenda fanfarronería.
"Lo he hecho y lo puedo volver hacer, le apuesto lo que quiera", afirmaba Waldemar.

Juan Carlos Maleza recordó entonces aquel enorme jardín de la familia de los Ibarburu, acaudalados señorones del barrio del Prado. Tenía pendiente ese trabajo de hacía semanas ya, y aprovechando la volada desafió de la siguiente manera (en aquel entonces, los jardineros hablaban así):
"Mire Usted Don Waldemar, en duda me pone vuestra prodigiosa habilidad, por lo que he de aceptar el desafío propuesto bajo la siguiente condición. Si vuestras destrezas son suficientes para ayudarme a podar el jardín de los Ibarburu en una tarde, queda usted contratado. Si de lo contrario sus facultades no demuestran ser suficientes, me veré obligado a prescindir de vuestros servicios sin siquiera haberlos contratado a sueldo."

Waldemar aceptó.

Continuará, y a modo de adelanto de la próxima semana:

...¡Waldemar cae en el segundo round! El referee mira atentamente mientras el oso se manotea los genitales...


4 comentarios:

andal13 dijo...

¡Pero qué hijo de...! ¡Tenemos que esperar una semana para ver si logró podar el jardín de los Ibarburu...

Ya me veo, me espera una semana de insomnio.

Dulcinea dijo...

Yo me quedo tranquila que al menos el oso no le arrancó la cabeza, ya que se lo ve rozagante junto a Blanca.

Claro, la foto no es de cuerpo entero, así que no sabemos si el osito no le arrebató alguna parte del cuerpo.

Marian dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Macarena dijo...

¡Volvió el Ama de Casa del S XXI!


Me alegrasteS el miércoles, me alegrasteS.