¿El blog hace mal?

Cuéntemos cómo fue la influencia de TPLMP en su vida, y si -aprovechando nuestra crisis- pudo finalmente salir adelante.

El UnoXUno de Peñarol ante el elenco norteño

La jugada de mayor peligro de Peñarol en todo el partido.

POR EL LADO DE PEÑAROL

Kevin Dawson: se mandó la primera gorosteagada en ocasión del primer gol. Pero atajó un penal. Le sigue incidiendo negativamente la cara de Pájaro Valverde bonachón que tiene (3).

Giovanni González: su padre calentaba a Luis Orpi. Mientras que él calienta a mucha más gente con sus performances (1).

Fabricio Formiliano: fue el mejor del fondo (1,5).

Carlos Matheu: mejoró en un 300% lo hecho en su debut. O sea, jugó muy mal (1).

Lucas Hernández: lo que suele suceder tras un gran éxito: mermó su rendimiento (2).

Guzmán Pereira: de ser el más insultado, pasó a ser el más respetado. ¿Mejoró él o empeoró su entorno? Ah, no sé (3).

(69′ Fabián Estoyanoff): un brasileño le quiso cambiar la camiseta, y el Lolo le respondió que la camiseta de Peñarol no se negocea (2).

Gonzalo Freitas: después que lo sacó, el técnico Echarri se dijo: “Pero la gran siete, me acabo de dar cuenta que no dejé a ninguno que marque”. Y dicho y hecho (2).

(77′ Maximiliano Rodríguez): anotó el mejor gol de la Copa del Mundo de 2006. Pero claro, de eso pasaron ya 12 años (1).

Agustín Canobbio: cuando jugaba bien, decían que era porque era un obsesivo del trabajo, controlaba su dieta y se esmeraba por mejorar día a día. Ahora que no juega bien, ¿será que come cualquier cosa, es medio vago y ya no le importa superarse? Ah, no lo sé. Ni calvo ni con dos pelucas (1).

Rodrigo Rojo: está esperando la renuncia de Rodrigo Romano para mandar su currículum a Tenfield y encargarse del recordado RR.gol (2).

(57′ Cristian Rodríguez): entró a hacer lo que mejor sabe. Agachar la cabeza, agarrar la cabeza e intentar eludir rivales, generalmente sin éxito. Claro, haciendo eso en el fútbol uruguayo, se convierte en figura en cuestión de minutos. Pero cruzando la aduana del Chuy ya se entra a complicar (2).

Darwin Núñez: tiene cosas de Griezmann. Por ejemplo, a él también le gusta el Fortnite (1).

Gabriel Fernández: en la tapa del libro de la vida dice que si jugás un partido de visitante por una copa, y le echan uno al local, las probabilidades de que el equipo visitante sufra una expulsión en el resto del partido, se triplican, más si el equipo local va perdiendo o empatan. Pero claro, a Fernández no le gusta mucho la lectura, así que hizo un fau de morondanga y lo echaron (0).

Entrenador de turno Pablo Echarri: en Plata Quemada todos vimos que está bastante menos dotado que Sbaraglia, lo cual nos hace comprender que Sbaraglia es casi perfecto. Hasta de milico hace bien, como vimos en el Otro Hermano. Respecto a lo futbolístico, le quedan cinco partidos para mostrar lo suyo. Será este domingo ante el poderoso River en el Saroldi desde las 15 con arbitraje Esteban Ortojich? Quizás. Además, mañana Nacional enfrenta a Rampla y bla bla bla (3).

Misión Tabárez - Etapa 3

En instantes.

Misión Tabárez - Etapa 2

Pregunta: ¿por qué sobró?

Misión Tabárez - Etapa 1

Pregunta: ¿de qué hablamos?

Especial: Ce

Hoy cumple años Ce, 38, puntualmente. Y es un momento idóneo para repasar algunas de sus páginas menos gloriosas. Como la de la primera reunión del Blog, donde se lo ve al centro, cual si fuera su cumpleaños. Pero no, no era. Es hoy. ¿Es usted capaz de identificar a todos los que allí aparecen?

El gran enigma de la semana es: ¿por qué Sinca parece alto en la foto?

Veamos:

Que te garúe finito...

Y no salimos campeones del mundo, al final. Por lo menos, podemos decir que en un invierno bastante fulero en cuanto a temperaturas, un montón de gente fue a felicitar en la madrugada allá en el aeropuerto que queda allá lejos como la gran puta, a una delegación que conquistó el quinto puesto de un Mundial -o, más bien, que perdió en cuartos de final, porque eso de decir que nosotros somos quintos y Brasil séptimo, es excusa propia de un pitocorto. La gente quedó contenta porque hicimos un buen papel y fuimos competitivos y no, como en otros lados, que los abuchearon por no ser campeones.

Noticias comentadas

Hoy tocó el turno de El Observador, para mi gusto, el mejor diario uruguayo, lo que no es mucho decir, si se nos permite la expresión.

Tranquilo, Yashin. Basta ya de gente que no llegó a 5 criticando a gente que llegó a 9. Basta de la nota al técnico de Torque que nos cuenta cómo se frena a Cristiano Ronaldo. Por favor.

O lo que es lo mismo: "mucha bola no nos dio, vamo'a decir la verdad. Pero ta, hicimos el esfuerzo, la nota tenía que salir. Así que venga, acá está. No esperen gran cosa, eso sí".

Quizás la foto no es la mejor cuando enseguida se piensa poner que un saltamontes "eyacula el equivalente a un cuarto de su peso corporal". Pobre muchacho, qué necesidad de andar quedando todo saltamonteado.

Me imagino la desesperación de los pobres ugandeses buscando dónde comprar pesos uruguayos para poder cumplir con la ley. Porque si hay algo que distingue al ugandés promedio es su apego a la norma.

El primero y más importante: cambie las reuniones por un mail.

A saber: videollamadas, mucamas robots, relojes inteligentes, autos voladores, pantallas gigantes, cama solar y asistentes virtuales. O sea: una poronga de nota. Pensé que, por lo menos, se referirían a la comida deshidratada o los perros robots.

No, la verdad que si se puede evitar lo de dormir en una celda, preferiría evitarlo.

Llevan a la tv la vida de Detaquito. ¿Alguien la vio?

En el moldé los botijás de la patrie...

Al final le terminamos ganando nomás al Portugal de Cristiano Ronaldo y poco más. Su superestrella, mal que bien, acabó viendo cómo quedaba eliminada su selección sin que fuera capaz de hacer gran cosa. Y no me digan que alcanzó y sobró con la marca pegajosa de Torreira para anularlo. Quienes ven en Tabárez a un DT que se para bien atrás y nada más, saben muy poco de ésto. Eso incluye a algunos que valoran a técnicos y jugadores según si le dan una entrevista exclusiva y se jactan de ser amigos del impresentable de Bilardo, como si tomaran el té todas las tardes con Foucault.

A ver qué dicen ahora los periodistas