PROGRESO
Carlos Techera: le sacó
un tiro de gol a Luis Aguiar, privándolo de su primera alegría con la blusa
alba, o con la blusa bordó con vivos celestes, según se vio. A propósito:
estaba visto que una remera en homenaje a Abdón no podía deparar cosas buenas
desde el punto de vista deportivo (4).
Danilo Asconeguy: temió
que su pasaje por Peñarol le jurara en contra a la hora de su contacto tan
cercano con la parcialidad tricolor, pero omitió un detalle: nadie recordaba su
pasaje por filas mirasoles (3).
Steve Makuka: confieso
que cuando escuché que jugaba Makuka, entendí Maqueca y me dije: “ah, debe ser
la denominación coloquial de Mac Eachen, el ex mirasol”. Pero no, era Makuka,
un nombre que a César Sanguinetti le debe despertar sensaciones encontradas.
Factótum (5).
Gonzalo Castillo:
expeditivo (2).
Mauricio Loffreda: batalló
(1).
Rodrigo Viega: mientras
es el mundo hay un movimiento mundial para eliminar las pajitas, a él lo apodan
de manera homónima. ¿Discriminación? Ah, no sé. Supera a Forlán y Fonseca en la
tabla histórica de goleadores clásicos (3).
Joaquín Gottesman: el
hombre que gotea (3).
Ignacio Lemmo: logró
marear a R. R., al extremo de que según el relator de la Gran T, el último
desborde por izquierda a favor de Nacional lo metió él. Es decir, volante de
las dos áreas (4).
Leandro Onetto: venía
jugando bien pero se lesionó una rodilla y se puso a llorar de un modo
inquietante, lo cual merma su puntaje (1).
(69′ Gonzalo Montes): no
logró mayor destaque (5).
Gastón Colman: un gol y
la invitación constante a soñar con un mundo mejor (4).
(74′ Alex Silva): no
sabemos cuál de los Alexes Silvas del fútbol mundial es. Suponemos que no es
precisamente de los mejores (2).
Alexander Rosso: no
puede creer que haya ganado la película del renacuajo mudo, aunque entiende que
no todos los concursos son como el del carnaval, donde siempre gana el mejor
(3).
(83′ Danilo Cóccaro):
entró y cambió el penal por gol. No como los compañeros de Munúa, que pueden
cambiar un penal por un palo verde o por un 0 km (4)
Director
técnico:
Marcelo Méndez: si uno entra a Wikipedia
y pone el plantel del Peñarol 2008, hay un solo jugador que no tiene ficha, y
no es otro que Marcelo Méndez. Pese a lo cual, tiene dos pasajes por filas
carboneras. ¿Conclusiones? El humo exagerado es malo, pero la ausencia total
del mismo, también. Ni calvo, ni con dos pelucas. Ni Acevedo ni Marcelo Méndez
(6).
Por el lado de NACIONAL:
Luis Mejías:
afrodescendiente. Otra gran tarea del atleta de ébano. Si va al Mundial
debería, por lo menos, traerle una mascota al Cacique, que le sacó las
telarañas de las articulaciones y lo mandó a la cancha (4).
Gino Peruzzi: aguantó 15
minutos en cancha. Ya comenzamos a comprender por qué Boca lo largó tan suelto
de cuerpo (3).
(17′ Matías Zunino): la
semana pasada dijimos: “es como Tata González cuando corría”. Ayer hubo que
sacar el “cuando corría” (2).
Rodrigo Erramuspe: no
marcó a nadie, pero como tampoco la tocó, pasó inadvertido. Bien (2).
Diego Arismendi: ayer
volvió a ser Diego, y perdió su raigambre copera (3).
Alfonso Espino: pasó de
ser el único jugador que estaba presente en los dos equipos del Cacique, a que
al Coach le den ganas de tener un tercer equipo para darle minutos (1).
Sebastián Rodríguez: se
puso el equipo al hombro, se le cayó y se le hizo guasca (3).
Gabriel Neves: primero
como volante, y luego como lateral, mantuvo su nivel decepcionante. Debe
hacerse crecer el bigote cuanto antes si es que no quiere renatocesarizarse
para siempre (1).
(70′ Alvaro González):
se ve que se compenetra y sufre mucho viendo los partidos de afuera, porque
entró como si hubiera jugado 150 minutos (1).
Luis Aguiar: ayer el
Cacique retomó la costumbre de sacarlo en el segundo tiempo para que recibiera
el cariño de la fanaticada. Si cobrara un dólar por cada vez que putea a un
compañero porque no se la pasa, sería el jugador mejor pago del mundo (2).
(56′ Sebastián
Fernández): otro que pareció entrar cansado y desganado. La alegría está
sobrevalorada (2).
Leandro Barcia: lo mejor
que hizo fue ir a trancar con todo a Onetto, que estaba sentido, y terminó
dando gritos de dolor. Le dijo “se lesionó Onetto? Pues bien, en la tibia se la
meto”. Es por ahí, botija. En el resto, lamentable desempeño (1).
Gonzalo Bergessio: no sabe
lo que es jugar y meter un gol. O mete dos o no mete ninguno. ¿Conclusión? Ésta
(2).
Gonzalo Bueno: un gol de
morondanga y un par de desbordes le valieron para ser el mejor delantero de su
equipo, lo cual es un mérito bastante relativo, es el Óscar al mejor montaje de
los méritos futbolísticos (3).
Director
técnico:
Alexander Medina: se le derrumbó el castillo de naipes a las primeras de cambio. Pasó de ser el artífice de la cuarta a quedar en la cuarta posición del torneo.
Colegiado de turno:
Christian Ferreyra: se le quemaron los
papeles. Debería tener en claro que la ley de las compensaciones opera si y
solo sí el equipo perjudicado es el grande. Si, como ayer, el perjudicado con
un penal no sancionado es el chico, nunca se debe compensar, sino apelar a que
el árbitro es humano y como tal, se equivoca (2).
Lubo Adusto Freire
2 comentarios:
En una RR le dijo Gonzalo a Gabriel Neves. Por otro lado, me lo crucé en La Paz y C*fré (vamo a no quemar) saliendo de un local que tiene luces de neón en la puerta; y parece un botija de la Cumbia cheta, más que un footballer. Debe volver al bigote Ya!
Sabés cómo duele una lesión enla rodilla, viejo puto?
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