Refugios sí, refugios no

Sin tener formación en el tema, aunque sí mucha experiencia como usuario, me permito quebrar una lanza por los refugios de las paradas en base a esta gráfica que me llegó y que me permito analizar.

1. Papelera: ¡de qué sirve poner papeleras si luego no hay quien reponga y retire las bolsas? Antes que ver papeleras que chorrean basura (como hemos visto tantas veces) prefiero no verlas. En los lugares de la ciudad en los que sí hay barrido y reposición de las bolsas, ya hay papeleras. Más allá de que las ciudades no son sucios, los sucios y sucias son sus habitantes.

2. Asiento: acá hay un error de observación, pues muchos de los refugios sí tienen asiento (esos prismas grises tan grafiteables). Hago hincapié en el que para mí es la principal cualidad de estos refugios: el diseño es único para toda la ciudad. A mí nunca me gustó que en Prado, Malvín y Punta Gorda hubiera refugios de madera que parecían la cabaña del Tío Tom, y en Sayago con suerte la comisión de fomento de la escuela te ponía unos caños con unas chapas. Acá son todos iguales. Y como las veredas no tienen todas el mismo ancho, no podés poner el asiento en todas. Salvo que pretendamos que una persona en silla de ruedas tenga que bajar a la calle en plena Yaguarón solo para que podamos esperar el 522 cómodamente sentados mientras chequeamos el twitter.

3. El techo. La gráfica dice "solamente un techo como refugio". Pregunto de ignorante que soy: ¿qué más se quiere poner? ¿Una pared de acrílico inteligente que se corre cuando el sensor advierte que viene el ómnibus que estás esperando y que encima no está lleno? ¿Techo de inclinación rotatoria sensible al viento? Para mi gusto este techo tiene un tamaño adecuado y soluciona el principal inconveniente de los techos de los refugios anteriores: tiene pendiente, por lo que el agua no se acumula, y por ende -estimo- durarán más.

4. El cartel. No hay mucho para decir ya que el experto o la experta que elaboró esta gráfica se encargó de destacarlo. Los carteles están buenísimos (pese a algún problema con el nomenclátor: Camino Ariel es una deformación de "Camino Al Riel" y no un homenaje a la obra de Rodó), y el único problema que presentan es que gente que nos quiere convencer de que es posible ganar 30.000 pesos mandando mails, piensa que nos interesa más sus anuncios que ver el recorrido del 370.

5. ¿Sin base elevada? Me parece que quien elaboró esta gráfica se rifó la bolilla "accesibilidad": ponele la base elevada al de la silla de ruedas que venía por Yaguarón, o a una persona ciega. Capaz que antes de tener que bajar a la calle o de caerse de pico, preferirían ver sus ruedas y zapatos arrasados por esos ríos desbordados que se forman en nuestras veredas.

6. La iluminación. Acá, nuestro experto (o nuestra experta) en diseño urbaño mostró la hilacha: ¿un refugio de parada no iluminado contribuye al "tema de la inseguridad"? Parece un chiste. Me imagino testimonios del estilo "yo vivía con mucho miedo por la inseguridad, pero desde que tengo este tuboluz de 25 watts iluminando el cartel del 173, voy tranquila, mucho más que la Naty con el Ob". Por favor, un poco de seriedad en los planteos.

Más allá de que muchos refugios sí están iluminados (Corredor Garzón, Paso Molino) lo que generalmente termina con la vandalización de los refugios.

Porque esto, al igual que la basura, más allá de gestiones, sigue siendo un problema de educación. De apropiarse de la ciudad y de sentir que del mismo modo que no agarramos a patadas la lámpara del living o tiramos la basura debajo de la cama, no tenemos por qué hacer lo mismo con la ciudad en la que pasamos buena parte de nuestras vidas.

Gracias.