lunes, 7 de abril de 2014
Rafanadalese
Nuevo emprendimiento: Santiago está llamado a recoger la posta del finado cuentista Cofre en materia cuentística. Como siempre, someteremos su obra al siempre efectivo porongaverage. ¿Le gustó? Poronga. ¿No le gustó? Bueno. ¿Ni fu ni fa? Aceptable.
Gracias.
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Rafa Nadaleaese está a un día comenzar su primer partido en el torneo de Australia Open. El sabe que hace años que no gana este Grand Slam (no así lo que es un Roland Garros.), pero estos días de intenso calor en la ciudad de Melbourne los disfruta distendido y con calma de león agazapado.
Es domingo y mañana debuta contra el crédito local Bernand Tomic, sin embargo luego de una dura pre temporada bajo la supervisión del Tío Tony, Rafa decide que el día de hoy lo pasara al aire libre (libre de naturaleza, no libre como el trago cubano creado por oriundos de la propia Miami) con su novia Lorena Bienechita.
La mañana se avecina (Matías) y en la terraza del lujoso hotel los espera un desayuno de rompe y raja pero bien sano y natural. Fruta y cereales para él, y un jugo de naranja con un croissant para ella. Rafa acomoda la vasija que se le presenta en la mesa con el mismo orden y obsesión que prepara los saques en los partidos (Lorena lo mira de reojo, pero a esta altura de la relación nada de eso la sorprende). El numero uno ubica el plato de fruta bien enfrente de su torso, el vaso de jugo y el de café, cada uno a un costado del, con una simetría barroca que asusta, el plato de cereales adelante del de fruta. Visto desde la azotea del hotel esa mesa parecía una cruz tropical.
La gran isla, es un país de gente amable y paisajes bondadosos, desde la terraza la pareja visualizaba un espectáculo hermoso del mar de Tasmania. El Mana corí termina su naranja y con un pique letal cruza la calle que separaba el hotel del mar, allí los esperaba un yate descomunal (no tan grande como el de Abramovich, pero tenía su estirpe). Lorena lo ve y se estampa furibunda el último sorbo de café, ella sabe que cuando Rafa va a por algo, a por ello hay que seguirlo. La embarcación esta ahora lejos de la costa, surcando las verdes y cristalinas aguas del mar “aussie”. Desde el descanso que hay en la popa, la pareja tranquila toma el sol mientras el capitán Eslavo, Kosielny tripula sin sobresaltos y sin prisa la nave.
Una hora después, Rafa aburrido y acalorado pega un salto a lo Sotomayor y se clava tremenda zambullida en el mar, cuando Lorena se percato de la situación, el tenista ya nadaba a unos cincuenta metros de la embarcación, la susodicha, sin querer perderle pisada, entro al agua pero de manera más sutil (Adrián) y delicada que el toro español, bajo por la escalerita despacito como tanteando el agua. Rafa la miraba mientras buceaba con su snorkel y se reía, esta escena de paz, armonía y felicidad era la que buscaba previo a su debut en el primer gran torneo tenístico del año.
De repente, Rafa empieza a gritar y dar unas brazadas hacia el yate, casi tan rápidas como nado Michael Phelps en Beijin 2008, Lorena alza su cabeza (hacia unos minutos que estaba sumergiendo su cabeza en el agua y apreciando la cantidad de peces multicolores que nadaban cerca de sus pies) y también empieza a gritar de manera desenfrenada, no era para menos, atrás de Rafa a unos 70 metros de distancia se veía una aleta gigante que se aproximaba a él, Lorena ya arriba del barco ayudad por el Eslavo Kosielny le empieza a gritar a Rafa, pero este sin escuchar sigue metiendo brazadas como loco intentando ganarle a este anfibio que rondaba los tres metros de longitud.
Fueron segundos que parecieron días, Rafa por unos centímetros le gano la carrera al tiburón y logro subir la escalera antes que la bestia del mar le estampara una mordida letal. Cuando subió al bote, Lorena y el eslavo le gritaban de alegría y lo abrazaban, pero en medio de la algarabía y descontrol, el tenista estaba ensimismado, como en otro mundo, miraba fijo al tiburón (como la mirada fija de dos boxeadores antes de una pelea) que al verse derrotado pego la vuelta hacia el medio del mar.
De noche, mientras emprendían la vuelta, el Eslavo todavía con su rostro de preocupación apuraba la marcha para llegar a tierra firme, Lorena chateaba con su madre y seguía todavía alterada explicándole lo sucedido. Rafa en cambio, estaba con su mirada empotrada en el cielo, peros lejos estaba de hacer un raconto mental trágico del periplo con el anfibio o mostrando signos de miedo o nerviosismo, solo pensaba para sí; “después de todo esto, no hay chance que este año no gane el torneo de Australia”!(solo una lesión me puede parar).
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17 comentarios:
Paso.
Bienvenido, Santi. Muy bueno.
¿Manantiales o Portal Amarillo?
Pah, qué sorete el Doble. Se la creyó. Se confundió.
Pija
Yo que se, yo le puse la poronga.
Como supo decir alguna vez el gran Pipicui, "pago -con poronga- para ver!"
Ahhh, acabo de hacer lo que el Sr. Floyd explicó en el comentario anterior.
vamo arriba, gracias. Gran blog con pundonor que intentaremos honrar con mini cuentos
vamo arriba, gracias. Gran blog con pundonor que intentaremos honrar con mini cuentos
conta la del caballito ..... y las 7K
poronga! sin lugar a dudas. saludos
Impresionantes palabras, una poronga para santiago
una poronga de rompe y raja!
una poronga de rompe y raja!!
Escribir cuentos es de falopero.
Por eso ya no escribo yo.
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