Un lugar en el mundo

Por las noches al salir a fumar un cigarrillo
A veces solo o con alguna compañera,
nos sentamos siempre en una especie de banco.
Está formado por una tabla entre dos árboles.
Es obra del hombre, qué duda cabe?
Pero es perfecta su ubicación.
Y ahí entre calada y calada,
entre gentes que vienen y van.
Algunos ya hechos polvo antes de
comenzar la noche y otros no tanto,
haciendo gala de su dulce y atermica juventud,
arranco a pensar, je!, esa es la cuestión.
Por lo general pienso mas en el mañana
que en el pasado o en el presente.
Serán demasiados problemas por delante? No lo sé.
Y de repente, por obra de mi imaginación
o por la ley que dice que los cuerpos
se contraen por el frío, escucho el crujir
de las cortezas de los árboles que sostienen la tabla.
Y saben qué? Ellas siempre tienen la razón.