Cinema Soca: Ahórrese unos mangos e invierta esos 120 pey en arándanos

El mundo se hizo pomada. La mayoría de los humanos que sobrevivieron a la ira de Kim Jong Un y su amigo Jayson Granger, ahora habitan en una estación espacial convenientemente ubicada en la órbita terrestre. Pero claro, falta agua, energía y otros vicios. Por ello, se necesita que algún patriota se quede en el planeta a revisar las represas, los generadores y para hacerle mantenimiento a los robots que andan guardabosqueando el desolado planeta. Asuma para simplificar el relato, que usted -querida lectora, querido lector- es un hombre con orientaciones heterosexuales muy definidas. ¿Agarraría viaje si le prometen mandarlo a hacer ese laburo acompañado de una muy atractiva mujer con alta propensión al sexo diario, donde juntos compartirán una casa con piscina climatizada, con acceso ilimitado a VTV y un contenedor de los últimos postres Chajá de la medallita que existen?

Suponga que usted agarra ese hierro caliente bajo la promesa de retornar a la estación espacial en el corto plazo. Ya instalado en su torre, baja en su nave a reparar un robot que justo se rompió en lo que otrora fue el estadio Centenario. Emocionado le narra a su pareja lo contento que esta de pisar ese arenero en donde en un pasado no muy lejano supieron desfilar figuras de la talla de Jim Morrison Varela, Kurt Covain Gutiérrez (un saludo para el Kurco) y Jazzy Mel Apone.

Después de esa tarde casi soñada usted vuelve a su casa a fornicar con la supermodelo que tiene como pareja. Al otro día se levanta y en su vuelo de rutina se le activan algunas alarmas. Su pareja le dice: “bo, mira que hay algo que tira machaza señal desde la zona X14123, andá y revisá”. Usted va con sus santas bolas y descubre un sensor que esta justo donde una vez supo estar la iglesia del Cerrito de la Victoria. Pucha, que lindo debe haber sido ese barrio, piensa usted. Ahí cuando entra a revisar el asunto aparecen unos muchachos vestidos de oscuro que se la quieren dar. ¿Quiénes son? No importa. Lo importante es que tienen intenciones turbias. Usted logra rajar. En su vuelo a casa solo piensa en fornicar y en los postres de la medallita. El tema es que justo ve caer un cohete prendiéndose fuego. Usted corre al rescate y se da cuenta de que hay cinco capsulas criónicas con gente adentro. Mira las cinco y siguiendo su instinto se dispone a abrir primero la que contiene una mina que esta buena. En ese preciso momento aparece un robot vigilante, amigo de su causa, que por alguna razón misteriosa entra a darle de bomba a los humanos encapsulados. Ante el grito de “para, para, achica la cabeza muchacho!”, el robot esboza una sonrisa y saca otro laser más potente para seguir con su cacería.

Por suerte, usted rescató a la que estaba mejor y se dispone a llevarla para su cueva. Naturalmente, la reacción de su pareja no es la mejor. Los tres pasan una mala noche con muchas mas preguntas que respuestas. Su pareja se porta bastante mal y a usted eso le rompe las bolas. Así que chapa a la visitante y se van de nuevo para la zona de la “catastrofo”. Mientras revisan los destrozos, aparecen otra vez esos tipos raros y ahora no puede escapar. Lo atan y acto siguiente lo empieza a interrogar ni mas ni menos que el propio Kofi Annan. Kofi le dice: “mira loco que vos sos clonado. Esta lleno de giles como vos. Todos tienen una mina igual en su casa. Acá los únicos humanos sobrevivientes somos nosotros, todos uruguayos y yo que cuando se pudrió todo justo estaba dando una charla en un almuerzo de laburo de ADM invitado por el cuqui y el seja. Pegate una vuelta por la zona prohibida, ahí donde se empezó a hacer el estadio de Peñarol y vas a ver que hay un flaco igual que vos con una mina igual a la tuya”. Desconfiado, usted va a ver que tan cierta es esa historia. Para su sorpresa, efectivamente hay otro flaco igual a usted con una mina igual a la suya. Ya resignado de ser un clon (como Reginaldo Faria) va y le dice a Kofi: “Mire señor Kofi, yo estoy pa las que sea hermano, si hay que dar piso se da piso, si hay que hacer alguna vueltica se le hace”.

Kofi se pone todo contentico y le responde: “los robots estos vinieron a chuparnos las energías como otrora hicieran los bolivianos que se enchufaban a 220 en la plaza Cagancha a tocar Hey Jude con una quena durante 23 horas diarias. La joda esta en decirle a los robots que tenemos a la mina esa que te encontraste en una cápsula y que se la queremos devolver. En vez de llevar a la mina me llevas a mi. Una vez adentro yo le tiro un cóctel de uranio mezclado con bombas brasileras y destruyo a toda esa civilización de Robots pechofríos. Al menos eso nos funcionaba en la ONU cuando yo la regentaba”.

La idea de Kofi le parece genial, así que lo mete al afrodescendiente en la capsula criónica y se va rumbo a la nave nodriza. A medida que se va acercado aparecen muchos robots que le hacen preguntas y le meten el peso. Pero usted ni se inmuta. Les responde que esta ahí con buenas intenciones, solo para devolver la mina que se encontró (la cual seguramente sea una de los millones de clones que los robots tienen a disposición). Ante ese argumento, los robots no solo lo dejan pasar sino que lo escoltan directamente hacia el robot rey, a su Ultratón. Después de que usted mantiene una amistosa charla con Ultratón, Kofi abre el cofre, le tira un bombazo y extermina toda esa civilización robótica en un acto genocida sin precedentes. Usted muere, obvio, pero como hay varios clones ¿qué carajo importa?

¿Le gustó esta historia? ¿Le pareció bizarra, ilógica y berreta? Bueno, eso es mas o menos lo que sucede en Oblivion, la ultima película protagonizada por Tom Cruise. Dicho de un modo poco académico: Oblivion es una verdadera garcha. El argumento es tan débil como el que les acabo de narrar. Por ejemplo, ¿qué necesidad tienen los robots de andar clonando humanos si después de todo otros robots pueden hacer el mismo laburo? ¿Cómo una civilización tan avanzada puede dejar entrar a uno de sus humanos clonados a hablar con el mandamás como si nada? Oblivion tiene millones de efectos especiales. Pero estos no alcanzan para pagar la entrada. Quienes hacen este tipo de estafa podrían tomarse el tiempo de ver Stalker o Solaris, por mencionar solo dos gloriosas películas de ciencia ficción hechas con dos mangos y sin efectitos especiales. Como se habrá dado cuenta, esta es una antirecomendación. Si no quiere calentarse, no vaya al cine a ver esta paparruchada.