¿Y ahora qué?

Me acabo de dar cuenta de que el próximo domingo, tengo la chance de votar. Ya es un alivio tener la chance y no la obligación, pero ciertamente me quedó tan doblada la espalda de hacer la cola para tramitar la credencial (casi tanto como cuando me presenté para servir café en el Palacio) que quiero usarla lo más posible.

Ahora... ¿a quién mierda voto? Y hablo estrictamente del candidato a presidente, porque me da mucha pereza leer los 400 nombres que vienen con cada lista, cuyo estricto sistema de suplentes no consigo entender.

¿Votaré al Pepe? Confieso que desde chiquito, siempre me gustó ir a ganador. Creo que el fútbol dejó de interesarme cuando comprendí que un día era de Peñarol, otro de Nacional, y así dependiendo de a quién le tocara ganar. Hasta de Progreso me hice hincha un año, creo que a fines de los 80 o principios de los 90. Por ende, tendría que votar al Pepe. Pero ciertamente me asusta un poco ese señor. No por esas pavadas de su pasado tupamaro (eso más bien me simpatiza) sino porque es de las personas que pasan de la pasividad al grito sin previo aviso. Y -más que nada- porque es 3 años más viejo que mi abuela Yolanda, que hace como 15 que empezó a chochear.

Tampoco me simpatiza Astori, pues creo que no podría votar a alguien que sería incapaz de hacerme reír aunque su vida dependiera de ello. ¿Qué me queda? ¿El Guapo? No, ni loco, de un candidato espero poder entenderle lo que dice. ¿El Cuqui será? No voy a negar que me cae simpático... tiene ese perfil de veterano chanta con boliche de esos que pululan en los cumpleaños de quince de prima fea. Pero Walter me dice que robó, o que robó la mujer, o un tal Cambón, o un tal Braga. "Robar, robamos todos" me dice mi padre, que siempre fue medio facho. "El tema es que te descubran. Si con todo el poder que tenés, robás y te descubren, es que muchas luces no tenés. Y el día que quieras hacer algo honesto, seguro que te sale para el orto".

No sé... me dejó pensando. ¿Me ayudan a elegir mi voto, amigos y amigas. Muchas gracias.