Salada la canchita: Forma y contenido

Nene, volviste... ¡estás igualito!

Cuando uno le dice a un conocido que fue a ver una película nueva, las preguntas posibles que le puede hacer su interlocutor es, primero la obvia: -¿Te gustó? o sino: -¿De qué trata?.

El "tema" de una película puede remitir directamente al género. Es un western o es una de ciencia ficción, y ya con esto suele estar todo dicho. Esa imposición comercial denominada "género" nos evita complicarnos la vida pensando de qué va la cosa y saber de antemano con qué nos vamos a encontrar. Algo así como lo que alguien -ya en la época del cine mudo- hablaba de quienes hacían largometrajes como si fabricaran chorizos.

Cada film tiene una anécdota. Algo que es igualmente cierto, supongo que sin excepciones, en otra manifestación artística con la que es comparado frecuentemente el cine, como es la literatura. Anécdotas tienen libros clásicos y ortodoxos como el "Quijote" o como "El código Da Vinci" (sin comparar, claro) y también los poco convencionales como "En busca del tiempo perdido" o "Rayuela", por citar algunos.

"Blade runner" (1982)

Claro que, insisto, no es lo mismo Cervantes que Dan Brown. Algunas obras exigen más de su espectador por su complejidad o por su singularidad. Muchos, probablemente la mayoría, prefieran quedarse afuera de ese film "raro" y otros, seguramente minoritarios con respecto a los primeros, sabrán apreciar la originalidad. Es similar a cuando alguna gente gasta más guita por tomarse un VCP de aquellos y otros se la dan con cualquier tetra.

Pero no todo es tan esquemático. Como se ha dicho aquí, no toda complejidad encierra calidad ni toda película comercial es una garra. Muchas veces, esa "rareza" no encubre otra cosa que pretenciosidad o aburrimiento y muchas otras, ese tanque de Hollywood tiene mucho más "mensaje" e interés que la última Palma de Oro.

"Total recall" (1990)

"Blade runner" es un buen ejemplo de película de género que tenía mucho más "contenido" que unas cuantas "artísticas". Basada muy libremente en una novela de segundo orden del fabuloso escritor de ciencia ficción Philip K. Dick (tan libremente que el término "blade runner" fue inventado para el film y acabó reemplazando en muchas ediciones al original "¿Sueñan los androides con ovejas mecánicas?") . Su "mensaje" surge naturalmente de su anécdota: unos androides hechos a semejanza de los humanos pero con fecha de vencimiento se rebelan al saber que son diferentes.

Incluso, una anécdota interesante no asegura nada. O, podríamos volver a decir, con cualquier idea se puede hacer una obra maestra. No lo llega a ser "El vengador del futuro" (o "Total recall"), que es mucho más que una de Schwarzenegger. Basado muy lejanamente -otra vez- en un cuento de Dick, es una aventura de acción frenética con mucho efecto especial, pero también toma del escritor su fascinante mundo de realidades paralelas. Cuando en 2012 realizaron una nueva adaptación, la historia era teóricamente la misma pero el resultado era una gansada de persecusiones sin ton ni son.

Hablando de Palmas de Oro (el máximo galardón del más prestigioso festival de

"Total recall" (2012)

cine -el de Cannes- por si no lo saben), la ganadora de 2010 fue "El tío Boonmee puede recordar sus vidas pasadas" -la traducción del título en inglés, aquí Cinemateca la presentó con otro nombre que prefiero olvidar- un film nada convencional de Apichatpong Weerasethakul, un realizador tailandés tan raro como su nombre.    

"El tío Boonmee..." me defraudó en parte. Su anécdota es un tanto bizarra:  un veterano pasa una de sus últimas vacaciones (no como las que me voy a tomar la semana que viene) y se reúne con toda su familia, incluyendo un hijo desaparecido que llega en la forma de la foto central, vaya uno a saber picado por qué bicho. Lentamente, surgen algunos cuestionamientos al comportamiento familiar -y también a su pasado como represor político- del famoso tío, de una forma muy diferente a esas obras de teatro en la que todos se ponen a putearse enseguida. Pero por qué aparece el hijo peludo y con ojos laser, lo ignoro aún.

Mas allá de la apariencia filial, lo importante es que el cuestionamiento se queda a medio camino y Apichatpong como que no se larga a fondo. Su anticonvencionalismo lo lleva, probablemente, a no saber cómo terminar la metáfora y todo amenaza con ser un fin de semana normal en Lagomar, solo que con un gurí mal afeitado y una esposa fantasma.  
   

Fragmentos de  "El tío Boonmee puede recordar sus vidas pasadas"