Chirimbolos

Creo que pocas cosas hablan tanto del ser humano como su árbol de navidad. Los hay grandes y pequeños, de los que se guardan armados y de los que lleva 5 horas armar, con pocas luces o con demasiadas, verdes o blancos, con chirimbolos monocromáticos o apelando a todo el espectro. Incluso quienes no arman árbol alguno nos están diciendo mucho respecto a sus ganas de escaparle al statu quo. ¡Si son tan guapos que pongan bombas en la embajada de alguna nación poderosa!

Confieso que soy insoportable a la hora de armar mi arbolito, tarea que he asumido como propia desde 1997, es decir, cuando contaba con 8 años de edad. Hoy, con 20, no dejo que nadie se me acerque. El 8 de diciembre es el único día del año en que me siento amo y señor, en el que tengo poder total de decisión, en el que prácticamente nadie se me acerca para criticarme.

Mi procedimiento es el siguiente: a- armo el árbol propiamente dicho, con tronco, punta y base metálica (el mío, con puntero, mide más o menos 1,87, calculo); b- decido cuál es la parte de adelante; c- le pongo las luces (todos los años compro una guía nueva, y se me arruinan dos); d- comienzo a poner los chirimbolos, los más lindos y grandes abajo y adelante, los feos con forma de zanahoria que me regaló mi tía Pilar bien atrás, las manzanitas y campanitas arriba; e- coloco las cintas rojas que hacen las veces de guirnaldas; f- llamo a mi madre para que ponga el puntero y así todos sintamos que se trató de una obra colectiva; g- lo enchufo; h- lo disfruto unos dos minutos; i- comienzo a cambiar los chirimbolos de lugar, buscando simetrías casi perfectas, así como una densidad homogénea de chirimbolo por centímetro cuadrado de árbol.

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Dice el proverbio noruego: “un buen árbol de navidad no se termina de armar, se abandona”. Y tal cual. Pues siempre habrá miles de cambios para mejorarlo, y así poder reafirmar nuestras obsesiones más instaladas.

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Les invito a compartir vuestras experiencias, amigos y amigas. Muchas gracias.

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PD: ¿en qué quedó lo del asado?