Las investigaciones
señalan que los naipes, y por ende la baraja, fueron creados en el siglo XII en
China, y que llegaron a Europa desde Oriente introducidos en España
por los árabes. También hay quienes afirman que nació en Persia o
en India. Pero a nosotros nos cae mejor el chino.
Los
naipes, o «cartas» tradicionales, son estampas hechas de cartón (o actualmente, de material plástico) que forman una baraja y que deben mezclarse —barajarse—
antes de jugar. Casi siempre tienen forma rectangular, pero en algunos países
como la lejana India pueden tener formas
redondas.
¿Cuándo
surge exactamente nuestra querida baraja española? No lo sabemos , pero sí sabemos que en 1310 hubo
una prohibición de jugar juegos de cartas en Barcelona, por lo que al menos
sabemos que hay cartas españolas desde entonces.
¿Cómo eran
esas primeras cartas españolas? Más grandes que las actuales, y la baraja tenía 4 palos
de 14 cada uno, totalizando 56 cartas.
Barajas del mundo
Los
clásicos son la baraja española, la francesa, la alemana (cuyos palos son campanas, hojas, corazones y bellotas) y la inglesa (la de póker).
Y pegue, y pegue... y pegue, Visnú, pegue. |
Entre las
más exóticas, está la baraja india, cuyos naipes son redondos, con los que uno
puede jugar al Desavatara Ganjifa (que habla de los diferentes avatares del
dios Visnú).
En Japón
tienen los juegos de cartas Karuta (con la vieja canción “ya todos saben que
jugás a la karuta”), que se juegan con las barajas Hanafuda y mi preferido:
Uta-Garuta.
En Japón no se juega otra cosa. |
La
Hanafuda tiene 12 palos de cuatro cartas por palo. Los palos refieren a los
meses del año, y tienen una flor asociada, más uno o dos animales por palo que
viene a ser la carta especial. Tipo “el 2 de ciruelo en flor” o “la grulla de
pino”. Nintendo fabrica Hanafuda, por si vas al lejano Japón.
Pero venga, tío. Hablemos de las barajas que conocemos todos.