Se complicó un partido fácil

Nunca pensé que hacer dieta pudiera ser algo tan complicado. No es que sienta hambre, no. Pero Dios nos ha querido complicar la vida, elaborando una escasa variedad de alimentos incapaces de hacernos engordar. ¡Lo que quiero es variar, caramba!

Hace cuatro días que no hago más que comer verdura. Remolacha con pollo es lo más fuerte que saboreado en estos días. Pasé de una cuarto de libra por día, a comer menos que una modelo de Dotto Models con diarrea. “No seas extremista, Dugui” me dice mi madre. Pero es que si vamos a hacerla, vamos a hacerla bien. Entonces respeto todo a rajatabla, desde los horarios hasta las dosis.

Este es mi menú habitual: desayuno a las 7 de la mañana. Me tomo un vaso de yogur con sabor a poliuretano, y me como dos rebanadas de pan bimbo Light (110 calorías por porción, 5 menos que el de los Sorchantes… ¿qué mierda será un sorchante?) con una mermelada de frutilla Los Nietitos con un sabor muy particular, muy parecido al que provoca chupar el control remoto de la tele del living, que actualmente es la única en actividad que tenemos en casa.

Después me acuesto a dormir otro poquito, porque hasta las 10 no tengo nada que hacer. Ahí me levanto, ¡y ya es hora de la colación de media mañana! Me mando una manzana. Ayer encontré unas medio mutantes en el Devoto que se dejan comer. Luego, sobre las 13, el opíparo almuerzo: verduras de toda especie con –y acá viene lo bueno– cuarta pechuga de pollo bulímico. Todo ello regado con abundante Coca Light, verdadero motor de mi existencia.

A eso de las 15, bajo hasta la cantina de facultad para comprar una barrita de cereal light, que aunque usted no lo crea, puede llegar a tener más calorías que una ordinaria. A las 18 una merienda, algo así como un revival del desayuno pero con Requesón Light en lugar de la mermelada plástica. Los vasitos del requesón ya no son los de otrora, pues se parten a la primera caída. Y a las 21, la cena. Que es más o menos igual al almuerzo, pero con un miserable pedacito de tarta de verdura, en lugar del pollo. La del Multiahorro, sabe a pie.

Necesito ayuda. Pues creo que estoy haciendo algo mal: me estoy acostando a las 3 de la mañana, ¿qué mierda hago entre las 21 y las 3? Ayer casi me como un sylvapén (creo que hasta sabía mucho mejor que la mermelada para celíacos). ¿Será que estoy escogiendo bien? Escogiendo dije. ¿Será que tienen consejos para darme respecto a en qué ocupar mi mente?

Porque vivo pensando en cuánto falta para la próxima comida, y esa no es vida.