viernes, 25 de noviembre de 2016

Salada la canchita: No a la censura

Comencemos desde el principio y para que quede bien claro: las telenovelas turcas son una bosta importante. Llenas de estereotipos, situaciones clisés y rutinas varias, encajan perfectamente en la mediocridad exasperante de la televisión abierta. Como los folletines por entregas semanales en los diarios del siglo XIX, los radioteatros o los antecedentes argentinos, mexicanos o venezolanos, satisfacen la necesidad de consumo de quienes no tienen demasiadas ambiciones artísticas como espectadores. Ya se sabe que por cada tipo que lee a Joyce hay 500 que se la dan con las sombras de Grey.

 Con el estreno previsto del teleteatro "Esposa joven" salieron voces que exigieron públicamente su prohibición. El argumento es que el tema que trata es inconveniente: la costumbre generalizada (no sólo en Turquía, por cierto) de concertar matrimonios por conveniencia entre hombres adinerados o con algún tipo de poder y mujeres sin ninguna voz ni voto en la decisión, niñas impúberes muchas veces. O sea, vender un cuerpo por unos mangos, satisfaciendo pedofilias o machismos diversos, que no aceptan que una mujer -ese bicho tan odiado y necesario al mismo tiempo- haya tenido relaciones amorosas previas.
Soy curiosa, parte azul

Pues bien, esta columna se pronuncia absolutamente contraria a todo tipo de censura. Lo cual se aplica  no sólo a las películas -o programas televisivos, llegado el caso- valiosos culturalmente y/o que nos gustan personalmente, sino también a los que no. Las libertades no son sólo para los amigos. Así que no he firmado ningún petitorio de que no se difunda ese programa que intuyo debe ser bastante malo.

Lo que no quiere decir, por supuesto, que uno esté a favor de la explotación sexual de niñas o algo por el estilo. No sabemos -o no lo sé yo- si la mencionada telenovela chatarra sí lo está o, como imagino, es un melodrama acerca de una heroína que pasó por tales circunstancias con lo cual, más allá de su mediocre calidad que preveo, estaría más bien en contra de la práctica que se quiere combatir censurándola.

La censura en nuestro país no existe ni en lo audiovisual ni en lo periodístico o literario desde 1985, épocas de restauración democrática y de retirada cultural de quienes abogaban por represiones y manos duras varias. Pero anteriormente había vivido bastante tratando vanamente de limpiar las cabezas de los uruguayos de inmoralidades e ideas equívocas varias. Es cierto que hubo unos cuantos intentos -algunos exitosos- de prohibiciones en democracia: desde unos dibujos de Oscar Larroca en la IMM aún colorada por ser "pornográficos", hasta la canción "El día que Artigas se emborrachó" del 4deNos, por faltarle el respeto -aparentemente- al prócer máximo de los orientales.

El imperio de los sentidos... ¿a dónde estás mirando?
En el pasado -dejemos por ahora censuras directamente políticas, que es un tema muy amplio- el número uno de los perseguidos por los mojigatos compatriotas fue el cineasta sueco Vilgot Sjöman. En 1966 se estrenó "491", un duro retrato de la juventud escandinava que incluía a una chica a la que forzaban a tener sexo con un perro. Resultado: se prohibió para el segundo día de exhibición a pesar de que no salían en pantallas las perfomances caninas. Cinco meses después corría igual suerte con "El fuego", adaptación de una obra de teatro de John Ford, por tratar el tema del incesto aunque no se viera más que una teta, que yo recuerde. Posteriormente se estrenó "Soy curiosa, parte amarilla" (1967), que tuvo un litigio de dos años para que se permitiera finalmente su libre exhibición. El tema aquí -muy sesentoso- de una chica rebelde, librepensadora y cuestionadora del conformismo bienpensante sueco incluía a la protagonista -novia del director en la vida real- teniendo sexo no fingido con un actor y saliendo desnuda abundantemente. La segunda parte -"Soy curiosa, parte azul"- ni intentaron traerla.

La idea de la censura es que impidiéndonos ver estas cosas, uno va a tener una mentalidad sana. Aparte de ser una expresión de deseos bastante infantil, deja en manos de gente que tiene el poder suficiente, la potestad de decidir qué podemos ver y qué no. Gente sacrificada que ve esas porquerías para que nosotros no salgamos contaminados por tanta inmundicia. Gente, además, a la que le encanta usar las tijeras y reprimir. 
Irreversible

Históricamente la censura no ha sido apolítica. Se ha esforzado no sólo por evitarnos que nos horroricemos con la visión de tetas, culos y pitos sino también críticas sociales, opciones amorosas alternativas y opiniones minoritarias y/o rebeldes. 

El tema es que si aceptamos que nos resguarden de desnudos, violencias y temas inconvenientes, quedan por el camino mucha obra valiosa que, por ejemplo, no temen mostrarnos duras realidades para que nos opongamos, evitando el edulcoramiento de otros films reaccionarios y tranquilizadores, pero que no ofenden a los censores. Una película como "El imperio de los sentidos" (1976) de Nagisa Oshima muestra muchísimo sexo real, tal cual es, pero al mismo tiempo es un cuestionamiento al machismo, a la relación de poderes y al militarismo japonés de la época y del presente. "Irreversible" (2003) es durísima y no apta para todos los estómagos, pero no banaliza la violencia de una violación ni la estetiza sino todo lo contrario. Mas allá de su salvajismo extremo es una lúcida reflexión social.

Hace 30 años que católicos, militares o pachequistas han dejado de prohibirnos lo que ellos no quieren que veamos y nos ha ido mejor. No necesitamos que nadie nos resguarde de lo que podemos ver o no y -youtubes, bajadas de internet y otras yerbas- cada cual puede mirar lo que quiera sin necesidad de depender de la conservadora cartelera cinematográfica o de la espantosa televisión de los canales privados. No empecemos con una telenovela pedorra...

Salada la canchita, una columna que no deja culo sin mostrar, hoy te trae uno de esos rankings de YT que con más o menos seriedad te traen a veces información interesante. Lo de "10 grandes películas censuradas" le queda muy grande a la que pusieron en el número 1, pero el video en sí, es interesante. Ahora, que no esté "El imperio de los sentidos"...

       
  

12 comentarios:

Snyrar dijo...

Tls sos un capo

Alvaro Fagalde dijo...

Gracias, Snyrar, se hace lo que se puede.

Unknown dijo...

Si seguimos así tendríamos que censurar toda la Internet... Mejor no doy más ideas, no se cosa que las recoja "El Guardian"...

Unknown dijo...

Se me ocurrió algo re original nunca antes pronunciado de una fineza digna del zorro cuando está durmiendo.

Prohibido prohibir.

Podés usarla si te sirve, Faga.

Unknown dijo...

Otra Faga, hoy estoy para genialidades originales.

La libertad es libre.

Alvaro Fagalde dijo...

Con libertad no ofendo ni me garco.

Pepe Artigas

Alvaro Fagalde dijo...

Habria fallecido uno de los extras de "Escuela de sirenas" con Esther Williams. Concretamente, el que después volvió todo barbudo a su Cuba natal. De haberlo sabido ayer, subía la pelicula.

Facundo dijo...

Comparto totalmente. Si se censurara toda película que exhiba algún tipo de inmoralidad, quedaría la nada misma.

Alvaro Fagalde dijo...

No se salvan ni los Ositos Cariñosos.

Bueno, esos menos.

mike yanagita dijo...

Muy cierto lo del extra de la película de la Ester.
Tan cierto como falso es que en La Patagonia Rebelde participó de "figurante" un joven santacruceño llamado Néstor...
Sería como decir que en algún acto en contra de la dictadura participó un joven estudiante de medicina llamado.... y así podríamos seguir.

Alvaro Fagalde dijo...

No tengo claro si es verdad lo de Nestor. Habria que ver con detenimiento una copia de "La patagonia..."

mike yanagita dijo...

ES más falso que un debate de Pashión.
El argumento es que aparece en una escena en una asamblea, con una gorra que le tapa la cara.
Pero resulta que todos los interiores se filmaron en un estudio en Buenos Aires, en la Patagonia se filmaron las escenas de exteriores.

ES un típico ejemplo de "reescritura de la historia", tan común en estos tiempos... solo faltan unos cuantos bobos que la repitan después y el asunto marcha.
En cualquier momento aparece una foto de Constanza al lado de Rosa Luxemburgo en un mitín.