Peinado's polisíndeton

Hemos decidido volver. El blog atraviesa un momento difícil y es ahora que debemos ponernos la camiseta más que nunca. Aprovechemos la oportunidad para hablar de los cuatro semifinalistas de la Liga Uruguaya de Básquetbol, cada uno de los cuales sorteó su serie de distinta manera.

Biguá

El 1 de la fase regular. Ya estoy medio cansado de escuchar esa frase, pero de falsa no tiene nada. ¿Qué podemos decir de su serie ante Welcome? Que cualquier hombre de bien que se precie de tal (un saludo al Editor) no hinchó por el Pato de Villa Biarritz, sino por la popular W. Porque tuvo huevo y dignidad, ni más ni menos. Es obvio que Biguá tiene mejores jugadores: nenes de la talla de un Sweetney (que desplazó a Osimani en el puesto de Oso villabiarritzense) o de un Wilborn (recomiendo su twitter, con mensajes y reflexiones sobre la vida misma) se tornan casi imposibles de marcar para criollitos bien nuestros como "Pepusa" Pérez o el "Bicho" Silveira (emocionante lo de este cuarentón), e incluso para otros extranjeros como Scott Cutley, el único jugador con acné que recuerdo haber visto.

Malvín

Si hablamos de nenes, estos sí que los tienen. A mi juicio, el mejor plantel del medio. Le dio para no jugar muy bien y ganarle tranquilo a Olimpia. Si se encienden, están salados. El tema es que no se encienden demasiado seguido. El pecado de Olimpia fue no aprovechar bien esos momentos. En Malvín, debo decir que cada vez me atrae menos Fernando Martínez (antes te hacía 30 todos los días, ahora una vez cada tanto), Joaquín Izuibejeres está achanchado y el pecho de los extranjeros parece ser atravesado por ocasionales ráfagas de hielo. El que más me gustó, por polenta, fue Reque Newsome. Un ex Olimpia, justo. Y bueno Fagalde, ya te van a vender al "Tito" Borsellino para que seas vos el que disfrutes con la ley del ex.

Defensor

¡Cómo sufrieron estos muchachos! El partido de ayer fue increíble. No solo porque fue el que finiquitó la serie y se definió en la última bola, sino porque tuvo bastantes fenómenos paranormales, que quizás algún día el prestigioso equipo comandado por Tan se encargará de analizar. Mencionaré algunos: Páez jugando más de 20 minutos, anotando más de 10 puntos y siendo figura se lleva el primer puesto de acá a Pando. Después, el pase que le da Diego González al "Pica Aguiar" faltando 7 segundos, posibilitando que Hebraica pase al frente en el marcador es increíble. Si no vio, hágame el favor de verlo acá. Decí que Federico Álvarez clavó secos dos libres en la hora, sino en este momento la calva cabeza de Diego estaría rodando por la avenida 21 de setiembre. Por último, la triste piñata del final. Triste porque eran dirigentes o allegados a los cuerpos técnicos los que se agarraron. ¡Ni hinchas para armar escaramuzas tienen estos clubes! No merecen nuestro respeto.

Aguada

Hablando de Roma... nos toca hablar de la hinchada más populosa del país (no es demagogia, es así). En la serie peor jugada de la historia de la Liga, le ganó 3-1 a Trouville. Partidos parejos, trabados y feos. ¿Por qué ganó Aguada? Porque siempre tuvo alguno que te metía la bola aunque el equipo no andara. Puede ser un Pablo Morales (que está lejíismo de ser el de antes, pero que algún triple te arrima), un Alejandro Muro (que uno lo ve medio avejentado pero te clava en cualquier momento), un Benjamin Puckett con su estilo poco fino pero bastante efectivo o incluso un Rodrigo Riera, que no hizo un joraca en esta Liga y en el último partido clavó como 15 puntos. Así es Aguada, muchachos. ¿Cómo? No tengo ni idea.

Los cruces de semis: Aguada vs. Biguá; Defensor vs. Malvín. Voy a ir con Biguá y Defensor, por razones más emocionales que racionales. De todas formas, mi corazón no se aparta de Urunday Universitario, que jugará el próximo Metropolitano. Un Metro cargado de clubes potentes, cargado de estrellas, y cargado de incidentes seguramente. En fin, eso no nos importa todavía. Sepan disculpar.