A copar

Señores, cuando juega Uruguay juegan 3 millones. Por eso hoy hablaremos de esa causa nacional que se llama Copa Davis.

Antes de pasar al tema que nos convoca, dejémosle las felicitaciones correspondientes y merecidas a Malvín y Biguá, finalistas en buena ley (y por paliza) de la Liga Uruguaya de Básquetbol, esa que tan hartos nos tiene a todos. ¡Nunca una sorpresa, che! ¡Siempre el 1 contra el 2, el 2 contra el 1, los más capos contra los más capitos! ¿Por qué nunca se cuela nadie y hace callar a la cátedra*? Bueno, en fin, pasemos al tenis.

Tenis, deporte lógico si los hay. Por lo general si estás más arriba en el ranking es porque sos mejor, y si sos mejor que el otro es difícil que pierdas.

El fin de semana que viene necesitamos romper con la máxima planteada en el párrafo anterior. Vamos a recibir a Colombia en el Carrasco Lawn Tennis, club del que Pablo Cuevas es socio honorífico. ¿Qué nos jugamos? Ir a la final de la Zona Americana contra Brasil, o ir a pelear el descenso al Grupo 2 contra el perdedor de México vs. Canadá.

¿Qué lectura podemos darle a la imagen que acompaña esta columna, además que el capitán de Colombia es un botón y que todos los jugadores de los dos países nacieron en meses impares? Muy sencillo: que estamos en el horno.

¿Qué tendríamos que hacer para ganar esta serie? Primero que nada, Pablo Cuevas tendrá que ponerse las pilas como nunca y ganarle los dos singles a Santiago Giraldo, tarea harto difícil. Segundo, tendremos que formar una pareja de dobles los suficientemente fuerte que nos permita robar ese punto. Puede ser Pablo-Marcel, pero los cansaríamos para el tercer día. La opción de usar a Martín Cuevas es interesante, porque anda bien y ya ha hecho pareja en el circuito tanto con Pablo como con Marcel. Ellos, si no se pusieron 2-0 el primer día, seguramente jueguen con Falla-Salamanca.

Que Felder gane algún single está muy salado. A Giraldo es imposible, hay que tratar de hacer fuerza para ganarle a Falla. Lo bueno de la Copa Davis, que permite ir un poco (un poco nomás) contra la lógica es el tema de la localía. Hay que alentar, hay que llevar unas buenas fichas del Borro para meter miedo en esas gradas. Nada de "¡bien Pablo, buen ace!", acá hay que insultar a la familia de los colombianos y amenazarlos de muerte. Sino, olvidensén.

Para terminar, hagamos un flashback al año 2008. Mismo contexto: Grupo 1 de la Zona Americana, Uruguay vs. Colombia en tierra celeste. Aquella vez fue en el Cantegril Country Club de Punta del Este. Los jugadores eran los mismos. El primer día terminó 1-1: Falla le ganó a Felder, y Pablo Cuevas a Giraldo. Después ganamos el dobles con Pablo y Marcel y nos pusimos 2-1. Todo pintaba lindo, pero el domingo fue una cagada. Falla le ganó a Cuevas, y Giraldo a Felder. Igual después se constató que Felder se había fumado unos porros y que si ganábamos en la cancha, no se nos iba a otorgar la victoria. Pero eso, como dijo no sé quién, es harina de otro costado.

*Cátedra. Así llamó Alberto Sonsol a los periodistas de básquetbol de este país, léase: él, Buysan, Jokas, Tamborini, Abadie (el hermano de Iñaki), y un par más. ¡Qué hijo de puta!