- Abuelito, ¿me contás un cuento?
- Bueno, dale nene. Pero uno rapidito, que arranca Gran Hermano XXIII.
- ¡Yupy! Contame uno de fútbol, ¿sí? Del fútbol de cuando vos eras joven.
- Muy bien. Dejame pensar… A ver… Te puedo hablar del Peñarol campeón de la Libertadores del 2011, del Nacional de Acevedo que casi baja, de la Eliminatoria del 2010…
- ¡Ése, ése! ¡De la Eliminatoria!
- Muy bien, que sea ese entonces. Todo comenzó a mediados del 2006, cuando el entonces presidente de la AUF, que era flor de… de…
- ¿De delincuente, abuelito?
- …de hombre sabio, nombró a un viejo Maestro para dirigir a nuestra selección. El hombre ya sabía lo que era cumplir con esa labor, pues cerca de 20 años antes había gozado de tal beneficio, por lo que no lo sorprendieron con las primeras… ¿cómo decirlo?
- ¿Alternativas cambiantes?
- Puteadas. Eso, puteadas que le llegaban de todos lados. A veces del periodismo, a veces de la hinchada. Pero el Maestro, que muy simpático no era, lograba cumplir su trabajo sin prestar atención a las críticas.
- ¿Y cumplía bien su trabajo? ¿Cómo jugaba la selección?
- Como el orto, nene. ¿Para qué te voy a mentir? Bueno, al principio no. Cuando arrancó jugaba bien, pero después fue de visita a Punto Penal, que era un programa de televisión conducido por un grupo de sabios brujos que no conocían el paso del tiempo, y a partir de ese momento fue presa de un conjuro que le impedía apelar al juego vistoso.
- ¿Y entonces?
- Y entonces empezaron los malos resultados, uno detrás del otro. Porque, fijate si serían sorongos los de Punto Penal, el conjuro incluía un detalle: esa selección no podría terminar ni un solo partido sin un fallo del arquero. Por lo menos uno, aunque por lo general eran tres o cuatro. Y empezaron a desfilar: primero fue uno que trabajaba de modelo, que se mandó tres o cuatro embarradas seguidas. Lo sacaron y pusieron a uno medio petisón pero que saltaba muy bien, con pelo largo. Zas, se lesionó. Ahí apareció otro carilindo, pero parece que era medio pervertido y tenía relaciones con un koala, entonces no dormía bien y llegó al partido con Brasil en malas condiciones. Le metieron un gol de arco a arco, y ése fue su fin.
- ¿Pero al final clasificaron o no?
- Pará, no te adelantes. Como te decía, la selección venía jugando mal, aunque mantenía chances a falta de 4 partidos. El primero era contra Perú, que ya estaba eliminado. ¿Viste el hombre rata que aparece en el video de Ilya Kuriaky que tanto le gusta a la abuela? Bueno, Solano se llamaba, un volante peruano que por ese entonces tenía como 56 años. Con ese, y con otro de apellido Palacios, más viejo todavía, nos jugaron y nos ganaron. Por hacer daño nomás.
- Y ahí sí, afuera de la Copa.
- Pará, botija, pará. Porque ahí hubo que jugar con Colombia en el Estadio. Jugamos feo, no te lo voy a negar. Y al arquero le hicieron un gol bien estúpido. No sé bien cómo, pero ganamos. El estadio estaba lleno, pese a que vendieron 700 entradas. Comprabas un alfajor y te regalaban 20. Todavía teníamos chance, pero había que ganarle a Ecuador y a Argentina.
- ¿Y?
- Y se le ganó a Ecuador. Se nos abrió aquel en ese preciso instante, y les ganamos con altura y todo. Recién arrancaba el partido, uno de nosotros se hizo el muerto, tiraron la pelota afuera, y cuando se la fuimos a devolver, Abreu amagó alcanzársela al arquero pero se la picó. La pelota entró muerta de risa, y Abreu salió festejando hacia la tribuna, haciendo gestos con la mano como que tenía las bolas bien grandes.
- ¿Abreu es el mismo que terminó de Ministro de Educación durante el gobierno de…?
- Exacto, pero mejor ni lo nombres.
- ¿Y cómo terminó todo?
- De la peor manera. Jugábamos con Argentina en el Centenario. ¡No sabés cómo estaba eso! Tres semanas antes se agotaron las entradas, y no les dimos ni una sola, eran 70.000 uruguayos dispuestos a dejar a Argentina fuera de un Mundial por primera vez en 40 años. ¡Y se nos dio! Dos a cero con goles de Cavani y el Palito Pereyra, lo recuerdo como si fuera hoy. Como también recuerdo el suicidio de Maradona, ese mismo día. No aguantó más la presión y se tiró al foso de la Tribuna Maradona, que por entonces tenía otro nombre. Y palmó enseguida.
- ¿Y cómo nos fue en el Mundial, abuelito?
- Minga que nos fue, si al final no fuimos. No arreglaron los premios y nos quedamos acá, viajó Argentina en lugar nuestro, con una camiseta que tenía la imagen de Maradona en el pecho, y para peor salieron campeones. Pero bueno, como decía Carrasco, que en paz descanse, “eso es harina de otro costado”.
- Bueno, dale nene. Pero uno rapidito, que arranca Gran Hermano XXIII.
- ¡Yupy! Contame uno de fútbol, ¿sí? Del fútbol de cuando vos eras joven.
- Muy bien. Dejame pensar… A ver… Te puedo hablar del Peñarol campeón de la Libertadores del 2011, del Nacional de Acevedo que casi baja, de la Eliminatoria del 2010…
- ¡Ése, ése! ¡De la Eliminatoria!
- Muy bien, que sea ese entonces. Todo comenzó a mediados del 2006, cuando el entonces presidente de la AUF, que era flor de… de…
- ¿De delincuente, abuelito?
- …de hombre sabio, nombró a un viejo Maestro para dirigir a nuestra selección. El hombre ya sabía lo que era cumplir con esa labor, pues cerca de 20 años antes había gozado de tal beneficio, por lo que no lo sorprendieron con las primeras… ¿cómo decirlo?
- ¿Alternativas cambiantes?
- Puteadas. Eso, puteadas que le llegaban de todos lados. A veces del periodismo, a veces de la hinchada. Pero el Maestro, que muy simpático no era, lograba cumplir su trabajo sin prestar atención a las críticas.
- ¿Y cumplía bien su trabajo? ¿Cómo jugaba la selección?
- Como el orto, nene. ¿Para qué te voy a mentir? Bueno, al principio no. Cuando arrancó jugaba bien, pero después fue de visita a Punto Penal, que era un programa de televisión conducido por un grupo de sabios brujos que no conocían el paso del tiempo, y a partir de ese momento fue presa de un conjuro que le impedía apelar al juego vistoso.
- ¿Y entonces?
- Y entonces empezaron los malos resultados, uno detrás del otro. Porque, fijate si serían sorongos los de Punto Penal, el conjuro incluía un detalle: esa selección no podría terminar ni un solo partido sin un fallo del arquero. Por lo menos uno, aunque por lo general eran tres o cuatro. Y empezaron a desfilar: primero fue uno que trabajaba de modelo, que se mandó tres o cuatro embarradas seguidas. Lo sacaron y pusieron a uno medio petisón pero que saltaba muy bien, con pelo largo. Zas, se lesionó. Ahí apareció otro carilindo, pero parece que era medio pervertido y tenía relaciones con un koala, entonces no dormía bien y llegó al partido con Brasil en malas condiciones. Le metieron un gol de arco a arco, y ése fue su fin.
- ¿Pero al final clasificaron o no?
- Pará, no te adelantes. Como te decía, la selección venía jugando mal, aunque mantenía chances a falta de 4 partidos. El primero era contra Perú, que ya estaba eliminado. ¿Viste el hombre rata que aparece en el video de Ilya Kuriaky que tanto le gusta a la abuela? Bueno, Solano se llamaba, un volante peruano que por ese entonces tenía como 56 años. Con ese, y con otro de apellido Palacios, más viejo todavía, nos jugaron y nos ganaron. Por hacer daño nomás.
- Y ahí sí, afuera de la Copa.
- Pará, botija, pará. Porque ahí hubo que jugar con Colombia en el Estadio. Jugamos feo, no te lo voy a negar. Y al arquero le hicieron un gol bien estúpido. No sé bien cómo, pero ganamos. El estadio estaba lleno, pese a que vendieron 700 entradas. Comprabas un alfajor y te regalaban 20. Todavía teníamos chance, pero había que ganarle a Ecuador y a Argentina.
- ¿Y?
- Y se le ganó a Ecuador. Se nos abrió aquel en ese preciso instante, y les ganamos con altura y todo. Recién arrancaba el partido, uno de nosotros se hizo el muerto, tiraron la pelota afuera, y cuando se la fuimos a devolver, Abreu amagó alcanzársela al arquero pero se la picó. La pelota entró muerta de risa, y Abreu salió festejando hacia la tribuna, haciendo gestos con la mano como que tenía las bolas bien grandes.
- ¿Abreu es el mismo que terminó de Ministro de Educación durante el gobierno de…?
- Exacto, pero mejor ni lo nombres.
- ¿Y cómo terminó todo?
- De la peor manera. Jugábamos con Argentina en el Centenario. ¡No sabés cómo estaba eso! Tres semanas antes se agotaron las entradas, y no les dimos ni una sola, eran 70.000 uruguayos dispuestos a dejar a Argentina fuera de un Mundial por primera vez en 40 años. ¡Y se nos dio! Dos a cero con goles de Cavani y el Palito Pereyra, lo recuerdo como si fuera hoy. Como también recuerdo el suicidio de Maradona, ese mismo día. No aguantó más la presión y se tiró al foso de la Tribuna Maradona, que por entonces tenía otro nombre. Y palmó enseguida.
- ¿Y cómo nos fue en el Mundial, abuelito?
- Minga que nos fue, si al final no fuimos. No arreglaron los premios y nos quedamos acá, viajó Argentina en lugar nuestro, con una camiseta que tenía la imagen de Maradona en el pecho, y para peor salieron campeones. Pero bueno, como decía Carrasco, que en paz descanse, “eso es harina de otro costado”.
(Publicado en Guambia, 12/09/09).
8 comentarios:
Tremenda columna, como siempre.
Te lo digo en capicúa: grande Reyes grande!
Como me reí, sobre todo con lo de peñarol campeón de la Libertadores.
es muuuuuuuyyyyy bueeeeeeeenoooooo,te pasaste reyes,me descostillé de la risa.
Bueno, muchas gracias, amigos. Son lo que me impulsa a levantarme cada día a las 5 de la mañana para seguir combatiendo el capital.
Se-lente la columna, gracias por deleitarnos.
Muy Buena!
Excelente!
Me lo imagino al Loco Abreu, festejando así el gol de garrón!
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