Resulta por demás llamativa la superpoblación de mensajes (televisivos, radiales, de texto, electrónicos, etc.) dedicados a ensalzar el actual momento aurinegro. Personas que en los últimos años parecían más dedicadas a seguirle la carrera a Pablo Cuevas que a otra cosa, de un día para el otro se convirtieron en los hinchas más fundamentalistas del Club Atlético Peñarol, siendo vehículo de mensajes generalmente tan hirientes como ayunos del más lejano vestigio de creatividad.
Básicamente, el interés central se sitúa en satisfacer una irrefrenable necesidad de establecer que Peñarol es el “papá”, y que Nacional es el “gallina del Uruguay”. Lo que inequívocamente evidencia un sentimiento cercano a la inferioridad, hijo de un duro pasado reciente.
Es que si se lo analiza, es por demás entendible: en lo que va del siglo Peñarol ganó tantos torneos “cortos” como Rocha, equipo que desde 2005 y hasta nuestros días jugó tres veces más partidos internacionales que el elenco aurinegro (sin contar la Copa Gardel, claro está, que aún no reviste carácter oficial). En el mismo período, Nacional obtuvo 5 campeonatos uruguayos, y 7 torneos cortos, y disputó todas las ediciones de la Copa Libertadores.
Así como el mundillo periodístico vernáculo (con Sergio Gorzy a la cabeza) comenzó a reivindicar los viejos lauros de la selección uruguaya ni bien comenzó a quedar fuera de cuanto Mundial se le ponía por delante, ahora es Peñarol el que saca viejos conejos de la galera, apelando a las 5 Copas Libertadores (la última lograda hace 21 años), o a su condición de “cuadro del pueblo”, o a que ganó más campeonatos, más clásicos, más Federales de básquetbol, más Vueltas Ciclistas, y más shows de Holiday on Ice. Cosas todas muy ciertas, aunque de una contundencia similar a la de gritar a los cuatro vientos que Uruguay sigue invicto por Juegos Olímpicos, o que nunca perdió un solo partido de Copa América jugando de local.
Aquel que permanentemente se esfuerza en demostrar su superioridad, siente amenazada su supremacía. Uno no se imagina a los fanáticos del Manchester United saliendo a las calles inglesas a hacer un raconto de los títulos obtenidos por el club de Sir Alex Ferguson. Por ahí sí se lo imagina al Liverpool, que no gana la Premier League desde 1990.
Análogamente, allá por 1997, o incluso durante buena parte de los años 70 y 80, ningún hincha de Peñarol se preocupaba por destacar la paternidad aurinegra, pues de ello se encargaban Fernando Morena, Pablo Bengoechea, Rodolfo Rodríguez y Carlos Nicola, entre otros.
Yo solo pido que, por el bien del fútbol uruguayo, Peñarol consiga quedarse con el Torneo Clausura (de ser posible, con fallos arbitrales polémicos de por medio), y que finalmente doblegue a Defensor Sporting en la sexta final. Más que nada, para darle tiempo suficiente a CAFO a fin de que el tablero electrónico bolivariano esté en condiciones de exhibir el demorado “Gracias Paco”, acaso rubricado con una foto del pseudopresidente Juan Pedro abrazando al empresario por antonomasia.
Seguro que –si es verdad que Dios no quiere cosas chanchas– Peñarol debutará en la Copa Libertadores 2009 en el Centenario, con estadio lleno, y ante Independiente. Solo para evocar antiguos espíritus.
5 comentarios:
Muy de acuerdo con el ariete, ex goleador ahora retrasado unos metros en la cancha ya que con la pelota no es ningún negado y habilita correctamente al compañero mejor posicionado.
Igualmente discrepo cuando habla de "mensajes ayunos del más lejano vestigio de creatividad".
Obviamente Andrés no vió el cartel que tiene una jarra de leche, un vaso y la leyenda "te la tomaste toda hijo". Esselentec.
Sigan así, que el blog está güenísimo y hablen algo de Danubio, que está por entrar a la liguilla.
Saludos cordiales y que todo sea para bien.
Puto el que lee.
Putos todos.
Ah pero que bonito
Calentito quedaste con el 5 a 0, eh!
Ta, capaz me adelanté un par de años en el comentario.
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