lunes, 4 de febrero de 2019

UnoXUno Supercopa


NACIONAL 1:1 PEÑAROL
Cancha: Estadio Centenario (medio hecha moco, pese a que no veía actividad desde 2013).
Por el lado de PEÑAROL: 
Kevin Douson: una pelota le fue al arco, y fue gol. Cuatro penales le fueron al arco, y fueron gol. En el resto, sin fallas (2).
Giovanni González: expeditivo (2).
Fabricio Formiliano: mostró entereza espiritual cuando los rivales le hacían versos picarescos con el apellido (3).
Enzo Martínez: se le escapó Angeleri en el gol. Es difícil levantarse de semejante situación traumática (2).
Lucas Hernández: no había andado mal, pero claro, seguro que hubiera preferido jugar peor y haber metido el penal (2).
Guzmán Pereira: fue el mejor del mediocampo. Claro síntoma de que las cosas pudieron haber ido mejor por esa zona (4).
(94′ Lucas Viatri): contento con la decisión del Ministerio del Interior de negarle el acceso durante todo el año a quienes fueron identificados con bengalas. En particular, al protagonista de la película aquella que tanto le gustó a Majo Borges (1).
Walter Gargano: contento porque, técnicamente, mantiene su invicto. Recordemos, no pierde desde el 7 de agosto de 2007, Danubio 1 – Deportivo Colonia 2 en Jardines (2).
(113′ Marcel Novick): entró faltando 7 minutos. Según Sonsol, se puso a sí mismo al grito de “Gallego, voy yo” o algo así. Más Novicks y menos Shciatapatacatses (0).
Agustín Canobbio: batalló (2).
Cristian Rodríguez: no había hecho mucho, pero nadie le saca el mérito de haberle anotado su gol 26 de penal al Coco Conde, quedando a uno de Morena (2).
Fabián Estoyanoff: no fue el partido de Lolo, pese a que le tocó bailar con la más linda, léase, Palito Pereira. Tampoco pudo llevarse a uno, fiel a su estilo (1).
(57′ Gastón Rodríguez): si alguien tenía que errar su penal, ése era él (1).
Torito Fernández: al ver que Angeleri era el líder de la defensa, se dijo “es hoy”. Pero claro, se topó con la piedra angular del nacimiento de la leyenda del caudillo argentino (2).
Director Técnico: 

Gallego Ferro: de repente no era la figura para sacar a relucir en un clásico. Uno pone “Oscar Ferro” en Google y 3 de cada 5 fotos que aparecen son del tipo tirado y Dely Valdés que pasa con la pelota dominada por el costado. ES como si mañana juega la selección, Tabárez está suspendido, Celso pongalé que también, y ponen a Nicola de entrenador (1).
Por el lado de NACIONAL: 
Esteban Conde: los mismos que hasta ayer lo puteaban, ayer le gritaban bien Coquito, bien. Es decir, la vida misma. Porque mañana se come un gol bobo con Plaza Colonia, y lo van a volver a matar. (6).

Matías Zunino: no tengo muy claro de qué jugó. Por momentos, de volante. Por momentos, de lateral. Por momentos, de puntero derecho. Pero seguramente lo mejor que hizo fue patear el último penal como marcan los manuales, fuerte y al medio (2).
Guillermo Cotugno: jamás se grabaría un video como el que subió Fucile el otro día. ¿Eso lo hace mejor o peor que el bimundialista? Ni una cosa ni la otra (1).
Marcos Angeleri: caudillo. Definió como los que saben, clausuró su sector, hizo un penal innecesario, etc. Y eso que cuando se supo que sería titular, más de un hincha pensó: “se ve que el afrodescendiente Carvalho debe tener la rodilla peor que Frickson Erazo, si no, no se explica que hoy no juegue”. Y menos mal que no le tocó ejecutar su penal, porque seguro que lo erraba (4).
Matías Viña: hizo un par de cruces tirándose al piso con vehemencia. Cuando desde la tribuna se veía que conseguía su objetivo de quitarle el balón al rival, uno no podía dejar de pensar en qué hubiera pasado si Rafa García hubiese estado en cancha (2).
Alvaro Pereira: quedó contentísimo con su partido homenaje. “Siempre me quise retirar en el equipo de mis amores, y hoy puedo decir que lo he logrado” manifestó, visiblemente emocionado. Vale acotar que fue de menos a más: cuando arrancó el partido, parecía un oficinista al que le insisten, le insisten, hasta que, tres años después de haber arrancado en la oficina, accede a ir a un partido. Sin embargo, en el alargue, ya parecía un ex futbolista profesional. Factótum espiritual. Sobre el final se hizo echar para poder abandonar el campo y recibir el calor de su pueblo (4).
Felipe Carballo: no confundir con Felipe Carvallo. Este es Carballo, en cambio el otro es Carvallo. Año y medio en el fútbol europeo, donde no jugó, fueron suficientes para que aprendiera a patear penales. En el resto, poco. Empero, en aquella vez en la Bombonera había jugado precioso, y lo erró (2).
Joaquín Arzura: buen partido de este ciudadano argentino. No tuvo mayor empacho a la hora de pegar patadas, y manejó el balón con criterio. Para quienes no lo vieron, algo así como un Carlos Camejo ABC 1 (3).
Gonzalo Castro: cuando terminó el primer tiempo, Sonsol afirmó: Castro, el dueño de la pelota. Yo creo que debe haber sido un comentario literal, es decir, que la situación del fútbol uruguayo es tan deficitaria, que el Chori llevó una guinda que tenía en la casa y jugaron con esa. Ahora, uno lo compara con lo que hacían jugadores que hoy ya no están, que no mencionaremos a ninguno por respeto al Colo Romero, y parece Pogbá (2).
(70′ Kevin Ramírez): lejos, su mejor partido en esta vuelta en Nacional. Leyó cabalmente lo que el partido pedía. Entrá y buscá demorar un poco, le dijo el entrenador. Y vaya si cumplió su parte del guion a rajatabla (4).
(74′ Gonzalo Bergessio): por el bien de Decurnex, ojalá que entre los bonos que incluyeron en el contrato de Bergessio, no esté el de errar penales en definiciones (2).
Santiago Rodríguez: jugador llamado a ser el Horacio Peralta menos alocado del Siglo XXI. Es lo que se dice un futbolista “endiablado”. Se fue de la cancha tras aplicar un hermoso planchazo, como para cerrar una jornada de ensueño (4).
Sebastián Fernández: ¿soy yo o está menos alegre que otrora? Creo que en un par de meses lo vemos tirando codazos en el área, para darle a su carrera un giro tan inesperado como deseable (2).
(90′ Gabriel Neves): la tranquilidad de tener un hombre de bigote en el mediocampo. Tras anotar su penal, se convirtió en el primer jugador de bigote en marcar desde los 11 metros, tras el anotado por Revelez en Tokio en 1988 (3).
Director técnico: 

Eduardo Domínguez: manifestó que sus jugadores tuvieron “temple”. Demuestra Domínguez que maneja el lenguaje del fútbol a la perfección, porque en cualquier otro ámbito uno dice cosas tales como “temple”, “endurance” o “finiquitar” y le dan una piña. Me pareció verlo un poco más repuesto físicamente. Es por ahí. (4).
El árbitro:

Andrés Cunha: el gran ganador de la jornada clásica. Cobró un penal de esos que solo se protestan en twitter, y solo con ese gesto, se aseguró poder arbitrarle a Peñarol de acá a un par de años. Capaz que hasta lo vuelven a llamar cuando haya que inaugurar alguna ampliación del Campeón del Siglo, como aquella vez que terminó el partido y tiró una puteada al aire.  (7).
Lubo Adusto Freire
Fotos: www.tenfield.com
¡VIVA TENFIELD!

3 comentarios:

Santiago dijo...

Matías Zunino quedó sin negrita. Alcahuete de Tenfield!

Rafa dijo...

A Majo le gustó Godzilla?..váyase Monomi.

Gsebastian dijo...

Gabriel Neves no pateó ningún penal viejo fantasma