¿Sabés quién soy yo, botija?

LAS "PRIMA DONA" DE LAS CARNESTOLENDAS

Cualquier actividad humana que tenga que ver con el espectáculo o la exposición pública (por ejemplo, los deportes profesionales y pueden usarlo) implican necesariamente una fuerte dosis de narcisismo y de ego. El hecho de estar frente a mucha gente que está mirando todo lo que hacés y que puede -como decía Minguito- levantarte una lápida o hacerte un "manolito", no es para todo hijo de vecino.

El fatigar los tablados no es una tarea que abunde en gente modesta, por cierto. Pero el divismo no suele estar en proporción directa a la fama y el destaque, arriba en el escenario. Gente que hace de insípido relleno en un conjunto de segunda se da grandes aires (no sólo para levantar minas) y otros que llaman gente con su presencia te hablan de igual a igual a vos que no sos nada.

Pero, a pesar de lo que creyeron en su momento algunos conjuntos administrados en la complicada modalidad de cooperativa, los destacados se necesitan. No es necesario tratar de sacar a un conjunto; lo vemos en cualquier reunión de amigos o en una oficina: no todos somos iguales, ni tenemos la misma personalidad, gracia o presencia.

Si, por ejemplo, yo mañana saco la murga "Agachate que vienen los indios", no es lo mismo si contrato como cupletero a Diego Bello que a mi tío Onofre, que siempre quiso salir. No sólo en la calidad del resultado final -aun con el mismo libreto- sino también en el interés de los Graffigna y los Muiño para contratarme. Por eso, al actual integrante de Acontramano (que dicho sea de paso, el lema de esa murga este año es: "Problemas tenemos todos", plagiando descaradamente a nuestro prócer) le tengo que ofrecer mucha más guita de la que me cobraría mi tío.

Algunos logran sortear la sobreactuación, la tendencia a ser el centro del espectáculo, aprendieron a darle a la "morcilla" (la respuesta improvisada a algo que pasa o algo que gritan de la tribuna) el lugar que se merece y conocen sus limitaciones. Se saben estrellas que pueden decidir un concurso pero saben vivir con ello. Otros no.

Si bien la gente suele cambiar de categoría -lo que se hace mucho más que antes- podría darse una lista con mucha polémica y muchos olvidos: en murgas, además del referido Bello, también podría estar Claudio Rojo, Albino Almirón, "Cucuzú" Brilka, "Charly" Alvarez, "Pinocho" Routin, quizás Marcel Keroglian; en parodistas: Aldo Martínez, "Pendota" Meneses, el "Colorado" Aulet, Luis Carballo cuando se le canta salir, "Cacho" Denis, Gustavo Maritato, quizás Carlos Viana; en humoristas: Carlos Barceló, Cleber Esteche -su ex amigo-, "Cachito" De León, Jorge Velazquez, Leonardo Pacella. En cualquier categoría: el "Bananita" González. No muchos más. Queda afuera gente como los Villalba o "Pinocho", que tienen su propio conjunto, criterio que no seguí en humoristas porque si no, no mencionaba a casi nadie.

Hay muchos en el recuerdo. Finados -muchísimos-, un poco viejos y vista reducida su participación otros -José Dorta, por ejemplo- o que se borraron, como el Flaco Esmoris o el cantante Javier Fernandez.

La semana que viene, empiezo a tratar la actualidad del carnaval que se viene.

POTPURRI:

También las comparsas son parte fundamental del Carnaval uruguayo. Aunque me embolan un poco -las Llamadas, no los tambores- está bueno ver lo más autóctono de febrero. En este video se puede apreciar la elaboración del toque sin la charla estúpida habitual en nuestra televisión.



Y si hay comparsas no puede faltar la es-pec-ta-cu-lar Berta Slepovich. Esto es una mujer y no las insípidas siliconadas porteñas.