Hola a todos (un saludo para NicoK), a continuación le traemos una nueva entrega de Briscolage.
Desempolvamos unas hornallitas de campamento y un horno eléctrico que había quedado en desuso. ¿Pero cómo hicimos para poner esas dos cosas en lugar de la cocina? Muy sencillo, fuimos al cuartito del fondo donde teníamos unos cuantos cachos de madera rescatados en distintos momentos de nuestra miserable existencia, tomamos también una sierra eléctrica, un martillo y unos cuantos clavos. Los resultados están a la vista.
¿Quiere fotos del proceso?
estaba mejor antes, pero bien igual!
ResponderEliminarAcá hay premios para todos, a tomar fanta con Pelusita!
Me encantó. A grandes problemas, cuchillo de palo.
ResponderEliminarEstos son los pro hombres que necesita el país! Cualquier otro maraca sale despavorido para la Tienda Inglesa a comprar un mueble (yo, por ejemplo).
ResponderEliminarBo Carles, ya que estas podes seguir con la obra de bien y tirar a la mierda el aparato de las tostadas que aparece a la izquierda de la imagen. Esta peor que Julio!
ResponderEliminarMaurito querido son los mejores que hay para recalentar la muzzaranga al otro día, después no digas que no te lo dije
ResponderEliminarlo bueno del horno electrico es q se puede poner en la mesada para no agacharse, pero lo pusiste bajito no más. cómo se ve que te gusta agacharte, eh!
ResponderEliminarSupergas vendria a ser gas de garrafa?
ResponderEliminarQue ganas de que el Tio Vitor haga alguna miniatura.
ResponderEliminarA prueba de botijas.
ResponderEliminarBien chiquilines bien!
ResponderEliminarEso max, acá es mucho menos común que allá tener gas por cañería
ResponderEliminarEso no lo había pensado Floyd... Haremos el experimento!
ResponderEliminarpoquitísima calor chiquelín, así se derrite el quesoro y queda chunch, sin quemarse ajoba
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