¿Basta ya de Tabárez?

Para los que se rasgan las vestiduras porque la selección celeste está momentáneamente tercera en el ranking mundial (duraremos tanto allí como lo que fue el Chino Ríos en la cima del ATP), tengo unas cuantas verdades para compartir:

- Si entraba aquella pelota del player tico Saborío, hoy Tabárez estaría anotado para trabajar de coordinador en el programa Jóvenes en Red, en tanto nuestro combinado sería dirigido por Saúl Rivero. Lo mismo si Francia hubiera decidido atacarnos en el debut mundialista.

- Nos cansamos de decir que el ranking de la FIFA respondía a los intereses económicos de este mundo globalizado, y que por eso siempre andábamos en mitad de tabla. Ahora que estamos arriba parece haberse transformado en un termómetro fiel del estado de situación actual del deporte rey. ¡Patrañas! El interés económico es el que prima, por algo nos levantaron el nivel inversor, y tenemos a la multinacional Rinde Dos cada vez más presente en el mercado internacional del agua con colorante.

- El Señor Tabárez permitió que el Señor Casal se sentara en su banco de suplentes, cosa que se ha dedicado sistemáticamente a negar. En este video, se ve al mítico contratista abrazando a lo que es Esteban Gesto, en el minuto 05:30. ¿Será que estando en la tribuna, saltó el alambrado de la emoción al ver la pisadita del Duque? Que me desmientan.
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- Le pegan al Toto y a lo que es Julio Ríos por haber pedido la cabeza de Tabárez en más de una ocasión... ¡pudiendoles pegar por cosas mucho más graves!

- Cuando se nos acabe el efecto de los puntos que hicimos en la Copa América (donde se jugó mal), vamos a caer en el ranking. Quiero que los mismos que hoy beatifican a lo que es Tabárez porque estamos terceros, le tiren a matar cuando quedemos en la posición 35, por debajo del ascendente Turkmenistán.

- Tengo un amigo con mucho tiempo libre, que se ha dedicado a proyectar el ranking de la FIFA hacia atrás, es decir, cuando éste no existía (el ranking, no mi amigo, que nació en 1938). Le dio que Uruguay fue número 1 en 1983. ¿Eso lo hace a Borrás mejor persona?

Pretendo conocer su opinión, señor, señora. No dude en que ponderaré sus palabras en el acuerdo, y las censuraré en la divergencia.