Uruguay nomá

 Huelgan las palabras. Esta foto puede verse dentro de la cabina de 13 a 0, aunque usted no lo crea.

 Momento triste de la jornada: un puñado de infantojuveniles busca rapiñar al vendedor de garrapiñada, valga la redundancia.

 Las bellas ninfas de Triniboa hacen las delicias de grandes y chicos.

 Sorprendimos al recordado Niki Lauda haciendo vestuarios para una radio del interior. Sus finanzas ya no son las de otrora.

 Al hombre le dijeron: "vos filmá a Luisito que anda volando". Y dicho y hecho.

 Increíblemente, cambiamos la bandera putrefacta por otra de dimensiones más generosas. Felicitaciones al señor Cafo.

 Los que no fueron al bautizo.

 ¿Qué hace la novia del mandamás tricolor con el dinero de las llamadas que uno rechaza? Compra globlitos.

 Otra movida de Alarcón para tener mayoría en el clásico del domingo: unos doscientos inadaptados decidieron acampar en plena tribuna Colombes, a la espera del trascendente derby.

 Otra nota penosa de la jornada, al mejor estilo de la Libertadores de los años 60, se prenden los regadores buscando demostrarle a los alcanzapelotas quién manda en el coloso de cemento.

 Señor Faral: ¿no le da vergüenza andar afanando fotos de internet?

 Una de las banderas con más mufa de la historia del deporte mundial, parece haber perdido su poder.

Lugano busca amedrentar a un rival con su mirada de orate. En cambio, Muslera siempre tiene una sonrisa en el rostro.

El once celeste, destacando la sonrisa perenne del Tata González, que podrá decirle a sus nietos que jugó el día en que Ramírez se retiró de la selección.

Arranca el partido. ¿Qué le parece el diseño de los números de la casaquilla oriental? Yo para mí, una garra.

 El kinesiólogo celeste le revisa el orto a Suárez. Y en efecto: lo encuentra en su plenitud.

Baldassi se hace el gracioso, y se lleva el útil con el que el ariete salteño anotó los cuatro goles. "A él le dí otra, con esta me forro en e-bay ahora que me retiro del referato".