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El último día de clase, tuve una idea genial. Augurando que se vendrían tiempos difíciles, tomé todo lo recaudado (175 pesos) durante la primera de quincena de diciembre gracias a la cadena de judas que logré instaurar en el barrio, armé un prolijo paquetito, y lo introduje dentro del negro busto de Artigas oculto tras la puerta de entrada. En la zona del cerebelo se lo encajé, pegándolo con cinta aisladora verde. Imposible de ver. Lo acompañé con una foto de la chica que me gustaba desde que iba al Enriqueta, un recorte del diario de ese día, y tres ticholos, por si me da hambre.
El último día de clase, tuve una idea genial. Augurando que se vendrían tiempos difíciles, tomé todo lo recaudado (175 pesos) durante la primera de quincena de diciembre gracias a la cadena de judas que logré instaurar en el barrio, armé un prolijo paquetito, y lo introduje dentro del negro busto de Artigas oculto tras la puerta de entrada. En la zona del cerebelo se lo encajé, pegándolo con cinta aisladora verde. Imposible de ver. Lo acompañé con una foto de la chica que me gustaba desde que iba al Enriqueta, un recorte del diario de ese día, y tres ticholos, por si me da hambre.
Pues bien... la próxima vez que sepan de mí, seré un individuo cívicamente activo, con plata en el bolsillo, y acaso con problemas digestivo. Hasta entonces.
Sos un grande Dugui!
ResponderEliminarNo tanto desde lo popular.
ResponderEliminar¿"Problemas digestivo"? No te enseñaron a escribir en la escuela esa, por eso la cerraron.
el problema digestivo se manifestó en las (h)eses
ResponderEliminarProblema tenemo todo
ResponderEliminarIgual te queremos, Dugui.
ResponderEliminarOjo capaz que la "s" está escondida en el sobre también...
ResponderEliminar¿Y por qué no se llama más así la escuela? no entendí...